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¿Te creíste que hubo fraude en las elecciones norteamericanas 2020?

Después de meses de declaraciones, supuestas pruebas del fraude, entrevistas televisivas, radiofónicas, en el lema “confía en el plan”.

Varios de los principales actores te lo están diciendo a la cara después de las denuncias milmillonaruas que les han interpuesto…

Giuliani, bajo juramento, no recuerda si lo que leyó vino de Facebook o de otra plataforma similar, al ser preguntado si tenía alguna otra prueba que vinculara a un empleado de Dominion con el supuesto fraude dijo que no lo recordaba

www.meneame.net/story/rudy-giuliani-afirma-bajo-juramento-fuentes-sobr

Sidney Powell en su defensa judicial dijo que "personas razonables" no habrían creído como un hecho dichas afirmaciones de fraude difundidas después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020. 

www.meneame.net/story/sidney-powell-abogada-cercana-trump-argumenta-na

Defensa que uso Tucker Carlson y que funcionó. “Nadie sería tan tonto como para creernos”

www.businessinsider.com/fox-news-karen-mcdougal-case-tucker-carlson-20

Y apostaria a que no son los últimos en decir algo así…

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Hiroshima y Nagasaki ¿fueron las bombas atómicas las causantes de la rendición de Japón?

¿Fueron las bombas atómicas la causa de la rendición de Japón durante la Segunda Guerra Mundial? En este artículo pretendo poner de relieve que existe una visión alternativa sobre este discurso histórico. Tal vez la realidad sea más compleja de lo que aparenta.

El libro de texto que utilizábamos en el instituto liquidaba la Segunda Guerra Mundial con este párrafo: “El golpe final se produjo en 1944 con el desembarco aliado en Normandía. En agosto de ese año París fue liberado, y en mayo del año siguiente Alemania capituló después de que los aliados hubieran cercado Berlín. La rendición de Japón, tras su bombardeo atómico, fue el punto final del conflicto”. En otros manuales, como Historia del Mundo Contemporáneo coordinada por Emilio de Diego, esta vez ya universitarios, la idea se repite: “Las vacilaciones del Japón son disipadas por el lanzamiento de bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki (agosto de 1945)”.

Si simplemente utilizamos nuestro sentido común, no podemos más que corroborar esta idea. Ante un Japón sin ninguna posibilidad de victoria y que simplemente se empecina en no rendirse, se utiliza el arma más mortífera que conoce la humanidad, un artefacto capaz de borrar de la faz de la tierra una ciudad de un solo golpe y ante el cual no cabe ninguna defensa posible. Nos parece evidente que nadie podría haber tomado una decisión diferente ante tales circunstancias. Sin embargo, no todos los historiadores admiten que lo evidente coincida con lo real, ya que la cuestión podría presentar una complejidad mayor.

Podemos encontrar varias incoherencias lógicas en esta explicación.

En primer lugar, existe un problema cronológico. Hiroshima fue bombardeada el 6 de agosto y Nagasaki el 9. El día 10, Japón anunció su intención de rendirse. A primera vista parece existir una clara relación causa-efecto, pero recordemos aquello de que correlación no implica causalidad. El gabinete de gobierno japonés fue informado inmediatamente de que Hiroshima había sido destruída por un artefacto (que inmediatamente identificaron como nuclear) el mismo día 6, pero no se reunieron hasta el día 9. Parece realmente sorprendente que ante un hecho tan relevante tardaran 72 horas en decidir reunirse, tras haber rechazado explícitamente la posibilidad de hacerlo. Por otro lado, tampoco Nagasaki podría haber influido en la decisión, pues la reunión sobre la conveniencia de rendirse había comenzado antes de que el segundo bombardeo atómico se produjese.

En segundo lugar, encontramos el problema de concebir a la bomba atómica como un tipo de ataque mucho más mortífero que los anteriores. Tenemos la imagen de que los ataques nucleares llevaron la guerra a otro nivel de destrucción que ya era simplemente inaceptable. Sin embargo, la realidad es que durante el verano de 1945 las ciudades japonesas sufrieron una campaña de bombardeos de alfombra terriblemente destructivos que ofrecen una cifras que pueden hacernos ver la cuestión desde otro ángulo. Un bombardeo típico de esa campaña consistió en cientos de B-29 portando entre 4 y 5 kilotones de poder destructivo. El artefacto lanzado sobre Hiroshima tenía un poder destructivo de 16,5 kilotones y el de Nagasaki de 20. Puestos en este contexto, tampoco parece tan impresionante. De hecho, si creamos una tabla ordenada con los daños generados, encontramos que fueron 68 las ciudades arrasadas durante la campaña de bombardeos, es decir, 66 mediante medios convencionales y 2 mediante bombas atómicas. Hiroshima ocuparía el puesto número 2 por civiles muertos, el cuarto por superficie destruída y el 17 por porcentaje de la ciudad destruída. El peor bombardeo que sufrió Japón fue el de Tokyo en marzo, con 120000 muertes. De hecho, podríamos preguntarnos por qué se eligieron esos dos blancos para los ataques nucleares y no otros, hallando la respuesta en que ya no había mucho entre lo que elegir, puesto que eran pocas las ciudades de más de 100000 habitantes que quedaban por destruir. 

Desde esta perspectiva, está claro que al alto mando japonés le era totalmente indiferente que los civiles estuviesen muriendo masivamente. Tenía asumido que todas las ciudades japonesas iban a ser reducidas a escombros. Si nos ponemos en los zapatos de un alto mando japonés, el 6 de agosto no fue un día especialmente malo; al fin y al cabo, solo una ciudad fue arrasada. Por ejemplo, las noticias que hubiésemos recibido el 17 de julio serían que Oita, Hiratsuka, Numazu y Kuwana habían sido atacadas con porcentajes de destrucción del 50%, 50%, 90% y 75% respectivamente.

