Publicado hace 8 años por Ser_no_vil a historiasdelahistoria.com

A veces tendemos a idealizar todo lo que viene de Oriente. Sin ir más lejos, a ojos occidentales la figura del samurái suele estar rodeada de un halo de misticismo que poco tiene que ver con la realidad. Nos pensamos que eran guerreros honorables, espirituales y de elevados principios morales, pero a la hora de la verdad tampoco eran tan distintos de los caballeros medievales europeos. Otro mito es el pintarlos como cultos, refinados y amantes de las bellas artes.

Comentarios

K

Chusma noble es chusma noble aquí y en Japón. Allí más, que los nobles aún eran más soberbios y los campesinos aún mas arrastrados.

ziegs

Eran igual de brutales y sanguinarios, además de misóginos, que sus coleguitas medievales.

noexisto

#1 Y el punto es...?

D

Casi vomito un arcoiris

Marco_Pagot

"Otro mito es el pintarlos como cultos, refinados y amantes de las bellas artes.

Marco_Pagot

#6 Más o menos me venía refiriendo a eso, que se queja de tópicos para luego calzar tópicos mezclando cosas. Los samuráis no son tan desconocidos no están tan mitificados como los Ninja, y ello se lo debemos no sólo a documentos sino a todo tipo de películas y cómics. De hecho muchos de los samuráis de la literatura histórica pasan más hambre que un día sin pan.

W

En Cataluña durante la guerra civil pasó algo parecido, se pidió proteger sus campos y el trabajo de Pere Dot. Se dedicaba a crear rosas.

Dromedari

Eran unos soldados anacrónicos en país poco dado a las guerras, es normal que si la nobleza no se dedicaba a la espada desarrollara otras aficiones.

Otra cosa es la mentalidad del asedio japones que disiente mucho de uno europeo, excepto honrosas excepciones los castillos japoneses militarmente hablando son una mierda. Nada que ver con los intrincados medios de defensa con los que contaban sus homólogos europeos, la mayoría no cuenta con torres de flanqueo, ni sus muros ni puertas estaban preparados para recibir una embestida de la artillería enemiga.

Si tuviera que apostar juraría que no es que el enemigo le tuviera respeto a Yusai y decidiera “perdonarle”. Se estaba jugando demasiado en ese entonces para tales trivialidades, sino que Mitsunari, el general en jefe del ejercito del Oeste, trataba de ganarse a su hijo a su causa, tal y como hizo Tokugawa con los daymio Hideaki y Kikkawa Hiroie que cambiaron de bando en medio de la batalla de Sekigahara o entorpecieron el curso de la misma. Y quizás tal vez las palabras del emperador estuvieran coaccionadas por el propio Ieyasu que de intrigas sabia los suyo. Nunca se sabe pero quedo muy conveniente que un mandato imperial le salvara la vida y de paso lograra que el hijo de Yusai y los hombres que comandaba evitaran la tentación de plantearse nuevas lealtades. Pero en eso no le quito la razón al autor, algunas de las batallas se ganaban con la espada y otras con la pluma.