Hace 7 meses | Por Arariel a publico.es
Publicado hace 7 meses por Arariel a publico.es

Cuando el señor Synowzik levantó la tapa de la alcantarilla, pudo respirar la libertad. De las cloacas emergieron él, su novia, su hijo Michael y un par de tenedores de langosta chapados en plata. Lógicamente, nada más poner un pie en Berlín Occidental, no pensaban degustar un crustáceo, pero sabían que su venta les podría proporcionar un dinero para comenzar una nueva vida en la República Federal de Alemania.

Comentarios

me espero al analisis de algun meneante que me informe por un tweet de que todos eran agentes de la cia que iban a obtener informacion de los coches voladores y autonomonos fluian y los robots trabajaban por ti era lo mas parecido a wakanda

D

¿Y esos de que huían, del comunismo o del fascismo?