Podemos, en definitiva, preguntarnos por qué perder las primeras 66 ciudades no tuvo efecto pero sí la número 67 y la 68. Dos días después del peor bombardeo, el de Tokyo, el exministro de exteriores, Shidehara, opinó que la población acabaría acostumbrándose a ser bombardeada y que reforzaría su unión y determinación. En una carta a un amigo escribió que “incluso si centenares de miles de civiles mueren, son heridos o sufren hambre, incluso si millones de edificios son destruidos o quemados”, hacía falta más tiempo para la diplomacia. Shidehara era parte de la facción moderada de la élite japonesa.

Mark Selden, profesor, asegura que "Los japoneses ya habían sufrido la destrucción de ciudad, tras ciudad, tras ciudad, con la pérdida de aproximadamente medio millón de vidas, por causa de los bombardeos estadounidenses. Y no habían parpadeado, pero era porque estaban queriendo obtener una pequeña concesión de Estados Unidos, que exigía una rendición incondicional: la protección del emperador".

El tercer problema lo encontramos al realizar un análisis estratégico militar. Ni el más fanático de los líderes japoneses creía posible una victoria. La cuestión era cómo rendirse y qué condiciones aceptar. Los aliados exigían una rendición incondicional pero los japoneses eran conscientes de que se estaban realizando juicios contra los jerarcas nazis por crímenes de guerra. Su objetivo era conseguir salir impunes del conflicto, conservar el sistema imperial y lo esencial de su sistema político o incluso alguno de los territorios conquistados. Para conseguirlo, tenían dos opciones. La primera era diplomática: tenían un pacto de no agresión con la URSS hasta el 46, por lo que esperaban que Stalin se aviniese a unirse a las negociaciones de paz. A los soviéticos no les interesaba que Japón se convirtiese en territorio americano, pegado a sus fronteras. El inicio de la Guerra Fría era ya una realidad evidente para el futuro inmediato. Los rusos podrían presionar para mantener a Japón como una especie de estado-tapón, lo que significaba una ventana de oportunidad para los intereses de los dirigentes japoneses.

La segunda opción era la militar. Aún contaban con 1,2 millones de soldados en sus islas dispuestos para la defensa y convenientemente dispuestos para enfrentarse a un asalto desde el sureste. Los planes incluían añadir a cuantos civiles fuera posible a la lucha, incluso equipándolos simplemente con cañas de bambú afiladas o explosivos atados a sus cuerpos, que debían utilizar en sucesivas oleadas humanas contra la infantería americana. El diario de guerra del Cuartel General Imperial concluyó que “ya no podemos dirigir la guerra con alguna esperanza de éxito. El único plan que queda es que los cien millones de japoneses sacrifiquen sus vidas cargando contra el enemigo para hacerles perder la voluntad de combatir”.

Los militares estadounidenses temían, con razón, que las bajas sufridas entre sus tropas serían inasumibles si intentaban una invasión terrestre, aunque el alto mando parecía estar dispuesto a realizarla. Según los diversos cálculos aliados las bajas estadounidenses serían de 400000 a 800000 muertos y las japonesas de 5 a 10 millones. 

En definitiva, el bombardeo de Hiroshima, no alteraba en nada ninguna de las dos opciones. Sin embargo, la declaración de guerra de Stalin, hacía esfumarse ambos escenarios. De posible intermediario en la mesa de negociaciones, se había convertido en beligerante. Por otro lado, la resistencia era inviable. Con todo el ejército atrincherado en las posiciones necesarias para repeler el desembarco americano, no había nada que oponer frente a un ataque por la espalda. El rápido desmoronamiento del ejército en Manchuria frente a los rusos no hará más que reforzar esta hipótesis.

Desde un punto de vista estratégico, la entrada de la URSS en la guerra acortaba los plazos, pues el alto mando japonés calculaba que aún quedaban varios meses para que los americanos estuvieran listos para lanzar su ataque anfibio. Sin embargo, ya en la reunión del consejo supremo en junio, se comentó (Kawabe) que “el mantenimiento de una paz absoluta en nuestras relaciones con la Unión Soviética es imperativa para la continuación de la guerra”.

Según el historiador Tsuyoshi Hasegawa, fue precisamente la posibilidad de un involucramiento soviético lo que terminó de decidir a Truman por el uso de la bomba ya que “en otras palabras, la principal razón para usar la bomba fue forzar a los líderes japoneses a que se rindieran antes de que los soviéticos entraran a la guerra. Las dos cosas están muy conectadas”.

Cuando hablamos de Historia, siempre hemos de separar los hechos de las interpretaciones. En este caso, poco importa si Japón se rindió por el bombardeo atómico, por la declaración de guerra de Stalin o por una combinación de ambas. Sin embargo, hemos de preguntarnos a qué intereses responde el hecho de que una interpretación se imponga a otra aunque sea la menos plausible desde una perspectiva puramente racional.

