Hace 9 años | Por Ratoncolorao a europapress.es
Publicado hace 9 años por Ratoncolorao a europapress.es

El reinado de Juana I de Castilla junto a su esposo Felipe el Hermoso comenzó en 1504 pero se vio truncado ese mismo año por el fallecimiento de su marido, que hizo explotar a Juana en un delirio paranoide que la llevó a desenterrar el cadáver de su marido ya embalsamado e iniciar una fúnebre procesión por el Reino de Castilla en la que viajó únicamente de noche, pues decía que "una mujer honesta, después de haber perdido a su marido, que es su sol, debe huir de la luz del día", según los relatos de sus cortesanos.

Comentarios

D

#4 que POR QUÉ escribo esto? Porque.....
ay, la importancia de la gramática....

Die_Spinne

#6 Acabo de decir lo mismo en otro meneo. Yo soy dislexica, me cuesta un infierno escribir, no el texto, sino escribir, teclear y la ortografia son cosas que mi cerebro no procesa correctamennte así que... lo siento, pero se hace lo que se puede.

anor

#6 Hay cosas muchisimo mas importantes que las reglas gramaticales. Ademas yo la he entendido sin ninguna dificultad y creo que todo el que lea el mensaje lo entedera tambien sin dificultades, y eso es lo que importa.

D

#8 por esa regla de tres, todo el mundo escribiría como le saliese de los mismísimos, mientras que se entienda todo vale, no?
y así nos va....

a

#4 Es cierto, si hubiese vivido en otra época otro gallo cantaría. La Reina Juana es probablemente uno de los personajes históricos más injustamente tratados, pues resumir su vida (bastante larga, por cierto) con un simple "estaba loca" es simplificarlo todo hasta niveles absurdos. Tenía una psicología muy complicada y vivió circunstancias muy complicadas, demasiado como para que la única explicación a su comportamiento era que estaba enferma.

Con apenas 16 años, una niña, debe abandonar el único mundo que conoce, a su familia y seres queridos, para irse a una corte lejana y radicalmente distinta a la de Castilla para casarse con un desconocido. En Flandes estaba sola y encuentra refugio en su marido, y se enamora de él con la irracionalidad de todos los amores adolescentes. Pero su marido es un ser ambicioso que no duda en utilizarla como instrumento político, aislándola de todos para manipularla a su antojo. Basta imaginarse la soledad que debía sentir en un mundo extraño, sin ningún tipo de contacto con Castilla (Felipe interceptó sus correos), sintiéndose abandonada por su familia y siendo hábilmente manipulada por su esposo, para comprender el nivel de dependencia de su marido que se creó. En Flandes sufre en soledad la tragedia familiar de las muertes sucesivas de sus dos hermanos y su sobrino, algo que probablemente le rompió el corazón, y de seguro Felipe, que ya se veía heredero, supo aprovechar esa vulnerabilidad emocional. Cuando los Reyes Católicos se percataron de la situación ya era tarde, todo el mundo de Juana giraba en torno a él.

Pero Felipe sólo es el principio: todos los hombres de su familia se lanzaron a ella para arrebatarle lo que por derecho le correspondía: primero su esposo, luego su padre y finalmente su hijo. La herencia de Juana era demasiado apetecible y ella, lamentablemente, no tenía la dureza de carácter de su madre para imponerse en un mundo dominado por los varones. Quizás todo empezó con cuadros depresivos o duelos no superados pero Juana no tenía a nadie interesado en su sanación, sino todo lo contrario, cuanto más loca se mostrase más allanaba el camino de los "aspirantes" al trono.

Hace falta tener una mente muy dura para sobrellevar la traición y el menosprecio de las personas que amas. Tal era el cerco de soledad y aislamiento al que la sometieron que ni siquiera se entera de la muerte de su padre hasta meses después, tiempo suficiente para que su hijo se acomodara en el trono. Una vida muy triste la de Juana. ¿Estaba loca o la volvieron loca? Esa es la cuestión.

D

Juana viajó por Burgos, Tordesillas y Horquemada, impasible a la peste negra que se había declarado en Castilla. En su fantasmagórica procesión a través de un reino asolado por la epidemia, la reina causó pavor en la población del reino que comenzó a apodarla con su famoso epíteto.

No hay nada mejor que pasear por la noche con el cadáver de tu marido con una epidemia de peste negra.

D

Desde que te pintas la boca, en vez de Don Juan, te llamamos Juana la Loca.

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Sí, yo también he visto "Isabel" esta noche.

M

Debió ser más atea que ...