Hace 1 año | Por ContinuumST a europasur.es
Publicado hace 1 año por ContinuumST a europasur.es

La fábula recorrió todo el Imperio, desde el Estrecho de Gibraltar, donde terminaba el mundo conocido, hasta Roma. Un pulpo gigante, con la cabeza del tamaño de una tinaja capaz de contener quince ánforas y ventosas como orzas semejantes a un lebrillo, robaba, cada noche, los viveros de Carteia, arrasando las salazones. Lo descubrieron los perros de los guardianes, pero el cefalópodo, por entero untado de salmuera, los hizo huir con su aliento terrible, azotándolos varias veces con los extremos de los tentáculos.