Desde la perspectiva japonesa, la narración que sitúa a la bomba como el hecho determinante, es muy beneficiosa para sus intereses. Los dirigentes del imperio del sol naciente debían responder, en primer lugar, por la responsabilidad de haber llevado a cabo una guerra desastrosa en la que habían cosechado una serie de derrotas catastróficas que habían causado una enorme masacre entre sus súbditos, para acabar siendo humillados ante el enemigo. Habían ocultado sistemáticamente la gravedad de la situación, insistiendo hasta el final en la posibilidad de victoria y en el deber de no rendirse jamás. Sin embargo, la aparición de un “deus ex machina” solucionaba la papeleta de un plumazo. Ante un arma de cualidades divinas, incluso podría admitirse que la supuesta dirección del también divino emperador hubiese fallado. El discurso de los dirigentes nipones podría defender que la rendición era por evitar sufrimientos a su pueblo, aunque existen diversas pruebas de que ese factor era irrelevante en sus cálculos. Parece bastante evidente la hipocresía del discurso imperial de rendición: 

“Además, el enemigo ha empezado a utilizar una bomba nueva y muy cruel, cuya capacidad de provocar daño es realmente incalculable, provocando la muerte de muchas vidas inocentes. Si continuáramos luchando, no solo tendría como resultado el colapso y destrucción de la nación japonesa, sino que también conduciría a la completa extinción de la civilización humana.

Siendo así el caso, ¿cómo vamos nosotros a salvar a nuestros millones de súbditos, o a expiarnos ante los espíritus benditos de Nuestros Ancestros Imperiales? Esta es la razón por la que hemos ordenado la aceptación de las disposiciones de la Declaración Conjunta de las Potencias.

Las dificultades y sufrimientos a los que nuestra nación quedará sujeta de ahora en adelante serán ciertamente enormes. Somos plenamente conscientes de los sentimientos más profundos de todos vosotros, nuestros súbditos. Sin embargo, es de acuerdo a los dictados del tiempo y del destino que hemos resuelto preparar el terreno para una gran paz para todas las generaciones que están por llegar, soportando lo insoportable y sufriendo lo insufrible”.

Por otro lado, las bombas atómicas servían como expiación ante los pecados (léase crímenes de guerra) del Imperio Japonés. Si se habían cometido masacres de civiles, violaciones y todo tipo de torturas, la nación japonesa ya había pagado un alto precio al haber sido la única en recibir un castigo nuclear. De esta forma los crímenes de la nación (siempre es conveniente reducir a toda la población a una única unidad en ciertas situaciones) quedaban compensados con el castigo recibido. Este discurso histórico ha pervivido hasta nuestros días de forma que podríamos realizar el experimento y conseguir rastrearlo en cualquier conversación sobre la Segunda Guerra Mundial. Japón sigue siendo más simpático que Alemania porque, entre otras cosas, sufrió un mayor castigo. La estrategia de la victimización ha dado sus resultados hasta el presente.

Desde la perspectiva norteamericana, no había duda de que las bombas atómicas habían sido determinantes. Podemos advertir una continua malinterpretación de la mentalidad japonesa por parte de las autoridades occidentales, siempre oscilante entre el racismo hacia los “amarillos” y la interpretación desde las coordenadas culturales propias. Para los dirigentes de los EEUU, la bomba servía de demostración pública del increíble poder que había alcanzado su ejército y serviría tanto para forzar la rendición de los japoneses como para amedrentar a los soviéticos, que no disponían de un arma semejante. Realmente no podemos asegurar que alcanzara ninguno de los dos objetivos, puesto que ya hemos argumentado que los japoneses daban por descontado la destrucción de todos sus núcleos urbanos; los soviéticos ya tenían en marcha su propio programa nuclear, por lo que diversos testimonios aseguran que Stalin no se inmutó y simplemente ordenó a sus científicos acelerar la investigación.

Ambas perspectivas confluyeron. El historiador japonés Asada Sadao recuerda que en muchos de los interrogatorios tras la rendición “los oficiales japoneses estaban ansiosos por complacer a sus entrevistadores americanos”. Si los invasores estaban convencidos de que la rendición había sido forzada por los ataques atómicos, ¿para qué contradecirlos? Pensemos que el mayor deseo de los interrogados era complacer y congraciarse con los interrogadores. Se produjo un sesgo de confirmación. Los americanos deseaban confirmar que los 2 billones de dólares empleados en el arma no habían sido desperdiciados, ya que habían forzado la rendición de los japoneses y eliminado la amenaza soviética. Los japoneses deseaban confirmarles todo aquello que quisieran para congraciarse con sus vencedores. El arma milagrosa, además, limpiaba su honor militar y camuflaba sus crímenes de guerra. Todo el mundo ganaba con este relato. La guerra se cerraba con un último acto espectacular e icónico: Truman aseguró que “los japoneses empezaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto ese golpe multiplicado”.

Recientemente se ha publicado Hiroshima: sol, silencio, olvido, en el que los autores hablan sobre la interpretación de aquel conflicto. Vale la pena citar algunos fragmentos de una entrevista:

P. Da la impresión de que fue una operación exitosa porque cabe la tentación de pensar si el propio pueblo japonés asume que es mejor no remover nada contra EEUU para evitar que se juzguen sus propias acciones como la matanza de Nankin en China. ¿Estaban al tanto de lo que habían hecho ellos durante la guerra?

R. No, la población japonesa no fue consciente y, de hecho, lo que hizo Japón durante esos años es poco conocido también ahora en la medida en que, a pesar de que se está abriendo allí el debate de la memoria histórica, todavía los planes de estudio de ese periodo de la historia son muy opacos, entre otras cosas porque el partido político es el mismo y porque las relaciones familiares en la élite aún permanecen: el abuelo del presidente más longevo, Shinzo Abe, fue un alto dirigente del gobierno de Hiro Hito y su el líder del Partido Liberal Demócrata durante muchos años en la posguerra. Es decir que los que han dominado el discurso sobre la bomba y el papel de Japón en la guerra han sido los mismos y su objetivo ha sido enterrarlo. Esto implica que sea bloqueada no solo cualquier iniciativa de restitución a las víctimas sino también la revisión de ese periodo.

