En torno a 1943, en plena posguerra española y contra lo que pudiera pensarse, tanto Madrid como Barcelona gozaban de una excelente actividad musical en la que convivían distintos géneros y gustos. Aparte de la copla, el flamenco y otros ritmos autóctonos y foráneos, el swing o jazz hot, como también se denominaba entonces, estaban en pleno auge. Entre todas las salas de baile de Barcelona destacó una, el Salón Amaya, que desde 1943 fue el centro neurálgico del swing y el jitterbug o lindy hop en la ciudad.
Comentarios
El swing no es un baile, el baile es el lindy hop o jitterbug, el swing es la música. Igual que ballet no es un tipo de música sino un tipo de baile, la música clásica es la música con la que tradicionalmente se baila ballet, aunque hoy en día se experimente con otros estilos de música dentro del ballet y haya mezclas con el ballet y otros estilos muy interesantes: ballet-hip hop, ballet-danza contemporánea, etc.
#FreeAssange
Año 2015: Los Pesados del Swing intentan invadir cualquier espacio, rivalizando con los "Habrá piscolabis vegano", llegando al punto de pedir instalaciones públicas para pistas de baile para Swing.
Mejor del swing que del footing.
Javier Cansado hablo de esta chica hace poco en su podcast, buenisima:
#4 como se llama su podcast?
#9 Todopoderosos
Buen post, gracias #0 siempre un placer leer sobre Swing.
Quizá nuestra historia del siglo pasado evitó que tuviésemos nuestro propio Django Reinhardt
#5 No tuvimos uno propio, pero sí hubo uno argentino, el grandísimo Óscar Alemán.
Aquí un documental acerca de él:
Aunque ambos hicieron duetos, no existe grabación que lo atestigüe. Óscar huyó de los nazis vía España, a través de Irún, él estaba afincado en París, estuvo trabajando años en la orquesta de Josephine Baker, allí Duke Ellington le intentó fichar para su orquesta.
anda si?
Hay una peli, "Rebeldes del swing", ambientada en la Alemania Nazi que es parecida a esta historia.
Aquí y ahora también tenemos unas cuantas voces femeninas de primerísimo nivel dentro del mundo del jazz. Mencionar sólo dos que, creo, no son demasiado conocidas fuera del ambiente jazzero, y que son realmente fantásticas:
La ibicenca Ángela Cervantes…
… y la coruñesa Verónica Ferreiro…
… acompañadas ambas de dos de los mejores guitarristas de éste país, el alcalaíno Chema Saiz y el placentino Javier Sánchez