Publicado hace 8 años por cienciayorigen a stolpersteinblog.wordpress.com

Me gustaría saber qué libro tenía Miguel entre sus manos. Era la mañana del 24 de mayo de 2000 y aquella iba a ser la última de su vida. Sierra Leona atravesaba uno de los conflictos civiles más cruentos que ha conocido África en los últimos años y el reportero español aspiraba –y así lo hacía– a cumplir con una máxima que había anotado en su cuaderno y que bien podría servirle de epitafio: “Hay historias donde lo más peligroso no es arriesgar la vida por contarlas, sino dejar de filmarlas”.