(...)

P. Bueno, es el otro aspecto clave y quizás al que más atención se le ha prestado pero, ¿realmente la bomba se lanzó para amedrentar a la URSS?

R. Claro, había un doble objetivo por eso a la hora de elegir las ciudades donde se iba a lanzar, para saber cuál era el efecto real que iba a provocar se eligieron dos ciudades como Hiroshima y Nagasaki que no habían sido previamente bombardeadas... Es terrible pero no había mejor forma de comprobarlo: así se sabía cuál era el daño concreto que se hacía, el interés aunque parezca duro, científico. El otro, que era geopolítico era para decirle a la URSS que mucho cuidado porque nosotros tenemos este arma y tú no la tienes. EEUU entiende sobre todo a partir de Stalingrado que su enemigo próximo van a ser los soviéticos y de hecho esa política de contención dura hasta el año 1949 cuando Stalin consigue el desarrollo de la bomba atómica y al año siguiente ya comenzaban los puntos calientes de la Guerra Fría que es la confrontación en Corea.

Como conclusión, señalar que los hechos históricos pueden ser objetivos pero su interpretación nunca es directa. Frente al discurso comúnmente aceptado de que el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki forzó la rendición de Japón, podemos, al menos, oponer otros discursos que poseen una sólida argumentación que los sostiene. Al mismo tiempo, resulta incluso más interesante ahondar en las razones sociológicas y políticas que empujan a la opinión pública a aceptar una interpretación histórica concreta.

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Sobre los negacionistas, o la intolerancia a lo que es invisible

Sabemos que uno de los fenómenos sociopáticos más llamativos de esta pandemia es la extensión y tozudez de un colectivo de personas que se niegan a vacunarse. Hay quien se explica aduciendo que ni siquiera tal cosa, el virus, existe. La pandemia nos ha traído entre otros horrores bizarros el espectáculo de manifestantes adultos, gente perfectamente normal, sosteniendo pancartas con lemas negacionistas que se acercaban al delirio.  

No quiero traer aquí las explicaciones comunes que desde las posiciones de quienes creemos en el conocimiento científico, en un paradigma de pensamiento que está en la raíz de la cultura occidental desde la Grecia clásica, se están dando a esta sorprendente resistencia. Y no porque esas explicaciones del fenómeno no sean acertadas. Pongamos por caso la evidente y conocida relación entre estas ideas y el liberalismo libertario: personas que rechazan la idoneidad de cualquier acción procedente del Estado, ese monstruo que esquilma a los buenos trabajadores y lo gasta de forma ineficiente y derrochadora. Es comprensible que odien tener que aceptar el salvavidas de la acción pública.

Muchos negacionistas no son lo que se entiende por freaks, al contrario son gente perfectamente integrada, estable, “gente normal”. Precisamente en esa normalidad podamos encontrar alguna pista que explique algo de su resistencia a aceptar este terremoto, esta quiebra inesperada del estado de las cosas. Que compartamos con ellos sociedad y espacios ciudadanos, tradiciones, orígenes culturales no significa necesariamente que todos nuestros planos de creencia sean compartidos. Igual que para los ateos nos cuesta asumir que nuestro vecino tenga fe, crea ( ¿realmente cree?) en la existencia de Dios, la Virgen y el resto de la corte celestial, y sin embargo podemos pertenecer al mismo equipo de fútbol, enamorarnos de la misma persona e incluso votar lo mismo, los que creemos en la verdad de la ciencia, en que las leyes de la física o la biología van más allá de nuestras creencias y percepciones personales, que están por encima y son más potentes y eternas que nuestra existencia particular, que las conclusiones de la ciencia sobre lo que es posible o imposible forman parte del marco mental que utilizamos para vivir, podemos estar equivocandonos al dar por seguro que los demás comparten esto que creemos evidente. 

Para nosotros la intrusión de la pandemia, un fenómeno extraño, inesperado en la vieja rutina previa a enero de 2020 pudo ser rápidamente metabolizada, encajada y asumidas sus consecuencias en nuestra vida personal porque creemos en la jerarquía de las relaciones causa-efecto que nos indica la ciencia. O mejor dicho creemos en la jerarquía que la ciencia determina de lo que puede suceder: sabemos que ante todo estamos sometidos al imperio que marca la física, a nuestra naturaleza de mamíferos con fecha de caducidad, a nuestra dependencia de las leyes dominantes de la biología, la caducidad, la contingencia. Si hemos leído sobre la grandes epidemias del pasado ( la peste, el cólera, la gripe española), si tenemos alguna noción, aún básica, de lo que es un virus, el sistema inmunitario, etcétera podemos concebir como razonable que algo de esto se repita en nuestro presente. 

Y sin embargo para muchos de nuestros vecinos, la realidad es su vida cotidiana, pero es sólo esa vida cotidiana, dibujada en un plano fijo, en las fronteras aparentemente inmóviles, “normales” del mundo de diciembre de 2019. No había nada más allá de lo concreto, de lo palpable en sus vidas tal como eran vividas; trabajo, familia, amigos, placeres y displaceres humanos, en el mismo plano de existencia, múltiple y a la vez limitado a lo que se puede ser vivido.

 Las referencias abstractas que se alejaban de ese círculo de lo tangible ( conceptos como la ciencia, la historia, la alta política, los cambios globales) son palabras que apenas tienen consistencia fuera del momento en que hubo que tratar con ellos, cuando tocó estudiarlos, en los colegios e institutos. Como los antiguos que creían que más allá de las columnas de Hércules el mundo se acababa en una línea perfecta y abrupta, lo real y lo cotidiano mantenían para ellos una estricta relación biunívoca. 

