Con lo poco de que disponían en la prisión del Temple, una noche la reina madre improvisó una especie de altar y con los evangelios y algo que hizo de cetro, espada y corona, realizaron el acto de coronar a Luis XVII. Para las necesidades materiales, María Antonieta contó con la colaboración del comisario Michonis que ayudó incluso con la presencia de un obispo para hacerlo todo más o menos legítimo. Tras la consagración del prelado, situaron al niño en un improvisado trono ante el que todos se postraron de rodillas.
Comentarios
La historia del pequeño Delfín es bastante trágica, muriendo muy joven. Su corazón fue identificado hace unos pocos años y depositado en la basílica de Saint-Denis, si no me equivoco.
Y como siempre que hay algo de misterio, aparecen los usurpadores que se hacen pasar por el rey... un clásico.
#3 Como los falsos Demetrios de Moscovia
#4 #3 me dices impostor y me acuerdo siempre del pastelero de Madrigal, todo un clásico
#5 Por lo menos ese fue sólo un caso, los falsos Dimitris fueron siete si no me equivoco.
Otro caso conocido fue el de Perkin Warbeck.
Hijo de la famosa María Antonieta de Austria... qué historia la de esta familia, realmente todo un drama.
Se nota que era Borbón
Lo coronaron en catalán.