Eran los años sesenta, la guerra fría estaba en su apogeo y las grandes potencias se hallaban sumidas en una carrera por la conquista del espacio: el temor de una guerra nuclear estaba latente. Por aquellos días, la Administración Nacional de Seguridad Nuclear estadounidense llevó a cabo un programa de espionaje espacial llamado Vela que consistió en poner en órbita 6 satélites con instrumentos capaces de detectar destellos violentos de rayos gamma, típicos de actividad nuclear.
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Cuando tu madre encuentra por primera vez una cajetilla de tabaco
Psé, todo eso no es nada comparao a cuando tengo una erección