Y es que la creencia en lo que no puede ser visto es un asunto problemático. Quienes dicen creer en Dios (¡o en los Santos!) lo saben. Nunca se está seguro de lo que significa en realidad la palabra creer. Pues bien muchos conciudadanos padecen de esa fragilidad , esa insustancialidad en su creencia para con ciertas abstracciones como son las que se supone forman parte del pensamiento académico. 

El virus supuso para muchos una intrusión, un ser inesperado, inesperable, que no tiene rostro ni se puede palpar ni golpear, que agrieta el espejo que tan bien enmarcaba su mundo, su trabajo, su familia, su ocio. Un virus, ese fantasma etiquetado con nombres extraños, que nos es comunicado por lejanos personajes ( ministros, microbiólogos, ¿quién había visto antes a un virólogo? ….), cabezas parlantes como la de los burócratas impasibles de un relato de Kafka. Una sorpresa impensable como una invasión alienígena, o para los más reacios directamente una mentira, un cuento de alguien malintencionado. 

En los cuentos de terror, lo que asusta del fantasma es que es el heraldo de la existencia de un plano de la realidad que antes desconociamos.Es un aparecido, un ser que sobrevive a lo imposible, a la muerte; procede de un lugar del que nada sabemos y que decide caprichosamente hacer una excursión letal por nuestra cotidianidad. Lo horrible no es su aspecto, sino su incongruencia con nuestra presunciones de lo que es real. El virus para muchos ha tenido este efecto de aparición repentina, de espectro ominoso.

Lo interesante es que los negacionistas han invertido la relación enfermedad/terapia, proyectan estas características de extrañeza y amenaza no en el agente infeccioso sino en las vacunas. Son las vacunas las que son peligrosas: inoculan algo ajeno y peligroso. 

Por ejemplo, una de las ideas delirantes que subyace al rechazo de la vacuna es el temor a ser envenenados, a la mancillación de la pureza del cuerpo: la vacuna contiene metales pesados, imanta el cuerpo, incluso introduce un chip. Como en las viejas películas de extraterrestres, se teme la inyección, la invasión del cuerpo, la aducción. Diría el viejo Jung, que aquí se revuelven viejos arquetipos que enraizan con lo demoníaco.

¿Por qué se da esta inversión entre enfermedad y terapia? ¿por qué lo que protege del agente invasor es temido más que la enfermedad? Porque los negacionistas están entregados a esta inversión de las causas y los efectos: Lo que les parece intolerable es que vivir en este nuevo mundo nacido en diciembre de 2019 les exija tener que aceptar vacunas, normas sanitarias impuestas por policías uniformados, restricciones globales, miedo e incertidumbre. Encontrarse con el virus depende de la mala suerte, del azar, pero la vacuna se plantea prácticamente como una obligación, la imposición de una intención humana sobre el cuerpo propio. 

 La explicación entonces puede ser un plan demoníaco ( o fascista, o comunista, el calificativo es un matiz que depende de cada ideología personal) de hombres ocultos . El virus es un pretexto. Es el efecto, no la causa. Que pregunten en el laboratorio de Wuhan. La existencia de metales pesados, de chips es conveniente, es la demostración (?) de esta intencionalidad oculta. El virus es un mcguffin del mal para justificar la imposición de un propósito, porque ¿quién puede creer que algo tan insignificante, invisible puede obligarnos a destruir nuestra cómodas vidas de ayer, nuestros viajes, las reuniones con los amigos y familiares, a perder el orden lógico y natural? Tiene que ser algo más importante, más poderoso e intencional que un simple “bicho”. 

La reacción colectiva de los negacionistas tiene precedentes históricos, en la Edad Antigua y Media. Las epidemias, las pestes eran interpretadas como consecuencias de la maldición, producto del pecado colectivo de una sociedad, o de un enemigo interno como los judios. Es decir consecuencia de actos intencionados, culposos de una voluntad divina o humana. El mal sucedía porque alguien deseaba el mal. Por eso para los negacionistas invierten causa y efecto. Porque la causa no puede estar libre de intención. El azar, el accidente, la impersonalidad de la causa del daño son inaceptables. Porque para aceptar el accidente como causa de un mal hay que colocar antes al ser humano en lugar subordinado, en el que las leyes del mundo no se rigen por los deseos o actos humanos, sino por las leyes sordas y ciegas de la física y la biología. Hay que colocar al ser humano en una posición en el que lo cotidiano es una cápsula frágil y estrecha.

Todo esto fué asumido tras el triunfo de la ilustración y el pensamiento racional en la edad moderna por la cultura oficial. La pregunta es hasta qué punto eso mismo forma parte de la naturaleza de lo que es real por esa categoría que llamamos el individuo “normal y corriente”. Porque lo llamativo de los negacionistas contemporáneos es que viven en un mundo que ya ha pasado por allí, que ha superado el momento histórico del encuentro con Pasteur, el microscopio, la epidemiología y la ciencia médica.

Esta resistencia, este no poder asumir el saber científico heredado como el terreno de partida del sentido común es quizá más fuerte de lo que esperábamos. Porque es el miedo y la rabia por perder lo que se cree ganado (nuestra segura vida cotidiana del primer mundo) lo que desgasta con facilidad ese barniz de racionalidad adquirido durante la educación.

 La capa protectora de la cordura acumulada por siglos de conocimiento es más leve, más quebradiza de lo que nos gustaría.

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Una Navidad sin regalos, ¿es posible?

