“El mundo está loco, loco, loco, loco” se convirtió en la tercera película más taquillera de 1963 con buenas valoraciones de crítica y público, y se situó en la posición 40 en la lista “100 años
Es una grandísima película, y no importa las veces que la vea, siempre me pego un hartón de reír con ella. Spencer Tracy en su papel de capitán Culpeper está inmenso, y podemos ver cómo empieza la película siendo un buen policía, para, a lo largo del día y ver que su premonición ("Presiento que hoy todo me va a salir bien")no sólo no se cumple sino que sucede exactamente al revés, va perdiendo su buen juicio hasta que se pasa al otro lado.
El mundo está loco, loco, loco, es una cinta no sólo divertidísima, sino una aguda crítica social acerca de cómo todos podemos convertirnos en fieras capaces de puñaladas traperas y salvajadas si sabemos que podemos ganar una gran cantidad de dinero. Es una joya del humor recurrente donde cada personaje tiene un carácter muy marcado y una forma de ser particularísima, donde esperamos cada intervención de los personajes para oírles decir algo que va específicamente con ellos, de manera que ninguna frase de la película puede ser confundida; todas tienen la marca de quien la dice. Y finalmente, es también un gran canto al optimismo y a tomarse la vida con humor, pase lo que pase.
"Puede que un día, dentro de diez o veinte años... encuentre algo de lo pueda reírme. Cualquier cosa".
"¡Russel, ¿qué le has hecho a mi mami!?"
"¡Tenga cuidado, ese mancebo es un gorila frenético!"
"¡¿Pero qué manera de hablar es esa "cosas así, pasan"?! ¡Y estas cosas pasan porque todo, todo el país, está lleno de individuos que, cuando estas cosas, dicen "cosas así, pasan", y por eso pasan!"
"¡Sí, estabas trabajando para conseguir una baja de precios, y un buen día saliste de tu oficina y te pusiste a ladrar en plena calle!"
Y la mejor:
"¿Alguno de ustedes no habrá visto a un individuo con gafas y con cara avinagrada? Con... ¡con cara de caníbal! ¡Quiero decir un tío feo, feo de verdad!"
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Es una grandísima película, y no importa las veces que la vea, siempre me pego un hartón de reír con ella. Spencer Tracy en su papel de capitán Culpeper está inmenso, y podemos ver cómo empieza la película siendo un buen policía, para, a lo largo del día y ver que su premonición ("Presiento que hoy todo me va a salir bien")no sólo no se cumple sino que sucede exactamente al revés, va perdiendo su buen juicio hasta que se pasa al otro lado.
El mundo está loco, loco, loco, es una cinta no sólo divertidísima, sino una aguda crítica social acerca de cómo todos podemos convertirnos en fieras capaces de puñaladas traperas y salvajadas si sabemos que podemos ganar una gran cantidad de dinero. Es una joya del humor recurrente donde cada personaje tiene un carácter muy marcado y una forma de ser particularísima, donde esperamos cada intervención de los personajes para oírles decir algo que va específicamente con ellos, de manera que ninguna frase de la película puede ser confundida; todas tienen la marca de quien la dice. Y finalmente, es también un gran canto al optimismo y a tomarse la vida con humor, pase lo que pase.
"Puede que un día, dentro de diez o veinte años... encuentre algo de lo pueda reírme. Cualquier cosa".
"¡Russel, ¿qué le has hecho a mi mami!?"
"¡Tenga cuidado, ese mancebo es un gorila frenético!"
"¡¿Pero qué manera de hablar es esa "cosas así, pasan"?! ¡Y estas cosas pasan porque todo, todo el país, está lleno de individuos que, cuando estas cosas, dicen "cosas así, pasan", y por eso pasan!"
"¡Sí, estabas trabajando para conseguir una baja de precios, y un buen día saliste de tu oficina y te pusiste a ladrar en plena calle!"
Y la mejor:
"¿Alguno de ustedes no habrá visto a un individuo con gafas y con cara avinagrada? Con... ¡con cara de caníbal! ¡Quiero decir un tío feo, feo de verdad!"
Genial película.
Magnífica película. El artícula soberbio.