Estimados señores, no me ha ido tan mal del todo. Podríamos decir que doy por buenas cada una de las decisiones que he tomado porque, al fin y al cabo, tanto las acertadas como aquellas en las que metí la pata me han traído hasta aquí. Soy de los que cree en el poder constructivo de la fuerza, en la incontestable cifra final que resulta de restar las dificultades a las oportunidades que se nos ponen por delante...