Desde su condición de rareza, incluso para los estándares helenísticos, el Galo Capitolino parece pensado para contentar por igual a todos los paladares de cualquier tiempo: los amantes del clasicismo se veían seducidos por su belleza masculina, mientras que los románticos exaltados no podían resistirse a la lírica del héroe derrotado. Tanto fue así que hasta bien entrado el siglo XX su fama no estaba por debajo de la que hoy pueda tener la Gioconda.
Comentarios
El vaso Borghese. Otra de las joyas desenterradas de lo que fueran los horti salustiani en la Villa Ludovisi.
Pude verlo en persona cuando estuve en Roma. Es impresionante.
Hice varias fotos*, pero nada comparado con verlo físicamente.
Es muy recomendable la visita a los museos Capitolinos.
*Tengo hasta una foto de uno de los vigilantes de seguridad de uno de los pasillos dormido.
#2 Lo corroboro. Una maravilla digna de ser contemplada.
#3 ¿Tan interesante es el vigilante durmiendo? ¿Es exposición permanente?
Me encanta la escultura y la historia, pero aún así, el artículo se hace largo y difícil de seguir por lo prolijo y excesivo...