Publicado hace 4 años por kimnet a apuntesdeclase.lamarea.com

¿Para qué quieren los obreros más horas libres? ¿Para ir a la taberna, para jugar a las cartas? ¿Para emborracharse como animales fuera de un trabajo que dignifica hasta tal punto de alejarles de ese estado de animalidad primaria? Eran preguntas retóricas que se hacía la patronal ante la reivindicación de la jornada de ocho horas que acabó desembocando en la triunfal huelga de La Canadiense de hace ahora 101 años y organizada principalmente por la CNT. Ese momento histórico es uno de los que ficciona levemente Marina Ginestà en sus memorias.

Comentarios

neotobarra2

Lo de la pistola obrera de Barcelona viene de este discurso de García Oliver durante el funeral de Buenaventura Durruti:



Pongo la transcripción porque creo que merece la pena:

Nuestro grupo anarquista se formó el año 1923 en circunstancias muy aciagas para nuestro movimiento, muy tristes para toda la clase trabajadora. Dueños casi de la ciudad eran las bandas de pistoleros del "Sindicato Libre" que patrocinaba la patronal. Las hordas policíacas coadyuvaban a la obra de destrucción de nuestras organizaciones y de nuestros hombres. Había caído el coloso del anarcosindicalismo: Salvador Seguí. Habían caído viejos militantes, primeros hombres de nuestro movimiento tan espléndido de hoy.

Cuando comprendimos que probablemente pudiera llegar el momento de que fuésemos absolutamente vencidos, nos unimos en aquel momento lo que no tengo vergüenza en decir, lo que tengo orgullo en confesar: ¡los reyes de la pistola obrera de Barcelona! Pero hicimos una selección: los mejores terroristas de la clase trabajadora, los que mejor podían devolver golpe por golpe. Nos unimos y formamos un grupo, anarquista, un grupo de acción, para luchar contra los pistoleros, contra la patronal y contra el gobierno.

Conseguimos nuestro objetivo, les vencimos, nuestros golpes fueron más duros, más a la cabeza que los que ellos nos habían dado y el grupo se constituyó y fue juramento de los que lo integraron de que desde aquel momento el grupo Los Solidarios que nos llamábamos continuaría la lucha ¡Hasta el triunfo total de la clase trabajadora, hasta el triunfo de la revolución social! y que solamente la muerte podría irnos apartando de los demás.
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