Según la propuesta actual, los gobiernos nacionales que no quieran que se cultive un transgénico en su territorio estarían obligados a solicitar a las empresas agrobiotecnológicas como Monsanto y Syngenta que excluyan a su país de la solicitud. Es imprescindible alcanzar otro planteamiento donde un Estado no tenga que verse obligado a solicitar el consentimiento de la empresa a prohibir el cultivo de transgénicos. A su vez limita la importancia de un escrutinio riguroso de los riesgos ambientales y para la salud
Comentarios
los transgénicos son neurotóxicos, y sus químicos asociados -están obligados a cultivarlos con matarratas, fungicidas y herbicidas bajo contrato muy concretos- son neurotóxicos y altamente cancerígenos.
Y tampoco tienen tantos nutrientes, pero vamos, hablamos de veneno, éso es lo de menos.
Luego que no nos vendan nuevos descubrimientos carísimos que curan el cáncer hasta que -oh, casualidad- expira la patente. Entonces ya no, no eran buenos, y salen otros más caros.
TENEMOS DERECHO A COMIDA QUE ALIMENTE Y NO MATE.