Hace 8 años | Por swappen a studiahumanitatis.es
Publicado hace 8 años por swappen a studiahumanitatis.es

Para un gran número de lectores, la narrativa fantástica moderna tiene sus principios en la obra de J.R.R. Tolkien (1892-1973). El mundialmente reconocido creador de la Tierra Media, cuya historia queda brillantemente relatada en El Hobbit (1937), El Señor de los Anillos (1954-55) y El Silmarillion (1977), no sólo situó en el mapa literario el género fantástico sino que al hacerlo dejó una huella imborrable, una línea divisoria en los anales de la fantasía moderna. Sin duda alguna existe un antes y un después de Tolkien, pero si bien sus...

Comentarios

D

Que no mencione ni de pasada a Robert E. Howard, creador de Conan, Kull, Red Sonja, Solomon Kane, la Era Hiboria, no tiene perdón de Monesvol.

Quikenobi

#2 Crom y Mitra...

J

#2 Saludos, soy el autor del artículo en cuestión. Me gustaría responder brevemente a la cuestión de porqué he omitido a Robert E. Howard (del que soy un gran seguidor, por otra parte). La primera razón es temática: quería centrar el artículo en aquellos autores anteriores a Tolkien que, por desgracia, han caído en el olvido para muchos lectores modernos, lo que obviamente no es el caso de Howard (aunque hay que decir que se conoce mucho mejor el uso o mal uso posterior que se ha hecho de su obra, que ésta en sí misma). La segunda, y principal, es que tengo previsto escribir una futura entrada sobre los grandes autores de la era pulp, en el que R.E.H. figurará prominentemente, junto con otros grandes como Lovecraft, Burroughs, Ashton-Smith, etc. Muchos de estos autores han sido desprestigiados a menudo como “literatura basura”, algo que se puede aplicar en muchos casos pero que no hace justícia a plumas como la de Howard y compañía.

D

#4 Eso mismo pensé... a mitad de comentario caí en que eran contemporáneos pero una vez metido en faena acabé el comentario. Culpa de la cinética y las leyes del movimiento 😇

Tao-Pai-Pai

Tolkien fue un pionero al inventar la literatura para adolescentes, y fue el primero en dirigir su obra hacia lectores con acné. Hasta entonces la literatura se dirigía a todos los públicos y Tolkien rompió con ese esquema.