Publicado hace 11 meses por Gotsel a historia.nationalgeographic.com.es

Al final la fortuna se aliaría con Rubik cuando conoció a Tibor Laczi, un húngaro expatriado que trabajaba como vendedor de una compañía de ordenadores austríaca. Laczi recordaba así cómo se conocieron: "Cuando Rubik entró por primera vez en la habitación tuve ganas de darle algo de dinero, parecía un mendigo. Iba terriblemente vestido y llevaba un cigarrillo húngaro barato colgando de la boca. Pero sabía que tenía a un genio ante mí. Le dije que podíamos vender millones".

Comentarios

D

Bueno, seré el primero... En mis 34 años dando vueltas alrededor del Sol,jamas he podido acabar uno de estos

unodemadrid

#1 Es cuestión de memorizar los movimientos que necesitas para llevar las caras a donde necesitas, los movimientos están estandarizados. Yo tardaba unos 5 minutos en hacerlo, y ahora lo hago sin problemas hasta que me queda la cara inferior, ahí tengo que mirar los movimientos.