El último capítulo de la tercera temporada de Succession logra un 9,9 en IMDb, una calificación que no consiguieron ni los mejores episodios de Los Soprano o The Wire. El desenlace fue magistral. Llevó la disputa por la herencia entre unos hijos inútiles y su padre, tiburón de las finanzas creador de un imperio, a unos límites de crueldad y vergüenza ajena inenarrables. Por supuesto, detrás está Jesse Armstrong, británico y guionista en series con tan mala baba como Peep Show o The Thick of it.  
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