Hace 7 años | Por alzacon a culturacientifica.com
Publicado hace 7 años por alzacon a culturacientifica.com

“Todos nacemos curiosos”, “lo importante es mantener la curiosidad durante toda la vida”, “el sistema coarta las ganas de saber que todos tenemos de niños”. Todas estas frases, y muchas parecidas, son, ahora mismo, de uso común en cualquier foro sobre enseñanza y concretamente sobre enseñanza y divulgación de la ciencia.

Comentarios

D

El artículo, aunque ligerito como casi todo lo que se lee en internet hoy en día, me parece interesante porque encuentro que pone la luz sobre una tendencia inquietante en ciertas partes de las sociedades industrializadas contemporáneas.

Esta tendencia, en mi opinión, está reemplazando el hueco dejado por la desaparición de las religiones y, en general, todo lo "transcendente" con la ciencia, dotando al método científico de la categoría de dogma de fe, valga la paradoja.

Por lo visto, el ser humano tiene una tendencia o necesidad innata a buscar asideros morales de un nivel superior. Que la idea de transcendencia desaparezca me parece necesario y bueno pero, claro, eso nos deja inermes ante el vacío de la existencia. Y para mucha gente puede ser insoportable.

El peligro de apoyarse en la ciencia dándole casi el valor de una religión es la paradoja de que por esa puerta, si no está bien diseñada, pueden colarse toda clase de creencias paracientíficas si se presentan con los ropajes adecuados dando lugar a una visión de la ciencia que, como dijo Clarke, pero antes de tiempo, "es indistinguible de la magia".

Si queremos apoyar y desarrollar el pensamiento crítico, tenemos que hacerlo también frente a cierto imperialismo científico dominante que, de la mano de la industria tecnológica (confundida muchas veces con la ciencia) pretende imponer una cierta forma de ver la cultura dividida en categorías de "mejores" y "peores" como bien señala la autora.

Es preciso ser crítico también frente al pensamiento crítico concebido de una sola forma. Aunque, claro, para eso tal vez habría que dar un paso atrás y plantearse muchas cosas, como ya hicieron en su día gente como Kuhn o Feyerabend y eso, por desgracia, no está al alcance de la mayoría de nosotros.

perrico

#4 A mi desde pequeño me parecía más inquietante la existencia de un Dios todopoderoso que la nada después de la muerte.

Sinceramente, la religión nunca aportó nada bueno a mi educación, que por cierto fue en una escuela católica.

Si a un niño le educas desde que nace en la normalidad de la vida con sus relaciones causa-efecto en vez de magias y hechiceros, tendrás a un niño que enfoque sus gustos hacia la ciencia para intentar comprender el mundo.

Pero es más fácil buscar el camino fácil y responder a las preguntas de los niños con cosas como que los niños los trae la cigüeña o que cuando morimos nos vamos al cielo.
Así dejan de preguntar.

RoyBatty66

#4 Me guardo el comentario, ahora mismo no se donde pero lo utilizaré seguro, con tu permiso por supuesto.

Por si no lo conoces, Edgar Morin introduce los conceptos contrapuestos de racionalidad y racionalización.

Para Morin la racionalidad “es el juego, el diálogo incesante, entre nuestro espíritu, que crea las estructuras lógicas, que las aplica al mundo, y que dialoga con ese mundo real”. Y, aunque puede que estas estructuras sean insuficientes para explicar el mundo real, es decir, que no pueda abarcarlo completamente, sin embargo “tiene la voluntad de dialogar con aquello que le resiste”.

De la racionalización nos dice que “consiste en querer encerrar la realidad dentro de un sistema coherente. Y todo aquello que contradice, en la realidad, a ese sistema coherente, es descartado, olvidado, puesto al margen, visto como ilusión o apariencia”.

La racionalidad, en su desarrollo, se convierte en racionalización, la que, de una manera casi patológica, y más o menos inconscientemente, nos conduce a descartar todo aquello que desfavorece o contradice nuestras ideas, nuestros argumentos, y a aceptar aquello que los favorece. La racionalización a menudo “se desarrolla en el espíritu mismo de los científicos”.

En resumen, la razón es “nuestro único instrumento fiable de conocimiento”, pero a condición de que sea una razón crítica y auto-crítica. La racionalización es fuente de dos tipos de delirios, el de incoherencia absoluta y el de coherencia absoluta. El primero sería algo así como una azarosa acomodación de la razón a la realidad, las onomatopeyas, “las palabras pronunciadas al azar”, y el segundo, la intención patológica, e inconsciente, de dar una explicación racional al todo. Este último tipo de delirio debe ser enfrentado con el recurso de la racionalidad autocritica y la utilización de la experiencia.

D

ikipolikipol

FYI

ikipol

#2 #listachorra


¡GRACIAS!

D

Todas estas frases, y muchas parecidas, son, ahora mismo, de uso común en cualquier foro sobre enseñanza y concretamente sobre enseñanza y divulgación de la ciencia.

Me suena que son palabras de Neil deGrasse Tyson

D

El artículo es interesante y estoy de acuerdo con algunas cosas. Sin embargo, creo que hay algunos puntos de esa infografía que la autora no ha comprendido bien, por ejemplo el número 8.