Hoy, más que nunca, nuestros hijos crecen rodeados de información: vídeos, titulares, memes, mensajes reenviados... y no todo lo que leen o ven es cierto. Desde muy pequeños están expuestos a contenidos que mezclan realidad, opinión y, a veces, pura invención. Por eso, enseñarles a pensar por sí mismos es una necesidad educativa clave hoy en día. Pero ¿cómo se enseña el pensamiento crítico en casa, sin convertirlo en una clase teórica ni en un sermón?
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etiquetas: pensamiento crítico , niños , desinformación
Aun así, no entiendo muy bien esa obsesión con los niños y las fake news cuando José Miguel, un señor de Valladolid de 47 años, también se traga todo lo que le llegue desde Telegram. Las generaciones criadas sin redes tienen exactamente los mismos problemas, aunque recuerden con nostalgia lo gordos que eran antes los periódicos.
Porque si la alternativa va a ser confiar a ciegas en lo que nos digan desde informativos de los medios de comunicación ejemónicos, pues va ser que no.
No obstante, entiendo tu postura totalmente.
en vez de abducidos
tendrás gretathumbergs,
que lo prefiero.
De todos modos, salió hace no mucho por aquí un estudio que indicaba que la mejor forma de desarrollar el espíritu crítico no era enseñando las claves para ello, sino dotarlos de más conocimiento e información.
Para que luego venga al menéame y lo frían con negativos, mopongo!!