#2:
#1 No es la primera vez que ocurre algo así en esa misma biblioteca.
Por poner un ejemplo que conozco bien, había constsncia de que Menéndez Pelayo tenía un manuscrito titulado "Diálogo de las transformaciones de Pitágoras", y que fue editado a comienzos del siglo XX. Ana Vian Herrero, especialista en literatura lucianesca, advirtió ciertas deficiencias textuales propias de una transcripción imperfecta, así que se interesó por el manuscrito, pero el manuscrito no terminaba de aparecer. En un momento dado, una de las bibliotecarias le comentó que había un baúl con materiales aún no catalogados, y que probase suerte ahí. Efectivamente, el "Diálogo de las transformaciones de Pitágoras" estaba en el baúl, figurando como segundo manuscrito de un volumen facticio compuesto por dos manuscritos distintos.
La obra merece mucho la pena, igual que "El crótalon", del bachiller Cristóbal de Villalón, o "El gallo", del gran Luciano de Samósata.
#5:
#1 Se me olvidó antes poner enlaces a los dos manuscritos del Crótalon, conservados en la BNE y digitalizados en Biblioteca Digital Hispánica. Son muy legibles, que Cristóbal de Villalón tenía buena letra:
#9 aunque te responde #12, te confirmo que en el caso de fondo antiguo suele ser falta de pasta y que son materiales que implican echarles cierto tiempo para catalogarlos bien, no como una monografía moderna que a una mala puede hacerse como churros o tirando de Z39.50 y catalogaciones ajenas.
Y sí, míticos son los "nidos" de fondo antiguo que sigue habiendo en BNE sin catalogar...
#1 No es la primera vez que ocurre algo así en esa misma biblioteca.
Por poner un ejemplo que conozco bien, había constsncia de que Menéndez Pelayo tenía un manuscrito titulado "Diálogo de las transformaciones de Pitágoras", y que fue editado a comienzos del siglo XX. Ana Vian Herrero, especialista en literatura lucianesca, advirtió ciertas deficiencias textuales propias de una transcripción imperfecta, así que se interesó por el manuscrito, pero el manuscrito no terminaba de aparecer. En un momento dado, una de las bibliotecarias le comentó que había un baúl con materiales aún no catalogados, y que probase suerte ahí. Efectivamente, el "Diálogo de las transformaciones de Pitágoras" estaba en el baúl, figurando como segundo manuscrito de un volumen facticio compuesto por dos manuscritos distintos.
La obra merece mucho la pena, igual que "El crótalon", del bachiller Cristóbal de Villalón, o "El gallo", del gran Luciano de Samósata.
#2 Disculpad una pregunta: ¿el hecho de que que haya baúles con documentos y obras sin catalogar en una biblioteca habla bien de la misma, por lo inabarcable de su colección, o habla mal de ella, por la falta de organización del catálogo o de medios para hacerlo?
#9 A veces las bibliotecas reciben herencias de escritores y profesores que son docenas de cajas. Sin personal para filtrarlo, lo que parece antiguo lo de ntentan guardar en algun almacén hasta que entre mas personal o pedir alguna ayuda de documentación
#9 Si se me permite una digresión profesional (soy bibliotecaria), suele ser falta de medios. En concreto de personal cualificado, ya que el fondo antiguo requiere especialistas. Aún así es extraño que no se hiciera una primera criba de los fondos y se detectase, pero tambien son solo 23 hojas, asi que puede pasar desapercibido. Y que sea en latín es lo normal, era la lengua franca de la epoca, lo extraordinario es que sea un incunable (impreso antes de 1501).
#7 Hombre, yo entiendo que si es casual. No es como dice #2, donde buscaban expresamente un libro que sospechaban estaba alli.
