Se analizan los engaños y las triquiñuelas legales de las que se sirven las empresas de alimentación y cosmética para sacar beneficio de sus supuestos efectos saludables sobre las personas, valiéndose de una legislación pobre y aludiendo a una jerga claramente pseudocientífica.
#2 Tienes razón, pero quise ser fiel al título original del post, aunque tampoco tenía por qué serlo, la verdad sea dicha. No sé, quizá el autor se equivocó. Quién lo sabe. Muchas gracias por tu sugerencia. ¡Vaya! Ahora me he quedado un poco intranquila.
Comentarios
Eso no es marketing pseudocientífico. Es publicidad, el marketing es otra cosa
#0 Quedaría mejor pecado(re)s
#2 Tienes razón, pero quise ser fiel al título original del post, aunque tampoco tenía por qué serlo, la verdad sea dicha. No sé, quizá el autor se equivocó. Quién lo sabe. Muchas gracias por tu sugerencia. ¡Vaya! Ahora me he quedado un poco intranquila.
#3 De nada. Tampoco es una cosa tan importante.
#4 La próxima vez intentaré estar más atenta y hacerlo mejor.
Una herramienta muy útil, a la vez que un toque de atención a varios sectores.
Lo que da más asco es que al final esa mala imagen se traslada a la ciencia de calidad y la gente acaba no creyendo en investigaciones serias.
¿Por otro lado para que financiar estudios rigurosos si cualquier mierda cuela? Así se desincentiva a la industria.
Aparte, es necesario que esté" avalado" por una universidad extranjera, a ser posible