Hace 8 meses | Por Ripio a ocesaronada.net
Publicado hace 8 meses por Ripio a ocesaronada.net

Existe el dicho popular de “no vale ni la bula de Meco” que significa algo de lo que no te puedes librar y no hay remedio. Este curioso dicho nace en una dispensa papal realizada a finales del siglo XV para los habitantes y moradores de la villa madrileña y otros lugares de alrededor.

Comentarios

themarquesito

La famosa bula de la Santa Cruzada, que era la que permitía comer carne y otros productos vedados en Cuaresma, era un gran negocio en el siglo XVI. Que los vasallos de la casa de Tendilla tuviesen ese privilegio gracias a los Mendoza era no poca ventaja. Esto contaba sobre las bulas, a mediados del siglo XVI, Francisco de Enzinas en sus memorias:

Muchos se ven obligados a comprarlas para que en la Cuaresma y otros días de abstinencia se les permita bien sea comer huevos o bien sustentarse de diversos lacticinios. Unos y otros alimentos están prohibidos en España bajo amenaza de excomunión fulminante y pena capital para quien se atreva a probarlos sin tener la bula. Y como España tiene alejadas del mar y la costa la mayoría de sus tierras, en las que las más de las veces no es posible hallar nada que comer si no es fruta o esos alimentos que están vedados, todos tienen por fuerza que comprar la bula para poder consumir los manjares prohibidos.

Amperobonus

Si Íñigo López de Mendoza te vacila, te comes el meco y lo asimilas

Un_señor_de_Cuenca

Gran mercadeo e hipocresía lo del comercio de bulas. Es muy parecido a lo que hacen los judíos ortodoxos con las prohibiciones, se inventan un mecanismo para sortearlas, como si a su dios se le pudiera timar con una maniobra infantil.

themarquesito

#3 Las bulas de la Santa Cruzada eran un negocio enorme. Voy a volver a citar a Enzinas, que aporta información muy útil ya que conocía de primera mano la cosa.

Conozco yo bulderos, cuyos nombres podría dar, que el año 1539, por las bulas que se habían de distribuir los tres años siguientes sólo en aquella parte de España que llaman Castilla, pagaron como adelanto cuatrocientos mil ducados, aparte de otra cantidad mucho mayor que tendrían que abonar en el plazo convenido.

Después apunta cuál era el precio de esas bulas: Al día siguiente recorren la aldea estos farsantes para recaudar el dinero de las bulas, que venden a un tercio de ducado o más cada una.

Suponiendo que la otra cantidad mucho mayor sea un millón de ducados, nos dejaría la cosa en que tendrían que vender como mínimo 1.500.000 ducados para obtener algo de beneficio, o 2 millones para hacer algo de negocio. De esta manera, inevitablemente hablamos de que tendrían que vender unos 3-5 millones de ducados, dependiendo del precio. Asumamos medio ducado y consideremos unos 2 millones de ducados para disponer de algo de negocio, lo que nos arroja un total de 4 millones de bulas vendidas en Castilla.

Si nos vamos al Censo de pecheros de 1528 (el enlace contiene un pdf), vemos que el número de vecinos pecheros en la Corona de Castilla (excluidos el Reino de Granada, el Señorío de Vizcaya, y Navarra, pues no pagaban el impuesto llamado "servicio") era de 722.958. La cifra hay que tomarla con atención: no todos los habitantes tenían la condición de vecinos, sólo los cabezas de casa (esto excluye a mujeres, niños, criados, esclavos, hijos bajo la potestad paterna). Además hay que añadir a los no pecheros, o sea curas, hidalgos, y nobles, que suponían alrededor del 10% de la población. Con esto nos vamos a 800.000 vecinos, sin contar con Vizcaya, Navarra, y Granada. La estimación habitual para esas fechas es que por cada vecino hay que contar otros 5 habitantes. Con esto nos vamos hasta los 4.800.000 habitantes, a los que hay que sumar los de Granda, Vizcaya, y Navarra, y queda la cosa en 5.500.000.

En resumidas cuentas, los comisarios de las bulas de Cruzada tendrían que vender casi una bula a cada habitante de la Corona de Castilla.

Un_señor_de_Cuenca

#4 Gracias, abrumadora explicación.