Es imperativo que comience con una aclaración: no creo que sea posible, ni deseable, una Navidad sin que los niños pequeños reciban sus regalos. Lo que voy a contar tiene que ver con la costumbre de hacernos regalos de Navidad entre los adultos: entre hermanos, cuñados, primos, tíos, incluso entre padres e hijos ya mayores. También tengo que aclarar que no tengo nada en contra de los que viven de vender en las tiendas y grandes superficies. Os pido disculpas, pero este texto no va de cómo funciona la rueda de la economía, sino de sentimientos más o menos forzados.

Resulta que, desde que era pequeño, el tema de los regalos de Navidad siempre me ha causado más estrés que alegría. El regalo más importante del año, en mi caso, era casi el único, con la excepción del de cumpleaños, que, por cierto, me producía las mismas sensaciones desagradables. En casa nunca faltó de nada, pero mis hermanos y yo solo recibíamos juguetes (de verdad) en estas fechas señaladas. Si me equivocaba con lo que pedía a Los Reyes, cosa muy habitual debido a las luces cegadoras de la publicidad, sabía que pasarían muchos meses antes de tener otra oportunidad de acertar y "ser feliz". Lo de que los niños jugábamos (y juegan) con sus juguetes unos días y luego nos olvidábamos de ellos, para mí, era una pequeña tragedia.

Cuando crecí, el trauma se acrecentó. En Navidades, solo veía gente haciendo compras apresuradas, a veces gastando un dinero que no tenía, para regalar a la familia "porque era lo que había que hacer". Claro, seguro que también había gente que disfrutaba del ritual, era previsora y lo llevaba bien, pero esa gente, o era muy poca, o no se hacía notar porque no andaban por las calles comerciales con paso apresurado. El caso es que, las sensaciones que a mí me llegaban, no eran nada agradables.

Ya de adulto, he tenido que soportar, Navidad tras Navidad, la misma costumbre, odiosa para mí, de buscar y comprar más de diez productos originales, no demasiado costosos (pero no demasiado baratos) y que supiera que iban a gustar a sus receptores. Al mismo tiempo, tenía que mentalizarme para poner buena cara ante los regalos recibidos que, casi nunca, necesitaba ni quería realmente. Sé que suena horrible, pero mentiría si no reconociera que es lo que llevo sintiendo desde hace lustros.

El año pasado, con la excusa de la distancia social, advertí a mi familia de que no entraría en el juego de los regalos (insisto, entre adultos. Los pequeños de la familia no tienen culpa de mis conflictos mentales). Esas Navidades, aunque nos pudimos ver muy poco (y en la calle), disfruté como ningún año de la compañía de los míos. Sentí que la pseudo-reunión familiar no estaba "contaminada" por la obligación de comprar algo a los demás ni de tener que fingir que, lo que me habían comprado a mí, me gustaba. Sorprendentemente (o no) para mí, fueron unas Navidades más auténticas. Ni que decir tiene que, este año, también he avisado de que haré lo mismo. Me gusta pensar que el regalo que hago a los míos es "librarles de comprarme nada a mí". Y, creedme, tengo mis motivos para pensar que, para ellos, tampoco es un placer andar de compras estas fechas.

Con la esperanza de que algunos de los que lean esto me entiendan, aunque sea solo un poco, termino respondiendo a la pregunta del título, con el necesario (creo yo) aviso de que todo esto es mi punto de vista y que no pretendo convencer a nadie de nada. Este texto, sobre todo, me sirve a mí mismo de terapia. Llevo ya muchos años en este foro y para algo tendría que servirme, digo yo.

La respuesta es, sí. Para mí, sí es posible disfrutar de una Navidad sin regalos de por medio. De hecho, creo que es mucho mejor, más limpia y más auténtica. Y voy a intentar que, cuando ya no sea necesario el distanciamiento social, mi familia se de cuenta de que no pasa nada por no regalarnos nada y que sería mejor seguir con esta nueva tradición. Deseadme suerte.

Gracias por leerme.

¡Felices Reyes!

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Hoy me han puesto la vacuna de refuerzo contra la COVID-19

A la persona que me ha inyectado: Gracias por tu amabilidad y por hacerme sentir único a pesar de llevar todo el día atendiendo igual de bien a gente como yo.

Al resto de sanitarios, incluyendo los que están detrás del sistema de citaciones: Gracias por vuestra dedicación y por hacer tan fácil que millones de personas podamos elegir lugar, fecha y hora para algo tan delicado.

A algunos políticos: Gracias por seguir los consejos de los que saben, transmitir el mensaje adecuado cuando ha hecho falta y poner los medios para que no estemos peor.

A los otros políticos: Dejad de mirar al pasado y aprended de los que saben por dónde va el futuro. Echaos a un lado de una vez.

A los científicos (públicos y privados): Hoy he tenido presente que me han inyectado el resultado de décadas de investigación básica y aplicada. Me siento un privilegiado. Gracias.

A los antivacunas: No se me ocurre una postura más egoísta e infantil que la vuestra. Hay decenas de millones de personas que no tienen acceso a todo esto y no os entienden. Yo tampoco.

A vosotros: Gracias por leerme.

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El palo en espalda ajena

A pesar de estar de acuerdo con muchos de los que, estos días, sostienen que hay que evitar que la guerra de Ucrania nos lleve al amargo precedente de dar la razón al agresor, no puedo menos que pensar en la gente que está sufriendo las consecuencias de la agresión rusa.

Porque sí, hay que decirlo para que quede claro: Rusia es el agresor en esta guerra, sean cuales sean sus razones para la agresión, y a todos nos gustaría que la historia terminase como en una buena serie o en una de esas películas, a medio camino entre la Metro Goldwin Meyer y Disney, en que los buenos triunfaban y los malos eran vencidos y humillados.

