El partido de ultraderecha se jugó la carta de Macarena Olona con la idea de poner toda la carne en el asador en una elecciones decisivas para Abascal: "A Vox no le importa ni Castilla y León ni Andalucía: lo que le importa a Vox es el Gobierno de España", afirma, rotundo González en un encuentro con 'Público'. - La apuesta de Vox por Macarena Olona para la presidencia de Andalucía fue fuerte. Santiago Abascal, con la vista puesta en el Gobierno de España, decidió enviarla como paracaidista al territorio más poblado, y por tanto decisivo...
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... para sus expectativas. Así lo analiza, en un encuentro con Público en Sevilla, Miguel González, autor del sólido, trabajado y documentado libro Vox SA, El negocio del patriotismo español (Editorial Península), en el que el periodista del diario El País estudia con lupa el origen, el ideario, las finanzas y las estrategias del partido de ultraderecha: "A Vox no le importa ni Castilla y León ni Andalucía: lo que le importa a Vox es el Gobierno de España", dice...
#1 Tengo ganas de leerlo ya.
Pero la pinta del análisis es muy atinada. A un partido que está contra las autonomías difícilmente puede interesarle el gobierno autonómico en ningún sitio. Al igual que en los ayuntamientos tampoco hacen nada más allá de soltar una gilipollez tras otra sobre cuestiones como la política de género o la ETA.
Estos van a pillar cacho en el premio gordo y a hacer influencia de verdad, a legislar y hacernos retroceder décadas.
Vox es el partido antisistema por excelencia.
Su único objetivo es la pasta por la pasta, pero el medio para conseguirlo va a ser modular la mentalidad de las nuevas generaciones para que se parezcan a la de los años 50 del siglo pasado. Y para eso tienen que hacer algo parecido lo que ha hecho Orbán en Hungría, degradar la democracia a niveles similares a los de una dictadura.
Son unos "atrasistas" cómo se explica muy bien en uno de los artículos que ha llegado a portada, pero la principal característica de este atrasismo es el clasismo perdonavidas.
En resumen hay que estar muy encabronado con el mundo en el que vives, vivir de la corrupción, ya sea de alta o baja intensidad, o ser muy imbécil si eres un muerto de hambre para votar a esta gentuza.
Aun si haber leído el libro, coincido con la idea general de que no se puede considerar a Bocs un partido como los demás ya que no lo es. Una gente que fomenta el fascismo, el franquismo, la xenofobia, el racismo y el machismo más rancio no debería poder consolidarse como partido político y mucho menos concurrir a elecciones.
Vox hasta hace bien poco, era un partido residual, escisión del PP.
De la noche a la mañana, se ha convertido en opción de voto de mucha gente.
Es cierto que tiene pasta (esos iraníes molones) y que tiene un discurso que está llegando a mucha gente que quizás no estaba siendo representada por el actual sistema político o cansada del mismo.
Lo gracioso que contra menos se exponga en sus ideas, y más sea un victimista, pues mayores seguidores tendrá. Es triste decirlo, pero ahora mismo con un PP tocado en sus problemas y sin rumbo, y con un Cs es caída libre, no hay alternativa real en la derecha, y eso es un problema grave, y más si desde la izquierda se le da un altavoz constante.