Existen dos tipos de sesgos: los cognitivos, que inducen a errores de percepción, y los emocionales, en los que influyen nuestro estado de ánimo. “Emocionalmente estamos hechos para el disfrute inmediato, no el retardado. No nos visualizamos suficientemente en nuestro “yo futuro” que, en algún momento, tendrá que consumir y lo que no sabemos es si tendremos suficientes recursos en aquel momento. Por eso, el ahorro es necesario”, señala a modo de conclusión Diego Valero, presidente de Novaster.
Comentarios
Si no fuera así, no existirían ni los anuncios ni las agencias de publicidad.
Pues conmigo estan consiguiendo inmunizarme a base de emitir anuncios en plan épico apelando a las emociones para venderte cualquier mierda.
Es empezar a ver algo de ese estilo y descartarlo automáticamente.
La decisión que más afecta a nuestra economía es el matrimonio y tener hijos y eso hoy en día depende casi en exclusiva de las emociones.
Fuera del consumismo. Lo que basa las decisiones económicas es tener más o menos dinero. Puedes emocionarte mucho de querer comprarte un yate, que si no tienes el dinero, sabes que no lo vas a poder comprar. Evidentemente si te sobra el dinero, puedes reír o llorar o tener el sentimiento que quieras, por qué te vas a comprar ese yate de todas formas, si es lo que deseas. Vamos que no hace falta ahorrar nada si ya tienes ese dinero.
Saludos.
Se nos olvida que somos animales guiados por el instinto, y que para que se imponga lo racional hay que hacer un sobreesfuerzo. Pensar duele, como se suele decir.
Naaaaa eso os pasa, sobre todo, a los ejecutivos encocados. Es por los daños cerebrales en la zona de control de impulsos. De ahí más coca, las putas, y el disfrutar enormemente de joder al prójimo que os caracterizan.
Y luego os creéis que los pobres no ahorran porque son gilipollas y unos enfermos como vosotros.... pero no.