Entrevista a la escritora Joana Marcús que ha aficionado a la lectura a una legión de adolescentes con más de un millón de libros vendidos en papel y 1,2 millones de seguidores en la plataforma digital Wattpad. Es la única española en el top 10 del conocido como Netflix de las letras.
#4:
El viejo faro solitario se alzaba majestuoso sobre los acantilados, como un guardián silencioso que había observado el paso del tiempo. Sus paredes de piedra estaban gastadas por el viento y las olas que habían azotado la costa durante incontables años. Desde su torre, una luz intermitente se alzaba en la oscuridad de la noche, guiando a los navegantes perdidos de regreso a tierra firme.
En el pueblo cercano, vivía un hombre llamado Santiago. Era un pescador apasionado y un amante de la soledad del mar. Había perdido a su esposa hacía años y, desde entonces, había encontrado consuelo en la compañía de su fiel perro, Max. Juntos, compartían sus días explorando la costa y sus noches mirando la luz del faro parpadeando en la distancia.
Una fría noche de invierno, una tormenta feroz se desató sobre el pueblo. El viento aullaba y las olas rugían, amenazando con engullir cualquier barco que se aventurara cerca de la costa. Santiago había estado preocupado toda la tarde, sabiendo que muchos de sus amigos pescadores estaban en el mar. Se aferraba a la esperanza de que la luz del faro los guiaría a salvo a casa.
Desesperado por saber si sus amigos estaban bien, Santiago se puso su abrigo y se dirigió hacia el faro con Max a su lado. La lluvia azotaba su rostro mientras corría por la costa rocosa hacia la torre del faro. Cuando llegó allí, se encontró con el viejo farero, un hombre de pelo plateado y ojos cansados que había dedicado toda su vida a mantener viva la luz del faro.
Santiago le explicó su preocupación y el farero asintió con tristeza. Había estado observando la tormenta con temor, sabiendo que había muchos barcos en peligro. Juntos, observaron la luz del faro, que brillaba con fuerza en medio de la furia de la tormenta.
Las horas pasaron lentamente mientras esperaban noticias. Finalmente, cuando el amanecer comenzaba a iluminar el cielo, llegaron los primeros barcos, exhaustos y dañados, pero a salvo gracias a la luz del faro. Santiago pudo ver a sus amigos entre los pescadores, y su corazón se llenó de alivio.
Esa noche, mientras regresaba a casa con Max, Santiago no pudo evitar sentir una profunda gratitud por el viejo faro y por el farero que lo cuidaba. Había visto cómo esa luz solitaria había guiado a sus amigos a casa, y se dio cuenta de que, de alguna manera, también había iluminado su propia vida en su soledad.
El faro seguía en pie, como un faro de esperanza en la oscuridad de la vida de Santiago. Y aunque la tormenta aún rugía, él sabía que siempre encontraría su camino de regreso a casa mientras la luz del faro continuara brillando en la noche.
- ChatGPT 3.5 ("crea un relato corto emotivo")
#2:
El arte es una representación de la realidad desde el punto de vista del artista, por otro lado el que contempla el arte, interpreta la obra según su conocimiento de la realidad. Ergo esto es una tontería, ya que es el que mira el que considera si lo que ve es arte o no, y si le transmite sentimientos.
El arte es una representación de la realidad desde el punto de vista del artista, por otro lado el que contempla el arte, interpreta la obra según su conocimiento de la realidad. Ergo esto es una tontería, ya que es el que mira el que considera si lo que ve es arte o no, y si le transmite sentimientos.
#2 es más, el arte es totalmente parametrizable, luego una vez que una IA sepa qué parámetros influyen y de qué manera lo tiene más que fácil generar en nosotros las sensaciones que quiera, además de una manera mucho más eficiente y eficaz que cualquier humano.
Si no fuera así no habrían clases de composición, por ejemplo.
El viejo faro solitario se alzaba majestuoso sobre los acantilados, como un guardián silencioso que había observado el paso del tiempo. Sus paredes de piedra estaban gastadas por el viento y las olas que habían azotado la costa durante incontables años. Desde su torre, una luz intermitente se alzaba en la oscuridad de la noche, guiando a los navegantes perdidos de regreso a tierra firme.
En el pueblo cercano, vivía un hombre llamado Santiago. Era un pescador apasionado y un amante de la soledad del mar. Había perdido a su esposa hacía años y, desde entonces, había encontrado consuelo en la compañía de su fiel perro, Max. Juntos, compartían sus días explorando la costa y sus noches mirando la luz del faro parpadeando en la distancia.
Una fría noche de invierno, una tormenta feroz se desató sobre el pueblo. El viento aullaba y las olas rugían, amenazando con engullir cualquier barco que se aventurara cerca de la costa. Santiago había estado preocupado toda la tarde, sabiendo que muchos de sus amigos pescadores estaban en el mar. Se aferraba a la esperanza de que la luz del faro los guiaría a salvo a casa.
Desesperado por saber si sus amigos estaban bien, Santiago se puso su abrigo y se dirigió hacia el faro con Max a su lado. La lluvia azotaba su rostro mientras corría por la costa rocosa hacia la torre del faro. Cuando llegó allí, se encontró con el viejo farero, un hombre de pelo plateado y ojos cansados que había dedicado toda su vida a mantener viva la luz del faro.
Santiago le explicó su preocupación y el farero asintió con tristeza. Había estado observando la tormenta con temor, sabiendo que había muchos barcos en peligro. Juntos, observaron la luz del faro, que brillaba con fuerza en medio de la furia de la tormenta.
Las horas pasaron lentamente mientras esperaban noticias. Finalmente, cuando el amanecer comenzaba a iluminar el cielo, llegaron los primeros barcos, exhaustos y dañados, pero a salvo gracias a la luz del faro. Santiago pudo ver a sus amigos entre los pescadores, y su corazón se llenó de alivio.
