Para Betty Robinson, aquello era la culminación de cinco años de sufrimiento. Había visto cómo su avión se iba directo hacia el suelo. Había sido dada por muerta. Su cuerpo maltrecho había sido trasladado en el maletero de un coche. Había estado dos meses en coma profundo. Había pasado otros meses inmovilizada. Se había roto la cadera; tenía piezas de metal en la pierna; ni siquiera podía ponerse de rodillas. Había tardado dos años en caminar sin cojear y eso únicamente gracias a su capacidad de sacrificio y su determinación. Otros dos años le
Comentarios
Preciosa historia, #0 gracias por compartirla.
Inspiradora para todos los que hemos estado recuperándonos de una lesión que parecía que nos iba a dejar para siempre menguados, de una u otra manera.
Recomendable para compartirla con quienes están en esa situación, la depre que te entra y la voluntad que cuesta seguir entrenando sin que parezca que mejoras es una montaña difícil de escalar.
Un reinado breve para una vida de película,una persona con una fuerza de voluntad increíble. merece la pena leerla de principio a fin.
#1
Lo he leído de principio a fin.
Impresionante la fuerza de voluntad de esa mujer.