Que se lo digan al biólogo marino y fotógrafo Manu San Félix, que se sumergió en las aguas de las Islas Salomón, cerca de la isla de Malaulalo, con la intención de documentar un naufragio que aparecía en los mapas. Pero al descender, lo que encontró desafiaba toda lógica. “Vi algo, llamé a mi compañero y bajamos”, relató. No era un barco: era una “catedral submarina” viva. Las mediciones confirmaron la magnitud del hallazgo. Este "megacoral" (de la especie Pavona clavus) mide 34 metros de ancho por 32 de largo, con casi 6 metros de altura.
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Por fin un medio serio y científico como Hola.com utiliza la única forma válida de medir tamaños.
Los lapsos temporales grandes usan pubertades de Jordi Hurtado.