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#6:
Creo que habría que matizar un poco la afirmación de Arsuaga acerca de que somos los únicos seres con conciencia de la muerte. Recomiendo la lectura de La zarigüeya de Schrödinger, de Susana Monsó.
#15:
Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos, y llegados, son iguales los que viven por sus manos y los ricos.
JJorge Manrique
JJorge Manrique
#13:
Desde que naces no, yo recuerdo perfectamente el soponcio que me dio cuando mis padres me explicaron que mi abuela se había ido al cielo y que morir, morimos todos. yo me quejaba amargamente no ya por mi abuela sino por el horror de que un día fuéramos a morirnos todos y el único consuelo que me ofrecían era "pero para eso faltan muchos años", lo que no me sacaba de mi desolación porque mis padres que lo podían todo, eso no. Tendría yo cuatro años y me quedó la sensación de que estamos solos.
Comentarios
Creo que habría que matizar un poco la afirmación de Arsuaga acerca de que somos los únicos seres con conciencia de la muerte. Recomiendo la lectura de La zarigüeya de Schrödinger, de Susana Monsó.
#6 Venía a esto. Recomendación agradecida también.
#6 Cualquiera que haya visto videos de elefantes y como se comportan ante un fallecimiento sabe perfectamente que no somos únicos. Esto me recuerda cuando se afirmaba que éramos los únicos seres inteligentes y conscientes del mundo mundial.
Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos, y llegados, son iguales los que viven por sus manos y los ricos.
JJorge Manrique
#15 Para mi, sin duda, lo mejor que se ha escrito en lengua castellana y en cualquier otra lengua. Sin parangón.
Desde que naces no, yo recuerdo perfectamente el soponcio que me dio cuando mis padres me explicaron que mi abuela se había ido al cielo y que morir, morimos todos. yo me quejaba amargamente no ya por mi abuela sino por el horror de que un día fuéramos a morirnos todos y el único consuelo que me ofrecían era "pero para eso faltan muchos años", lo que no me sacaba de mi desolación porque mis padres que lo podían todo, eso no. Tendría yo cuatro años y me quedó la sensación de que estamos solos.
#0. No somos individuos, somos una especie. Como individuos vivimos una alucinación personal y como especie vivimos una alucinación colectiva. La conciencia no es más que una herramienta con fecha de caducidad y la muerte es una necesidad fruto de nuestro pasado, presente y futuro como especie. Morimos por los demás. Mal de muchos, consuelo de tontos, pero el que no se consuela es porque no quiere. Que la vida os sea leve y la muerte un suspiro.
Pensar que somos la única especie consciente es muy estúpido... Y muy inconsciente.
Cuando naces no sabes que vas a morir ni nada, solo sabes llorar, cagar y mear, no te enteras de nada. Al pasar los meses vas aprendiendo a controlar el movimiento de las extremidades, etc. Más adelante sí sabes que te vas a morir... de no ser que seas un pijo milenario cualquiera que esos, con ya más de 40 años encima, que creen que todavía son adolescentes y que no la van a palmar nunca, pero todo el mundo se va a tomar por culo, unos antes y otros después.
Lo peor de envejecer supongo que será que cada vez te ves más incapacitado y la gente te trata como a una mierda si vives en el mundo occidental donde está la cultura de la juventud, o sea, que a los ancianos no los quieren ni en las farmacias. Un pijo cualquiera un día se le mueren los padres, con el tiempo se va quedando solo y luego le llega la muerte en una residencia abandonado como un perro, sin que los padres lo ayuden a morir. En los hospitales dicen "es la edad" y a tomar por culo, sedación y punto.
Los pijos milenarios creen que la muerte y esas cosas no tiene nada que ver con ellos. Pasar de una situación mala a otra mejor es gratificante, pero pasar de estar bien a mal y abandonado, lo que le pasará a la mayoría de pijos registrados en Menéame que están leyendo ahora mismo este escrito, supongo que debe ser muy jodido.
Desde que naces empiezas a morirte, o sea, que ya te queda un minuto menos.
