Lector empedernido del escritor Ramón J. Sender, el cineasta Luis Olano, nacido en Leningrado en 1986 y descendiente de un niño de la guerra, inició en 2014 su inmersión en la poliédrica personalidad de su hijo, Ramón Sender Barayón, gurú de la contracultura, militante de las primeras comunas autogestionadas, precursor de la música electroacústica y tantas otras facetas, a raíz de una pista aportada por el periodista Germán Sánchez, Premio Ondas 2012. El resultado lo ha plasmado en el documental ‘Sender Barayón. Viaje hacia la luz’.
Comentarios
#2 Lee sobre la novela de Anacronopete. Scifi de viajes en el tiempo anterior a H.G. Wheels. Para que luego digan del mundo hispano.
El Eternauta, lo mismo. Obra del cono sur americano, nada que envidiar a Twilight Zone en TV o el clásico pulp o comics de scifi de EC.
En Europa, nada que ver. El franquismo fué un cáncer para España. En los 60 se modernizaron un poco, más que nada porque frente a EEUU y la URSS estaban haciendo el rídiculo tecnológica e industrialmente. Aprendieron que ya no eran imperio de nada y pintaban una puta mierda en el mundo tras la 2GM.
Tras a bomba atómica y los hombres en el espacio, creo que los falangistas con más de dos neuronas no tuvieron más cojones que apartar un poco a los curas ruralistas de en medio, pero ni por esas hemos conseguido librarnos del poso católico victimista ni el pensamiento mágico. De beatos meapilas a horoscoperos del reiki y el power balance.
Es como si España hubiera ido a rebufo de Inglaterra, Francia y Alemania. Comparado con lo que se hacía allí, salvo los fanzines (cosa barata de hacer por cierto), en el mundo tecnológico del "do it yourself" hemos ido muy atrás. Por mucho que digan en cacareada la edad de oro del software, contra Francia e Inglaterra fuimos una mota de polvo.
Ahora bien, desde los 2000 hasta el más inútil tenía un PC en casa y hemos remontado algo, pero resulta que la generación Z es universamente inútil en todas partes hasta el punto que de nativos digitales no tienen nada. Habría que convencer a nuestra generación milennial que monten literatura, música y videojuegos futuristas en sus ratos libres. No se puede estar pensando en "lo que no fue", si no en lo que puede ser.
El hijo de Ramón J. Sender, un pedazo de escritor nunca lo suficientemente reconocido. Y con una vida especialmente trágica, todo un espejo de lo que fueron las primeras décadas del siglo XX en España.
Recomendable el documental