Publicado hace 9 años por japego a legadohistoria.blogspot.com.es

Convenida la rendición, los que así lo prefirieron se dieron la muerte, cada uno a su forma. Los restantes acudieron al tercer día al lugar designado, espectáculo terrible y prodigioso; cuerpos escuálidos, llenos de vello y suciedad, con las uñas crecidas, despidiendo un fétido olor; las ropas que de ellos colgaban eran igualmente asquerosas y no menos malolientes.