Hace 5 años | Por Ripio a nationalgeographic.com.es
Publicado hace 5 años por Ripio a nationalgeographic.com.es

Trataban con dureza a sus hombres, pero eran los primeros en atacar y también en enfrentarse a la muerte cuando el enemigo no daba cuartel. En estos soldados descansaba el poder militar de Roma. Eran militares de carrera, es decir, empezaban como soldados rasos e iban ascendiendo por antigüedad y méritos, siguiendo la estructura de la legión.

Comentarios

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#5 Con Tito Livio y Dionisio de Halicarnaso, las fuentes escritas que tenemos para la República temprana y media, hay que ser siempre cautelosos. Cito a J. Rich (A Companion of Roman Army, 1 VV. AA.): Para el período de los reyes, la mayor parte de lo que nos cuentan es leyenda o reconstrucción imaginativa. Desde la fundación de la República (tradicionalmente fechada en 509 a. C.), los historiadores romanos ofrecen un registro anual. Esto incorporó una gran cantidad de datos auténticos, transmitidos oralmente o a través de fuentes documentales tales como el registro de los acontecimientos mantenidos desde tiempos muy tempranos por el Pontifex Maximus. Sin embargo, este material estuvo sometido a la distorsión y la elaboración en manos de sucesivos historiadores que redactaron sus relatos buscando un efecto literario y que ampliaron la narración con lo que consideraban reconstrucciones plausibles. Como resultado, la identificación de los datos auténticos en los registros históricos supervivientes es muy problemática y su extensión sigue siendo discutida. Hay un acuerdo general en que gran parte de lo que se nos dice es creación literaria y esto se aplica en particular a la mayoría de los relatos de las guerras tempranas, que están llenos de invenciones estereotipadas y a menudo anacrónicas.

Lo que sabemos de Ligustino proviene de Livio (42.34). El discurso que pone en su boca es tremendo y muestra una trayectoria bélica destacadísima. En palabras del historiador D. Hoyos (A Companion of Roman Army, 4 VV. AA.), El discurso es obviamente una elaboración de Livio, que presenta la figura idealizada de un campesino firme y patrióticamente guerrero. Sin embargo, los detalles y las circunstancias que le rodean y de las que informa Livio, sugieren que se basa en un episodio y un personaje reales.

areska

#7 Creo que solo yo he sido capaz de apreciar tu fino humor.

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#7 teriantes, se dice teriantes (al menos así era el chiste: "que venga mi centurión, que he perdido los teriantes!")

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#17 y sirve para enganchar a gente. Hay qur empezar por lo ligerito...verano, cubata, y a "ver" sudar a Cato en Palmira.

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Os recomiendo el Podcast "Condecoraciones en las Legiones Romanas", de "La Biblioteca Perdida".

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Muy majo el enlace.

Por completar con algo más oscuro, había mucha pasta de por medio. Sobornos a cambio de menos guardias, menos servicio de letrinas, obtener licencias...

Ripio

#1 Hombre, teniendo en cuenta que junto a las legiones se movían miles de brujos, prostitutas, curanderos, escribanos, vendedores ambulantes, saltimbanquis etc, pues tampoco es tan raro.

Por otra parte, se ha seguido haciendo siempre, en todos los ejércitos.

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#2 no sere yo el que rebaje la admiración por el pilar de las legiones. Cuando la cosa iba mal caian a patadas. Peeeeero Roma, la gran meretriz, era corrupta hasta la médula. Vale, como todos.

En la mayoría de los casos pagabas para ocupar el cargo. Habia que tener méritos, pero si Casio tenía 12 victorias, tu 10 pero pasta... Había que recuperarla.

Y para ser Primun Pilus eso ya era la Champions.

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#3 Obtenían su autoridad a través del ejemplo, ya que los centuriones no solían ser patricios, sino de orígen plebeyo, y combatían en los lugares más peligrosos, en primera línea vamos. Para eso era casi mejor ser el suboficial, el optio, que combatía más retrasado. Supongo que llegar a centurión sería la ambición de todo legionario, y no faltaría quién compraba el cargo, pero visto con distancia tampoco parece un puesto demasiado agradable para invertir tu fortuna. Supongo que aunque en teoría su rango fuera mayor, es equiparable a los sargentos modernos, que combaten en primera línea con la tropa y en las grandes guerras caían como moscas.

b

#8 Realmente habia muy pocas batallas, y no eran como en el cine. No era un oficio especialmente arriesgado.

