Durante la Segunda Guerra Mundial, el hambre mató a más personas que muchos de los proyectiles que rasgaron el cielo europeo. En ciudades sitiadas como Leningrado, miles morían cada día sin necesidad de que una bala los alcanzara. Pero uno de los episodios más reveladores sobre la naturaleza del hambre no ocurrió en un frente de batalla, sino en un lugar inesperado: el subsuelo del estadio de la Universidad de Minnesota, en Minneapolis.
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El artículo, por otra parte, es muy interesante, mucho.