Un arco compuesto único de la Edad del Bronce de casi 2 metros de altura fue reconstruido a partir de materiales auténticos por especialistas. Esta arma tenía la mayor precisión, distancia de disparo y poder letal de su época. La capacidad de penetración de este tipo de arco era tan alta que podía perforar incluso armaduras de placas de hueso y cuerno.
La arqueología experimental tiene pinta de ser de lo más entretenido de la arqueología.
Aquí un estupendo ejemplo, con una peluquera y arqueóloga experimental demostrando cómo se hacía el complejísimo peinado de las vestales.