Nabokov recibió una carta de rechazo editorial en la que se definía a su Lolita como «perturbadora y nauseabunda» (sic), definición acompañada del nada sutil consejo de que «fuera enterrada bajo una piedra durante mil años». Kipling fue rechazado por un editor de San Francisco argumentando que «simplemente no sabe usar la lengua inglesa». Sylvia Plath envió la Campana de Cristal bajo el seudónimo de Victoria Lucas al editor Knopf, y en la carta de rechazo original y sucesivas escribió tres veces mal su nombre.
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Como paradoja el caso de de J.K. Rowling que hasta llegó a publicar en twitter las cartas de rechazo de un par de editoriales cuando presentó el manuscrito de su novela "The Cuckoo's Calling", bajo el seudónimo de Robert Galbraith y hasta que un tabloide inglés no destapó "la verdad" había vendido tan solo 1500 ejemplares.
Una de las editoriales llego a sugerir a Rowling que "buscara un grupo de escritores o que se apuntara a un curso de literatura".
El artículo no lo menciona pero Thomas Wolfe se vio en la misma tesitura.
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A mi Lolita si me parece perturbadora, pero no es para nada nauseabunda
#2 A mí sí me parece perturbadora y nauseabunda. Pero eso no le resta en absoluto calidad ni interés. Disfruté leyéndola y releyéndola, por más que el tema en sí me asqueara, por más que los personajes me resultasen por completo antipáticos y hasta ruines, por más que ya supiera de antemano qué iba a suceder cuando lo releí... Lolita es un libro extraño, cuya historia detesto, pero la leo con gusto. A diferencia de otras obras cuya historia no me ha gustado y no he sido capaz de releer (Justine, por ejemplo.), en Lolita prácticamente nada me gusta, pero hay una cosa que sí: la manera de narrar la historia. La prosa es tan atrayente, que aunque la historia no lo sea, tenía que seguir leyendo, y quise volverla a leer. Y la volveré a leer.
A Dalí lo echaron de la escuela de arte