En tu ejemplo, el labrador que ara el campo tambien esta trabajando. Que el descubrimiento ocurra por casualidad realizando otra labor en la biblioteca no resta valor. Y, como dices, destaca la importancia de realizar esas labores, porque ademas de lo que hacian, que puede ser mas o menos importante, a veces aparecen estas sorpresas (en parte esperables en una catalogacion, ciertamente).
#1 Se me olvidó antes poner enlaces a los dos manuscritos del Crótalon, conservados en la BNE y digitalizados en Biblioteca Digital Hispánica. Son muy legibles, que Cristóbal de Villalón tenía buena letra:
Un incunable (del latín incunabulae, en la ccuna es todo libro impreso durante el siglo XV. Concretamente, antes del día de Pascua de 1501, pues en esa época se hacía comenzar el año en este día. Fue posiblemente Cornelius Beughem quien empleó la palabra por primera vez, en su Incunabula typographiae (1688). Previamente se atribuye dicho término a Bernhard von Mallinckrodt quien llamaría a esta época “typographicae incunabula” en 1640 en su obra De ortu et progressu artis typographica
#8 En este período la industria tipográfica todavía no se había especializado: el impresor era dueño y manipulador de la prensa, fundidor de tipos, fabricante del papel, encuadernador, editor, librero, artesano, artista y erudito. Algunos de ellos dejaban una «marca de agua» o filigrana en el papel que fabricaban, de esa manera sabemos quién la editó; pero hay muchos que carecían de firma y fecha. Hoy en día, estudios científicos que analizan los tipos de fundición utilizados, han ayudado a catalogar la mayoría de las ediciones existentes. Estas ediciones son documentos históricos que, por primera vez, pusieron la cultura al alcance de todos.
Qué manía tienen los políticos con decir que estos hallazgos ocurren por casualidad y despreciar el trabajo de los profesionales. Este hallazgo se ha producido en los trabajos de catalogacion, no paseando por la calle. Hace unos días, lo mismo con el hallazgo de dos cuevas con pinturas paleoliticas en el seguimiento arqueológico de unas obras. Hallazgo casual es encontrar una escultura celtiberica mientras estás arando tu terreno.
Comentarios
#9 Ambas. Por un lado, la biblioteca de don Marcelino era inmensa, y por otro los presupuestos de cultura suelen ser raquíticos.
#2 #5 #12 como siempre muchas gracias por tus aportes. Otro día hablamos de un troll que lleva 20 años troleando a la BMP con la ficha del necronomicon
El Estado Islámico difunde un vídeo en el que destruye estatuas milenarias/c10#c-10
#9 aunque te responde #12, te confirmo que en el caso de fondo antiguo suele ser falta de pasta y que son materiales que implican echarles cierto tiempo para catalogarlos bien, no como una monografía moderna que a una mala puede hacerse como churros o tirando de Z39.50 y catalogaciones ajenas.
Y sí, míticos son los "nidos" de fondo antiguo que sigue habiendo en BNE sin catalogar...
Solicito el comodín dethemarquesito para que comente algo instructivo
#1 No es la primera vez que ocurre algo así en esa misma biblioteca.
Por poner un ejemplo que conozco bien, había constsncia de que Menéndez Pelayo tenía un manuscrito titulado "Diálogo de las transformaciones de Pitágoras", y que fue editado a comienzos del siglo XX. Ana Vian Herrero, especialista en literatura lucianesca, advirtió ciertas deficiencias textuales propias de una transcripción imperfecta, así que se interesó por el manuscrito, pero el manuscrito no terminaba de aparecer. En un momento dado, una de las bibliotecarias le comentó que había un baúl con materiales aún no catalogados, y que probase suerte ahí. Efectivamente, el "Diálogo de las transformaciones de Pitágoras" estaba en el baúl, figurando como segundo manuscrito de un volumen facticio compuesto por dos manuscritos distintos.
La obra merece mucho la pena, igual que "El crótalon", del bachiller Cristóbal de Villalón, o "El gallo", del gran Luciano de Samósata.