Esa noche, mientras regresaba a casa con Max, Santiago no pudo evitar sentir una profunda gratitud por el viejo faro y por el farero que lo cuidaba. Había visto cómo esa luz solitaria había guiado a sus amigos a casa, y se dio cuenta de que, de alguna manera, también había iluminado su propia vida en su soledad.
El faro seguía en pie, como un faro de esperanza en la oscuridad de la vida de Santiago. Y aunque la tormenta aún rugía, él sabía que siempre encontraría su camino de regreso a casa mientras la luz del faro continuara brillando en la noche.
#4 Lo que veo es que si ahora coges ese texto y le das un repaso de estilo te queda algo que puedes "vender" en alguna de esas rrss literarias que hay ahora. No he usado chatgpt pero si puedes darle unas directrices para que te escriba capítulos y te vendes bien, igual acabas firmando en la próxima feria del libro
Decir que algo no lograra algo cuando esta creciendo , no se , lo que sin duda permitira a los artistas sera eliminar todo el trabajo tedioso en proyectos de enorme complejidad.
Comentarios
El arte es una representación de la realidad desde el punto de vista del artista, por otro lado el que contempla el arte, interpreta la obra según su conocimiento de la realidad. Ergo esto es una tontería, ya que es el que mira el que considera si lo que ve es arte o no, y si le transmite sentimientos.
#2 es más, el arte es totalmente parametrizable, luego una vez que una IA sepa qué parámetros influyen y de qué manera lo tiene más que fácil generar en nosotros las sensaciones que quiera, además de una manera mucho más eficiente y eficaz que cualquier humano.
Si no fuera así no habrían clases de composición, por ejemplo.
#7 En el Club de los Poetas Muertos te llevarían la contraria y arrancarían esa página
#11 películas...
El viejo faro solitario se alzaba majestuoso sobre los acantilados, como un guardián silencioso que había observado el paso del tiempo. Sus paredes de piedra estaban gastadas por el viento y las olas que habían azotado la costa durante incontables años. Desde su torre, una luz intermitente se alzaba en la oscuridad de la noche, guiando a los navegantes perdidos de regreso a tierra firme.
En el pueblo cercano, vivía un hombre llamado Santiago. Era un pescador apasionado y un amante de la soledad del mar. Había perdido a su esposa hacía años y, desde entonces, había encontrado consuelo en la compañía de su fiel perro, Max. Juntos, compartían sus días explorando la costa y sus noches mirando la luz del faro parpadeando en la distancia.
Una fría noche de invierno, una tormenta feroz se desató sobre el pueblo. El viento aullaba y las olas rugían, amenazando con engullir cualquier barco que se aventurara cerca de la costa. Santiago había estado preocupado toda la tarde, sabiendo que muchos de sus amigos pescadores estaban en el mar. Se aferraba a la esperanza de que la luz del faro los guiaría a salvo a casa.
Desesperado por saber si sus amigos estaban bien, Santiago se puso su abrigo y se dirigió hacia el faro con Max a su lado. La lluvia azotaba su rostro mientras corría por la costa rocosa hacia la torre del faro. Cuando llegó allí, se encontró con el viejo farero, un hombre de pelo plateado y ojos cansados que había dedicado toda su vida a mantener viva la luz del faro.
Santiago le explicó su preocupación y el farero asintió con tristeza. Había estado observando la tormenta con temor, sabiendo que había muchos barcos en peligro. Juntos, observaron la luz del faro, que brillaba con fuerza en medio de la furia de la tormenta.
Las horas pasaron lentamente mientras esperaban noticias. Finalmente, cuando el amanecer comenzaba a iluminar el cielo, llegaron los primeros barcos, exhaustos y dañados, pero a salvo gracias a la luz del faro. Santiago pudo ver a sus amigos entre los pescadores, y su corazón se llenó de alivio.
Esa noche, mientras regresaba a casa con Max, Santiago no pudo evitar sentir una profunda gratitud por el viejo faro y por el farero que lo cuidaba. Había visto cómo esa luz solitaria había guiado a sus amigos a casa, y se dio cuenta de que, de alguna manera, también había iluminado su propia vida en su soledad.
El faro seguía en pie, como un faro de esperanza en la oscuridad de la vida de Santiago. Y aunque la tormenta aún rugía, él sabía que siempre encontraría su camino de regreso a casa mientras la luz del faro continuara brillando en la noche.
- ChatGPT 3.5 ("crea un relato corto emotivo")
#4 Pues se ha “inspirado” un huevo en El Viejo y el Mar, de Hemingway.
#4 Lo que veo es que si ahora coges ese texto y le das un repaso de estilo te queda algo que puedes "vender" en alguna de esas rrss literarias que hay ahora. No he usado chatgpt pero si puedes darle unas directrices para que te escriba capítulos y te vendes bien, igual acabas firmando en la próxima feria del libro
Las obras realizadas por IAs salvarán el arte
Decir que algo no lograra algo cuando esta creciendo , no se , lo que sin duda permitira a los artistas sera eliminar todo el trabajo tedioso en proyectos de enorme complejidad.
¿Que las IA no crearán contenido con sentimientos? Déjame que lo dude...
#1 Dales diez años y terminaremos por no distinguir a nuestro nietos de sus clones generados en una impresora 3D.
#1 Somos sentimientos y tenemos seres humanos
El arte es subversión no sentimientos. 🍃
me estoy acordando del artista del lienzo en blanco con un plátano pegado y el que hizo una estatua invisible...
Dedicarte a 'el arte', con la IA, en verdad va a ser morirte de frio. Literal.