Hace 1 año | Por Vlemix a jotdown.es
Publicado hace 1 año por Vlemix a jotdown.es

Algunos de ustedes recordarán aquellos tiempos prehistóricos, los años setenta y ochenta, cuando nadie usaba internet, ni había teléfonos móviles, y la televisión analógica era la principal ventana de los ciudadanos al mundo. El espectador estaba condenado a tragarse lo que le ofreciesen, sin mucha alternativa. La rutina dominaba la emisión. La audiencia estaba acostumbrada a esa rutina. Lo bueno de las épocas rutinarias es que los incidentes excéntricos dejan mucha más huella, y cualquier gilipollez termina adquiriendo la categoría de leyenda.

Comentarios

D

Buena historia.