Hace 10 años | Por --405621-- a eldiario.es
Publicado hace 10 años por --405621-- a eldiario.es

A Anita Sirgo le afeitaron la cabeza con una navaja, a tirones. Recuerda la camiseta blanca manchada de sangre de su torturador. Miembros de las fuerzas policiales de represión franquista le habían reventado antes un tímpano, a golpes. La detuvieron por participar en la huelga minera de Asturias en 1962. En 1936, Clemente Amago era alcalde de San Tirso de Abres. Escondido en el monte, cayó en manos falangistas, delatado. Su mujer y su hijo le vieron una última vez. Yacía en un camión camino de Lugo, moribundo, el rostro hinchado, desfigurado.

Comentarios

D

Estas cosas son las que escuecen; la impunidad de "los ganadores". Incluso en "democracia", los herederos ideológicos callan por vergüenza, no condenan y los sádicos aún tienen su nombre en las calles. Lamentable.