«Si quieres que tus hijos sean inteligentes, léeles cuentos de hadas.Si quieres que sean más inteligentes, léeles más cuentos de hadas.» Albert Einstein Los niños son niños, no son gilipollas. El problema es que, durante muchos años, la cultura ha considerado –y en muchos casos, sigue considerando- a los niños como seres incapaces de comprenderla. Como pequeños animalillos que requieren amor y cariño, pero cuya comprensión de la realidad debe estar vetada o edulcorada o directamente cambiada.
Comentarios
No, por Diosssss, El Mundo nooooooo
la literatura infantil nunca competirá por el Premio Nobel
Es cierto, quién se acuerda de los cuentos de los hermanos Grimm, de HC Andersen, de Collodi, de las fábulas o de Selma Lagerlöf (primera mujer ganadora del Nobel de Literatura y cuya obra más conocida es un cuento infantil) por poner unos pocos ejemplos. La literatura infantil siempre fue rica y mucho menos empalagosa de lo que creemos.
Los niños no son gilipollas, estoy de acuerdo. Pero habrá que reconocer que tampoco tienen sus capacidades al completo. Lo que es de gilipollas es considerar que los cuentos "de hadas" son una gilipollez per se, cuando son en realidad una literatura que puede tener y tiene unos planteamientos morales y filosóficos ricos y con un valor didáctico indiscutible para el desarrollo humano no sólo de los niños.
Claro, hay mucho producto infantil que es mero entretenimiento o gracias simples, artificio banal, especialmente desde que Occidente decidió que la literatura moralizante era un horrible tabú y que lo que había que hacer era dejar al niño que se busque "su camino" para convertirse en un malcriado con mucha "personalidad".
Leer el periódico, por ejemplo, es seguro una tarea mucho más compleja y que requiere una cantidad de información previa mucho mayor, y es un más inmediato reflejo de la realidad. Pero creo firmemente que leer un periódico es humanamente de mucho menor provecho que leer un buen cuento infantil.
Dejemos de despreciar la maduración personal, dejemos de adorar los datos y las técnicas, el utilitarismo en manos de indigentes morales no nos lleva a ninguna parte.
Defiendo que un niño lo primero que tiene que hacer es madurar como buena persona, y lo demás le llegará más tarde.
A los niños tampoco hay que darles La Razón como a los tontos.