Pero resulta que hay que decir otra verdad, aunque sea obvia: nosotros no estamos allí. No, ni a mil Kilómetros siquiera. Y ojalá no lo estemos nunca, porque ya he dicho de trescientas maneras que prefiero que Europa en general, y España en particular, no participen en esta guerra.

Tenemos allí nuerstro ánimo y nuestros calculos, todo hay que decirlo, pero joder, amigos, no estamos allí. Mandamos lanzacohetes como podíamos mandar pimientos de Padrón o queso manchego. Algo que nos cuesta dinero, pero no sangre. Y no podemos, honradamente, pedir a los ucranianios el sacrificio de poner los muertos para que la realidad coincida con nuestro relato. No podemos decirles que hay que esperar a que Rusia se arruine. No podemos decirles que cada día que pasa Rusia se debilita y eso nos ayuda a tener nosotros menos miedo a la siguiente agresión. No podemos decirles que están muriendo por un mundo más justo donde ser el agreso salga muy caro, porque de momento los que ponen los muertos son ellos, mientras nosotros ponemos las palmas y la banda de música.

Demasiado a menudo tengo la impresión de que estamos en una corrida de toros, o en una de esas lamentables casas de apuestas que trufan nuestros barrios más humildes, y que le estamos pidiendo al boxeador por el que apostamos que aguante un par de asaltos más, mientras nios acabamos la birra. Así de frívolos y así de gilipollas.

Pero es que las hostias se las lleva él.

No podemos pedir orgullo y dignidad a quien ha demostrado tenerla de sobra pero se enfrenta a cien veces más de lo que nosotros estaríamos dispuestos a tolerar cerca de nuestras casas. Aquí no hay ley de oro ni ley de hierro: aquí hay muy a menudo una puñetera mentalidad de videojuego, una mezcla de mierda de Half Life con Pretty Woman, donde ellos ponen los muertos y nosotros la geoestrategia de mesa camilla donde hablamos de lo malo que sería que el agresor se saliese con la suya si se firmase una paz en que Rusia sacase tajada.

Y es que todos aguantamos muy bien, demasiado bien, los palos en espalda ajena. Aunque le ayudemos a gritar. Aunque le demos ánimos. Aunque sintamos los colores.

Un poco de vergüenza, por favor.

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Musicmap: un mapa musical digital

Musicmap: un mapa musical digital

Hola meneant@s: 

 

Hoy me gustaría hacer un análisis corto de una de las páginas que suelo usar para enseñar géneros musicales: 

musicmap.info

Esta página es un mapa interactivo donde aparecen subgéneros musicales clasificados por el género matriz. También podemos observar la división temporal a los lados donde nos indican en qué década del siglo XIX, XX o XXI pertenecen esos subgéneros.

 

Al entrar en la página web, nos encontramos el siguiente mapa: 

 Al ampliar, nos aparecerá la línea temporal anteriormente descrita así como los subgéneros musicales:

En el, podemos ver la clasificación siguiente: 

-      Utility

-      Folk

-      Classical

-      World

-      Industrial & Gothic

-      Heavy Metal

-      Rock y sus derivados 

-      Pop

-      Country

-      Rythm ‘n’ Blues

-      Blues, Gospel y Jazz

-      Jamaican

-      Rap

-      Breakbeat

-      Drum ‘n’ Bass

-      Hardcore

-      Techno

-      House

-      Trance

-      Downtempo

-      Industrial

Si hacemos un zoom sobre cualquier de los géneros principales, podemos observar el despliegue de subgéneros . A si mismo, si pulsamos sobre cualquiera de ellos veremos que se destacan sobre el resto y nos aparece una línea que traza tanto los subgéneros que influenciaron el seleccionado y/o cuales influenciaron su creación. 

 

Por ejemplo esta imagen:

 

A nuestra derecha aparecerá una breve descripción del subgénero musical y abajo dos iconos: YouTube y Spotify. Si clicamos en alguno de los dos, seremos redirigidos a una lista creada para ejemplificar con canciones el subgénero escogido:

 A continuación, expondré algunos pros y contras del mapa 

 

Pros:

 -      Te permite descubrir subgéneros musicales con bastante facilidad.

-      Puedes ver la línea evolutiva de un subgénero y entender fácilmente de dónde viene y a dónde puede evolucionar.

-      Es bastante intuitivo.

Contras: 

-      No funciona más allá de finales siglo XIX.

-      No existe una clasificación para la música clásica (que me parecería interesante que lo ampliasen)

-      No hay ejemplos auditivos para los géneros superiores del mapa.

 

Espero que os sirva tanto como a mi esta página. ¡Un saludo a todos meneant@s!

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El Apocalipsis Crypto-Bro

El Apocalipsis Crypto-Bro

El otro día me topé con un tuit que estaba ganando relevancia. No sé si el autor se daba cuenta de lo burdo y ridículo que sonaba, pero las mofas en las respuestas se repetían y al volver a él veo que había sido borrado. Por suerte he podido rescatarlo:

Básicamente en el tuit da la razón de una tacada a todos aquellos que tildan todo el movimiento crypto como estafa piramidal o esquema Ponzi. Ante la brutal caída de, en este caso, Bitcoin, nos pide que compremos de manera "masiva", habla de generar un "movimiento" y de que "no es momento de querer hacernos millonarios".

Lo que me llama la atención aquí es que alguien que de verdad creyera en la moneda como potencial método de pago lo que pediría es su uso, que se implementara como forma de pago de manera masiva, no meterse en la pirámide para salvarle el culo y que pueda salir de manera cómoda minimizando pérdidas (o conservando potenciales ganancias).

