Hace 6 años | Por acomupv a levante-emv.com
Publicado hace 6 años por acomupv a levante-emv.com

13 alumnos de la UPV llevan al concurso de Biología Sintética del MIT de Boston una interfaz genética para comunicarse con plantas. ChatterPlant es la ingeniosa propuesta con la que desembarcarán en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology. Los jóvenes de la Politècnica, el único equipo español entre 300 universidades de todo el mundo, competirán en el certamen de biología sintética del MIT con una interfaz genética que permite la comunicación bidireccional con las plantas para influir en ellas y controlar su floración.

Comentarios

carakola

#0 AEDE

D

#1 http://naukas.com/2017/10/25/cuantos-sentidos-tiene-una-planta/
https://qz.com/1116991/a-biologist-believes-that-trees-speak-a-language-we-can-learn/
¿Y si los árboles hablasen? [ENG]

Hace 6 años | Por --368612-- a qz.com

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Extraido del articulo "Los hombres que miraban fijamente a las plantas " de José Luis Fernández Casadevante
un antiguo experto en polígrafos de la CIA llamado Cleve Backster, al que se le ocurrió conectar un galvanómetro a una planta de su despacho. Al principio no recibió respuestas, pero p ara su sorpresa cuando pens ó en hacer daño a la planta para estimularla el polígrafo se volvió loco. Un resultado que llevó a Backster a obsesionarse con la realización de investigaciones que demostrasen c ó mo reaccionaban distintas plantas ante pensamientos positivos o negativos sobre ellas, así como la existencia de una memoria vegetal o la capacidad de estas para familiarizarse con las personas.

Recientemente el periodista y profesor de la Universidad de Berkley, Michel Pollan actualizaba los debates científicos sobre la inteligencia de las plantas, valorando si se puede hablar de una “neurobiología vegetal”, e n un breve y recomendable texto traducido como Tesis, antítesis y fotosintesis . En é l plantea c ó mo la planta tiene que encontrar todo lo que necesita y defenderse sin moverse de su sitio. Hace falta un aparato sensorial muy desarrollado para ubicar el alimento e identificar las amenazas. Las plantas han desarrollado entre 15 y 20 sentidos diferentes, entre ellos cinco homólogos de los nuestros: olfato y gusto (sienten y responden a los productos químicos contenidos en el aire o en sus propios organismos), vista (responden de maneras distintas a las diversas longitudes de onda de la luz y también a la sombra) y tacto (las plantas trepadoras y las raíces “saben” cuándo se topan con un objeto sólido). Y también oído: Heidi Appel, ecóloga especializada en química de la Universidad de Mis so uri, ha descubierto que cuando se reproduce una grabación en la que se oye a una oruga masticando una hoja, la planta pone en marcha mecanismos genéticos para generar productos químicos defensivos.

Así que, más allá de las disquisiciones terminológicas, este debate sobre la inteligencia de las plantas resulta muy inspirador para reflexionar sobre la inteligencia o estupidez de una sociedad aterradoramente despreocupada de su ecodepencia. Extraemos de la naturaleza los recursos que nos permiten sostener nuestra vida y a largo plazo cualquier idea de buena vida debe garantizar la reproducción de los ecosistemas naturales de los que depende, sin ellos no hay modelo socioeconómico perdurable en el tiempo.
Nuestra preocupación por la inteligencia artificial o por saber si hay vida inteligente fuera del planeta son metáforas perfectas del desapego por lo material (agua, clima, tierras de cultivo, cuerpos…) de una matriz de pensamiento científico-productivista. Una inteligencia ecológica necesitaría de lo que Sousa Santos llama un acto de justicia cognitiva global , sustituyendo la monocultura del conocimiento científico por una ecología de saberes ( locales, campesinos, indígenas, cosmopolitas…) que lo complementen con otras formas de saber y de producir conocimiento. Un a manera de avanzar hacia las culturalezas que plantea Narciso Barrera donde prácticas culturales y naturaleza se se encuentran, superponen, condicionan y retroalimentan hasta convertirse en un misma cosa.