Esta historia es un símbolo patriarcal sobre cómo las mujeres han puesto el cuerpo y los hombres la palabra. Por ejemplo, hay multitud de guerreros en la historia y la mitología que han sacrificado a su hijo por el honor o la gloria de su pueblo. La madre del juicio de Salomón sacrifica su palabra por mantener vivo a su hijo. Esto es símbolo de la maternidad normativa y del poco valor de la palabra de una mujer.
Artículo, que es un excelente ejemplo de cómo algunas ideólogas del feminismo, como esta tal Julia, entretejen un discurso delirante para tratar de justificar sus burradas.
En este caso, tenemos la oportunidad de leer cómo la autora, utiliza un pasaje del antiguo testamento, para justificar a Juana Rivas, cargar contra la custodia compartida, mearse en las evidencias científicas, equiparar la lactancia con el sexo y culpar al patriarcado de todos los males del mundo, mientras que desprecia el papel del hombre en la perpetuación de la especie y más concretamente en la crianza.
Delirios procedentes de los sueños de la razón, que producen monstruos. En este caso, monstruos feministas...
Sin embargo, la mayoría de madres tras tener un bebé orientan su deseo sexual hacia la criatura; por lo tanto, la cama de la madre y el bebé sigue siendo un espacio de sexualidad, pero esta vez de una sexualidad no normativa, no falocéntrica y no adulta. La lactancia materna es sexualidad. Que en lugar de semen y flujos vaginales haya leche materna sobre las sábanas es sexualidad.
Comentarios
Artículo, que es un excelente ejemplo de cómo algunas ideólogas del feminismo, como esta tal Julia, entretejen un discurso delirante para tratar de justificar sus burradas.
En este caso, tenemos la oportunidad de leer cómo la autora, utiliza un pasaje del antiguo testamento, para justificar a Juana Rivas, cargar contra la custodia compartida, mearse en las evidencias científicas, equiparar la lactancia con el sexo y culpar al patriarcado de todos los males del mundo, mientras que desprecia el papel del hombre en la perpetuación de la especie y más concretamente en la crianza.
Delirios procedentes de los sueños de la razón, que producen monstruos. En este caso, monstruos feministas...
#1 yo pensaba que este panfleto (El Alcázar del neofeminismo) había quebrado ya,
#3 Imposible que quiebre. Las subvenciones estan para algo.
Sin embargo, la mayoría de madres tras tener un bebé orientan su deseo sexual hacia la criatura; por lo tanto, la cama de la madre y el bebé sigue siendo un espacio de sexualidad, pero esta vez de una sexualidad no normativa, no falocéntrica y no adulta. La lactancia materna es sexualidad. Que en lugar de semen y flujos vaginales haya leche materna sobre las sábanas es sexualidad.
A algunas feministas se les va la cabeza...
Pikaramagazine: cuando eres un martillo, sólo ves clavos.
Es lo que tienen los Reyes ,no gastan en oposición ni necesitan disposiciones transitorias que interpretar.