Un Arias Navarro tembloroso y compungido se asomó a millones de saloncitos españoles, bajo la sevillana que vive por defecto encima de cada televisor, y dijo cuatro palabras grabadas a fuego: “Españoles… Franco ha muerto” (...) Cuando Franco agonizaba en su cama de hospital en ese frío noviembre de 1975, apenas una sombra de lo que fue, ajeno a los tejemanejes de su entorno de familiares, políticos y chupópteros varios, lo cierto es que ya no estaba en la España o paraíso del nacionalsindicalismo que él creía gobernar con mano de hierro.
Comentarios
Una cosa es que muera un perro y otra que se erradique la rabia.
¿Pero no lo había dejado todo atado y bien atado?
Fin del Franquismo? Pero si Franco nombro sucesor, que siguio en el cargo sin renunciar a sus juramentes ni renegar de ellos.
Un poco de maquillaje y una subvencion a unos descamisados de supuesta ideologia socialdemocrata y unos comunistas vendidos y ya somos democratas de toda la vida.
El franquismo no acabo, muto en el juancarlismo y ahora en lo que sea que tenemos ahora.