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#11 #13 Claro, pues como todo ejército a lo largo de la historia. Me viene a la cabeza el mismo ejército español antes de las reformas de azaña. Hoy día mismo es sospechosamente curioso que muchos hijos de generales acaben en el mismo puesto que sus padres, que será por afán de emular la tradición familiar o será por ese nepotismo que tan bien hemos heredado de los romanos. Lo que pasa es que el periodo romano es tan largo que al final es muy complicado hablar de los centuriones como un todo genércio. Podemos hablar de la guerra de las galias donde cubrieron la retirada en un asedio cuyo nombre no recuerdo, o de las continuas guerras civiles donde cada candidato armaba a sus legiones con hombres de confianza, donde se purgaban a los no fieles, donde todo se compraba o se vendía, o podemos hablar de la legiones estacionadas en regiones pacíficas muertas del asco y con demasiado tiempo para pensar. A mi de todos modos me resulta bastante dudoso que fuera un cargo ostentado por patricios, salvo alguno que otro empobrecido, ya que estos podían acceder a otros rangos y cargos más beneficiosos en el cursus honorum. Como dices no era un cargo para inútiles desde luego, para eso ya estaban los emperadores.

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#15 son super populares y realistas hasta cierto punto solo...pero si te ponen los centuriones y no conoces las novelas de Cato y Macro...correeeeee

D

#16 He leído la saga entera, menos la última. No es literatura que pase a la historia pero son realmente entretenidas, que al final es lo que a veces buscamos al leer, disfrutar aparte de aprender algo.

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#8 insisto en que no quiero empañar la figura de este rango que todos admiramos, pero el cargo se compraba de modo habitual. Eso no quiere decir que se permitiese llegar a cualquiera ni a un mediocre. Pero se compraba con la paga de varios años.

Y a su vez él recibía la pasta de los subalternos, y de la media docena de suboficiales que solía tener. Era lo habitual. Roma no llegó a lo que fue sin aprovechar toda oportunidad mercantilista. Va con la época.

D

El artículo dice A su vez, cada cohorte estaba dividida en tres manípulos. Esto fue así hasta mediados del siglo II a.C., en el que se empezó a sustituir el sistema por el de cohortes de 6 centurias eliminando al manípulo como unidad operativa.

#8 Centurión era un rango (como oficial o suboficial) y no un empleo (como teniente o sargento). Eran responsables de su unidad tanto militar como administativamente. La comparación con rangos en ejércitos modernos es difícil, pero teniendo en cuenta que el primer centurión de cada cohorte (el pilus prior y el primus pilus en la primera cohorte, que desde época flavia contaba con sólo 5 centurias pero de fuerza doble) comandaban a la unidad en combate, y que el primus pilus tenía puesto en el consejo de guerra (probablemente también los primi ordines los centuriones de la primera cohorte), su equivalente moderno estaría entre capitán y comandante.

En cuanto a la procedencia de los centuriones, en época republicana salían de las filas. Durante el Principado (que es la época en la que la mayoría piensa cuando piensa en Roma), aunque se podía ascender a centurión desde la tropa, lo habitual es que se entrará en el rango desde clases sociales determinadas, como las aristocracias locales. En palabras de Le Bohec (El ejército romano 2004), "El avance se hace en función del cargo inicial (...) cuanto más arriba se empieza, más alto se llega (alguien que ha comenzado como centurión tiene más posibilidades de obtener el primipilato -el centurión de mayor rango- que, por ejemplo, un antiguo corniculario; y el primer cargo se confiere de acuerdo con el medio social de procedencia del militar: un ex equite romano inaugura su carrera desde un nivel más elevado, avanza más rápido y llega más lejos que el hijo de un notable. El valor y las condecoraciones tienen una importancia muy limitada".

Goldsworthy cita dos ejemplos de carreras de centuriones: uno de ellos, Petronius Fortunatus ─finales del siglo I-principios del II d. C.─ ocupó los puestos de librarius, tesserarius, optio y signifer antes de ser promovido a centurión por el voto de sus compañeros; el otro, Caius Octavius Honoratus ─siglos I y II d. C.─ fue nombrado centurión de la Legio II Augusta directamente. También hace notar que a los centuriones se les exigía estar alfabetizados debido a sus funciones administrativas, lo que impedía el ascenso al centurionato a la mayoría de los soldados rasos (Goldsworthy, A. 2003 The Complete Roman Army, 72-73)

leporcine

#2 Y en muchas otras profesiones.

aunotrovago

#2 ¿No hay envíos de gladiadores? me los he leído todos.

D

Y las centurionas que? machistas!