No hay día que no pase por nuestras manos un mensaje de Whatsapp, un tweet o un email alertándonos del peligro de envenenamiento que corremos al consumir este producto de aquí o aquel de más allá. Generalmente detrás de la denuncia hay un artículo muy comercial de una marca muy famosa y consumida por todo el planeta. Y eso lo hace más viral. La mayoría de los receptores se ven cómplices del envenenamiento masivo y reenvían el mensaje sin ni siquiera leerlo o documentarse pensando que es su deber. Es así de cutre y así real. ¿Qué hay de cierto?
Comentarios
Por supuesto.
Es importante tener siempre muy en cuenta las alertas alimentarias difundidas por Facebook, Whatsapp y demás medios, como ocurre con otras alertas. Y si no fijaos que ocurrió por no difundir esas noticias. Que al final Hotmail cerró.
No, quien deberá preocuparse es el que reciba tu riñón cuando te lo extirpen en la bañera de un sórdido hotel, como se suele anunciar también por mensajes de guasap.
La respuesta se la diremos después de los anuncios.
Para mi lo preocupante es la cantidad de azúcar que tienen los refrescos.
No me extraña que cada vez haya más niños con diabetes.
#0 ¿De la cola de quién? Me da miedo que me de un cáncer de SIDA.