(...) Grosso modo, la batalla de Galípoli discurrió como en el viejo cine de antaño: en sesión continua. El ejército turco otomano, asesorado por intendentes alemanes, logró resistir, por un lado, el intento de forzar los Dardanelos por parte de buques franceses y navíos de la Royal Navy británica. El plan, concebido por entonces por un jovencísimo Winston Churchill, acabó en fiasco. La mácula de Galípoli lo perseguirá durante toda su carrera política. El 18 de marzo de 1915 los aliados fracasaron en el intento por la vía naval.
Comentarios
¡Qué gran película!
La idea estaba bien. Si los aliados se hacían con el estrecho, podían llevar una flota al Mar Negro y cortar la última ruta comercial de Alemania, de la que obtenía recursos de Asia.
Fueron victorias estratégicas turcas que alargaron la guerra. Una victoria aliada hubiera finalizado la guerra más rápido.
¡Quién iba a pensar que un plan idea por un señor al que tomarse un whisky tras el desayuno le llamaba "daily whiskey mouthwash" podía fallar!