La Orden del Temple nació pobre, y esa característica fue la que dictó una de sus reglas fundamentales: la frugalidad. De hecho, los templarios se dieron a conocer como «los pobres caballeros de Cristo». Las fuertes sumas de dinero que prestaron a diversas cortes europeas, entre ellas al rey de Francia Felipe IV, fueron el origen de su dramática desaparición. El monarca francés temía el poder que había adquirido la orden y, a la vez, necesitaba sus riquezas para solucionar la quiebra económica de su reino.
Comentarios
Sí, siguiente pregunta.
No es sólo una cuestión de dinero: la aparición de las órdenes mendicantes, dominicos y franciscanos, órdenes urbanas, creadoras de la teología, las universidades, defensoras de la incipiente burguesía, entra en fuerte contradicción con las órdenes rurales y de caballería.( nobleza) El temple era la más poderosa y la que íntegra elementos orientalizantes alejados de la ortodoxia de los creadores de la teología ( Tomás de Aquino , dominico)
Era vox populi hasta en la propia época. Dinero, sobre todo las deudas que la monarquía había contraído con ellos, pero también otro asunto importante, y es que estaban buscando asentarse en una nueva tierra al estilo de los caballeros teutónicos en el este o los hospitalarios en rodas. Tenían demasiadas propiedades en Francia y Aragón y su influencia política se hacía notar. El rey de Francia tenía miedo de que se hicieran más poderosos que la propia monarquía, y con su cometido originario desaparecido eran un peligro. Seguramente no se habrían conformado con una pequeña isla como los hospitalarios. En tierra santa ya no había a dónde enviarlos. Y en la frontera hispana Castilla había avanzado tanto que no veía necesidad de concederles un estado independiente como el que tuvieron los teutónicos. Si hubieran conquistado alguna plaza en el norte de áfrica podrían haberlos asentado ahí, pero en ese momento no se poseían. Chipre habría sido otra buena opción, pero la casa de Lusignan no la iba a soltar. Luego se creó todo un mito alrededor de su herejía, que podía tener algún componente real, pero que ni mucho menos fue lo que determinó su caída.