Por no atender las directivas europeas que exigen mapear las zonas inundables y protegerlas o deshabitarlas.
Y ya sabemos que las autoridades españolas transponen pocas directivas, mal y tarde.
La riada se debió a un cúmulo de casualidades y negligencias. La ciclogénesis fue impresionante. Nunca en la localidad se había vivido algo así. El viento tumbaba arboles y farolas a su paso, no dejaba nada en pie. Todas las ramas y troncos se fueron acumulando en distintos puntos, lo que provoco que se formasen presas en tramos del Guadiana y afluentes. Si le sumas la falta de limpieza, ni tan siquiera natural, del propio río, sucede lo que sucedió.
El Cerro de Reyes, la barriada donde se dieron la mayor parte de las victimas junto con las barriada de San Roque, se encuentra entre dos arroyos. Existían edificaciones a escasos 5 metros de un canal cuya capacidad era mínima. La mayor parte del año no corría apenas agua, pero su ampliación debió haber sido prevista con anterioridad. La calidad de las casas era insuficiente, ya que la mayoría de ellas eran construcciones de los propios vecinos a los que se les cedió el terreno para tal fin, un terreno en el que no se podía edificar como afirma #2. Todo se derrumbó, pocas edificaciones quedaron medianamente en pie. A un par de kilometros, cerca del cauce de uno de los arroyos, existe un desguace, que provocó que se creara una presa mayor, al acumular troncos y chatarra. Cuando reventó, provocó que la riada, de por sí extrema, de repente aumentase su caudal de una manera impresionante.
Hay que dar gracias, a que esa noche hubo partido del Real Madrid y muchas personas se encontraban en bares o despiertos a altas horas, sino, dada la gravedad del asunto, los muertos se hubiésen contado por centenares. Las familias afectadas tuvieron que abandonar sus casas con lo puesto y muchos cometieron la fatalidad de intentar salvar alguna pertenencia. Recuerdo el caso de un señor parapléjico, que vivía solo y fue capaz de reaccionar ante la situación, e hizo uso del tubo de la lavadora para poder sobrevivir. Lo logró. Pero muchos otros, no tuvieron la misma suerte. Recuerdo también una chica a la que se buscó durante dos días y desgraciadamente se halló su cuerpo sin vida arrastrado por la corriente. Fue la víctima número 21 de una tragedia, que quizás no se podía evitar: la ciclogénesis llegó, y menos mal que Portugal alertó. Pero sí que las autoridades pudieron y sobre todo, debieron ponerle remedio, cumpliendo con la normativa europea, como se hizo tras la catástrofe. Y decir que la respuesta, no solo de la ciudad o del país, sino de todo Europa, fue ejemplar. Sino, menuda papeleta para Ibarra y Celdrán con miles de damnificados a sus espaldas.
#1 entiendo que es relacionada y no duplicada, a pesar del titular parecido, hay diferentes contenidos, una habla del homenaje a las víctimas y la otra de las causas del desastre, se complementan.
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Por no atender las directivas europeas que exigen mapear las zonas inundables y protegerlas o deshabitarlas.
Y ya sabemos que las autoridades españolas transponen pocas directivas, mal y tarde.
La riada se debió a un cúmulo de casualidades y negligencias. La ciclogénesis fue impresionante. Nunca en la localidad se había vivido algo así. El viento tumbaba arboles y farolas a su paso, no dejaba nada en pie. Todas las ramas y troncos se fueron acumulando en distintos puntos, lo que provoco que se formasen presas en tramos del Guadiana y afluentes. Si le sumas la falta de limpieza, ni tan siquiera natural, del propio río, sucede lo que sucedió.
El Cerro de Reyes, la barriada donde se dieron la mayor parte de las victimas junto con las barriada de San Roque, se encuentra entre dos arroyos. Existían edificaciones a escasos 5 metros de un canal cuya capacidad era mínima. La mayor parte del año no corría apenas agua, pero su ampliación debió haber sido prevista con anterioridad. La calidad de las casas era insuficiente, ya que la mayoría de ellas eran construcciones de los propios vecinos a los que se les cedió el terreno para tal fin, un terreno en el que no se podía edificar como afirma #2. Todo se derrumbó, pocas edificaciones quedaron medianamente en pie. A un par de kilometros, cerca del cauce de uno de los arroyos, existe un desguace, que provocó que se creara una presa mayor, al acumular troncos y chatarra. Cuando reventó, provocó que la riada, de por sí extrema, de repente aumentase su caudal de una manera impresionante.
Hay que dar gracias, a que esa noche hubo partido del Real Madrid y muchas personas se encontraban en bares o despiertos a altas horas, sino, dada la gravedad del asunto, los muertos se hubiésen contado por centenares. Las familias afectadas tuvieron que abandonar sus casas con lo puesto y muchos cometieron la fatalidad de intentar salvar alguna pertenencia. Recuerdo el caso de un señor parapléjico, que vivía solo y fue capaz de reaccionar ante la situación, e hizo uso del tubo de la lavadora para poder sobrevivir. Lo logró. Pero muchos otros, no tuvieron la misma suerte. Recuerdo también una chica a la que se buscó durante dos días y desgraciadamente se halló su cuerpo sin vida arrastrado por la corriente. Fue la víctima número 21 de una tragedia, que quizás no se podía evitar: la ciclogénesis llegó, y menos mal que Portugal alertó. Pero sí que las autoridades pudieron y sobre todo, debieron ponerle remedio, cumpliendo con la normativa europea, como se hizo tras la catástrofe. Y decir que la respuesta, no solo de la ciudad o del país, sino de todo Europa, fue ejemplar. Sino, menuda papeleta para Ibarra y Celdrán con miles de damnificados a sus espaldas.
#0 Veinte años de la riada de Badajoz: víctimas, héroes y solidaridad
Veinte años de la riada de Badajoz: víctimas, hér...
efe.com#1 entiendo que es relacionada y no duplicada, a pesar del titular parecido, hay diferentes contenidos, una habla del homenaje a las víctimas y la otra de las causas del desastre, se complementan.
La culpa una tormenta, la solucion: predicciones y avisos. O sea que pasara la mismo cuando venga una tormenta igual.
En el telediario predijeron sol para ese día, no es coña
#6 Permíteme que lo dude... Quizás es un pequeño efecto Mandela que os ha quedado de aquellos días...