#2 Disculpad una pregunta: ¿el hecho de que que haya baúles con documentos y obras sin catalogar en una biblioteca habla bien de la misma, por lo inabarcable de su colección, o habla mal de ella, por la falta de organización del catálogo o de medios para hacerlo?
#9 Muy buena pregunta
#9 A veces las bibliotecas reciben herencias de escritores y profesores que son docenas de cajas. Sin personal para filtrarlo, lo que parece antiguo lo de ntentan guardar en algun almacén hasta que entre mas personal o pedir alguna ayuda de documentación
#9 Si se me permite una digresión profesional (soy bibliotecaria), suele ser falta de medios. En concreto de personal cualificado, ya que el fondo antiguo requiere especialistas. Aún así es extraño que no se hiciera una primera criba de los fondos y se detectase, pero tambien son solo 23 hojas, asi que puede pasar desapercibido. Y que sea en latín es lo normal, era la lengua franca de la epoca, lo extraordinario es que sea un incunable (impreso antes de 1501).
#7 Hombre, yo entiendo que si es casual. No es como dice #2, donde buscaban expresamente un libro que sospechaban estaba alli.
En tu ejemplo, el labrador que ara el campo tambien esta trabajando. Que el descubrimiento ocurra por casualidad realizando otra labor en la biblioteca no resta valor. Y, como dices, destaca la importancia de realizar esas labores, porque ademas de lo que hacian, que puede ser mas o menos importante, a veces aparecen estas sorpresas (en parte esperables en una catalogacion, ciertamente).
#1 Se me olvidó antes poner enlaces a los dos manuscritos del Crótalon, conservados en la BNE y digitalizados en Biblioteca Digital Hispánica. Son muy legibles, que Cristóbal de Villalón tenía buena letra:
http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000045375
http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000135729
El manuscrito del Diálogo de las transformaciones de Pitágoras no está disponible digitalizado, por desgracia.
Un incunable (del latín incunabulae, en la ccuna es todo libro impreso durante el siglo XV. Concretamente, antes del día de Pascua de 1501, pues en esa época se hacía comenzar el año en este día. Fue posiblemente Cornelius Beughem quien empleó la palabra por primera vez, en su Incunabula typographiae (1688). Previamente se atribuye dicho término a Bernhard von Mallinckrodt quien llamaría a esta época “typographicae incunabula” en 1640 en su obra De ortu et progressu artis typographica
#8 En este período la industria tipográfica todavía no se había especializado: el impresor era dueño y manipulador de la prensa, fundidor de tipos, fabricante del papel, encuadernador, editor, librero, artesano, artista y erudito. Algunos de ellos dejaban una «marca de agua» o filigrana en el papel que fabricaban, de esa manera sabemos quién la editó; pero hay muchos que carecían de firma y fecha. Hoy en día, estudios científicos que analizan los tipos de fundición utilizados, han ayudado a catalogar la mayoría de las ediciones existentes. Estas ediciones son documentos históricos que, por primera vez, pusieron la cultura al alcance de todos.
Qué manía tienen los políticos con decir que estos hallazgos ocurren por casualidad y despreciar el trabajo de los profesionales. Este hallazgo se ha producido en los trabajos de catalogacion, no paseando por la calle. Hace unos días, lo mismo con el hallazgo de dos cuevas con pinturas paleoliticas en el seguimiento arqueológico de unas obras. Hallazgo casual es encontrar una escultura celtiberica mientras estás arando tu terreno.
¡Los llantos y berreos que pegará el jodío incunable!
#6 Eso seria si tambien fuese inchupeteable
Eso confirma mis sospechas de que mucho libro, pero no los lee ni Dios.
Raro sería encontrarlo en un taller mecánico o en una fundición, la verdad.
#4 Ya te digo, encuentran un libro en una biblioteca.
Parece el mundo today.
Mañana veo a Revilla echándole un ojo.