La bomba que urge desactivar en su nueva película apunta directa al corazón de Estados Unidos. Nadie sabe quién la ha lanzado, porque el enemigo es una entelequia que sobrevuela la única certeza en esta vibrante película: cuando las paredes de una casa están construidas con explosivos, qué otra cosa que la destrucción se puede esperar.A sus 73 años, Kathryn Bigelow ha convertido su cine en un cuerpo a cuerpo tan espectacular como real, intenso y físico en su plasticidad.El elocuente título de la película, no da respiro al espectador.
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