#9. No existe viaje sin destino. Lo más triste de todo es comprobar que seguimos anclados en ese momento histórico en el que la vida humana sigue valiendo un pimiento, y a veces ni eso.
Desde que naces parece muy pronto
#12 Desde que eres feto.
#17 Mis espermatozoides están acostumbrados a ver morir a sus compañeros, honorables valientes con una misión pero sin destino...
Que vaya a un matadero, a ver si los animales son o no conscientes de que la van a palmar.
Esta frase me parece buen resumen :
"Qué curioso es el hombre, nacer no pide, vivir no sabe, morir no quiere"
Pues a mi me parece una "bendición" saber que la voy a diñar... No hay desasosiego, tristeza, ni pena y sobre todo no hay pizca de arrepentimiento.
Yo sé que me voy a morir, así que a disfrutar. Hay que vivir recordando que vas a morir. Es necesario entender el significado emocional y racional de memento mori (no es una justificación para hacer una "travesura" puntual. Es un constante)
Señores / señoras no vivais la vida con miedo que los futuros más dantescos estan en nuestras cabezas. A loco, sin vergüenza, ni miedo. Vida solo hay una y hay que pasarlo bien
ConSciencia, con S.
#1 Eso digo yo.
Somos maquinitas creadoras de entropía y llega el momento en que alcanzamos el equilibrio... llamado muerte
Habrá que revelarse y apuntar hacia la inmortalidad
#5. Lo más parecido que existe a la inmortalidad es la muerte.
Y otra cosa te digo, los muertos nunca se quejan, por algo será...
Este no ha tenido muchos animales.
#4 Pero tiene lo suyo de razón: la conciencia es un regalo MUY envenenado. Y la consciencia también.
Hay otro ejemplo muy claro donde se puede ver:
Los animales, aparte de no tener conciencia de la muerte, no son conscientes de que cuando realizan el acto de apareamiento sexual, harán nacer a sus propias crías en la miseria y en condiciones muy duras. Por tanto a los animales no se les puede atribuir ninguna culpabilidad ni maldad por hacer nacer a sus crías en la miseria, dado que los animales no tienen el nivel de desarrollo mental suficiente para entender que es el acto de apareamiento sexual el que les hará tener descendientes. Los animales, pues, carecen de la conciencia, de la consciencia, de la inteligencia y del conocimiento que les permitiría elegir, y por tanto actúan con la inocencia o falta de culpa que les es dada por el desconocimiento.
Sin embargo los seres humanos sí tienen conciencia, consciencia, inteligencia y conocimiento. Y estos atributos desarrollados de su mente le ponen en una encrucijada MUY difícil, porque el ser humano sí sabe que el acto sexual le hará tener descendientes, y por tanto este alto desarrollo mental le hará al ser humano poder elegir, y tener que elegir. El regalo envenenado de la conciencia le hará al ser humano tener que elegir entre ser bondadoso y altruista, poner los derechos de sus hijos por encima, sacrificarse él, y por tanto no hacer nacer a sus hijos en la pobreza; o bien, por el contrario, poner sus propios derechos e intereses adultos por encima de los de sus hijos, siendo por tanto egoísta y malvado, y sacrificar a sus hijos, haciéndoles nacer en la pobreza, para que él pueda tener pensiones y otras diversiones personales.
En otras palabras: el regalo envenenado de la conciencia, de la consciencia, de la inteligencia y del conocimiento pone al ser humano en la tremenda encrucijada de tener que elegir entre hacer el bien o hacer el mal, con responsabilidad y culpabilidad por tal elección. Y lo verdaderamente tremendo es que el ser humano elige hacer el mal, poniendo sus propios intereses y egoísmos por encima, y sacrificando a sus hijos haciéndoles nacer en la pobreza o la precariedad.
Es como si los dioses, si hubieran existido, hubieran querido demostrar que el egoísmo y la maldad son condiciones tan esenciales para la vida, que ni siquiera dotando a los seres vivos de inteligencia, conciencia y consciencia se les libra de la inclinación vital hacia ser egoístas y malvados.
Consiensia, en 'latino'
#2 y "estar concientizado" que esa sí que chirría