En parte todo lo que estamos viendo con el movimiento crypto me parece que ejemplifica muy bien la decadencia de occidente por los valores que desde hace generaciones se nos inculca. No importa el cómo sino el qué, el fin justifica los medios, quiero llegar al estilo de vida que me venden mis influencers favoritos desde las redes sociales y quiero llegar por el camino más corto. Eso nos hace perder totalmente la perspectiva, no nos hacemos las preguntas de pensamiento crítico más básicas: "Mira, invierte en esta moneda porque es el futuro, es super tecnológica y además está subiendo un 10% semanal sin ningún tipo de problema", "Vale, lo voy a hacer, no quiero perderme esta oportunidad".

Algunas de las preguntas más básicas que cabría hacerse ante un rendimiento tan inusual serían:

  • ¿Cómo sé que esto no es otra burbuja tecnológica que nos estallará en la cara más pronto que tarde?
  • ¿Es viable como método de pago mundial cuando su número está de salida limitado?

Y algunas más complejas tras informarse un poco de la parte técnica:

  • En una tecnología distribuida de estas características, ¿cómo se protege a ésta de avances masivos en computación?, ¿cómo se protege entonces a los poseedores de la moneda ante la piratería?
  • La política monetaria es una de las armas más potentes de los estados, ¿aceptarían éstos sin más esa pérdida de soberanía y control de sus economías?

Hemos vivido en los últimos años tiempos locos: La codicia sin límites disparaba el precio de tarjetas gráficas y componentes usados para minado, el consumo energético para la resolución de estos puzles criptográficos (energía cada vez más preciada) ha sido disparatado y ha ido en aumento cada vez más, se han creado directamente monedas meme cuya capitalización superaba a la de grandes empresas en cuestión de pocos meses, Elon Musk ha jugado de una manera burda con el mercado y sus inversores sin control alguno, ...

Lo bueno de todo esto es que está sirviendo como un experimento sociológico a gran escala para muchos de los postulados libertarios que circulan hoy en día por las redes e incluso de parte de think tanks y algunos académicos. Esperemos que no sea demasiado tarde para cambiar como sociedad, pero me temo que cambios que han tomado varias generaciones para consolidarse también necesitarán varias décadas para desaparecer.

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La Constitución Ucraniana es Propaganda Rusa Nazi, interiorizando la Propaganda Propia

Reconocer la Propaganda Propia no es tarea fácil, hace falta un ejercicio de crítica de la información propia e incluso de la propia educación que hemos tenido.

Un ejemplo claro lo podemos ver en este caso, donde un usuario tras citarle los pasos a seguir en la Constitución Ucraniana para destituir un Presidente, los tilda de "invenciones" y de "discurso nazi de Putin".

www.meneame.net/story/entrevista-ministro-asuntos-exteriores-serguei-l

¿Qué dice la Constitución Ucraniana?

ARTÍCULO 111

El Presidente de Ucrania puede ser destituido por la Rada Suprema de Ucrania mediante el procedimiento de destitución, en caso de que cometa traición estatal u otro delito.

Facultades de la Corte SupremaRemoción del Jefe de EstadoLa cuestión de la destitución del Presidente de Ucrania por el procedimiento de destitución es iniciada por la mayoría de la composición constitucional de la Rada Suprema de Ucrania.

Para llevar a cabo la investigación, la Rada Suprema de Ucrania establece una comisión especial de investigación temporal cuya composición incluye un fiscal especial e investigadores especiales.

Las conclusiones y propuestas de la comisión de investigación temporal se examinan en una reunión de la Rada Suprema de Ucrania.

Por causa, la Rada Suprema de Ucrania, por no menos de dos tercios de su composición constitucional, adopta una decisión sobre la acusación del Presidente de Ucrania.

La decisión sobre la destitución del Presidente de Ucrania por el procedimiento de destitución es adoptada por la Rada Suprema de Ucrania por no menos de tres cuartas partes de su composición constitucional, después de la revisión del caso por el Tribunal Constitucional de Ucrania y la recepción de su opinión sobre la observancia del procedimiento constitucional de investigación y examen del caso de destitución y la recepción de la opinión del Tribunal Supremo de que los actos, de los que se acusa al Presidente de Ucrania, contienen elementos de traición estatal u otro delito.

www.bcn.cl/procesoconstituyente/comparadordeconstituciones/materia/war

Como podemos comprobar, en 2014 en Ucrania no se siguieron estos pasos. La Constitución marca de forma meridiana que ha de llevarse a cabo una investigación, una comisión especial de investigación temporal, incluso incluye quiénes deben de componerla. Nada de esto fue respetado. Se pasó a la votación final y ni siquiera se alcanzó el número necesario de diputados que marca la Constitución para destituirlo. Dice, textualmente, que se necesitan 3/4 de los diputados de su Composición Constitucional (338 votos de 450).

Los blanqueadores justificarán primero que había más de 3/4 que votaron en ese momento ya que votaron 341 parlamentarios, ignorando lo que dice la Constitución textualmente.

Tras quedarse sin argumentos para justificar este golpe, intentarán blanquear el sistema actual porque han existido varias elecciones desde aquellas. Lo que es cierto. Pero las elecciones tras un golpe, con milicias neonazis patrullando las calles y hasta en la puerta de la Rada Suprema, tras prohibir Partidos Políticos como el comunista, tras asesinatos de periodistas Prorusos como Oles Buzina y de masacres como las de Odessa, no creo que se les pueda dar demasiada credibilidad, ni que los ciudadanos Ucranianos se sintieran libres para expresar su opinión. Sobre todo si esa opinión es Pro Rusa.

¿Les daríamos credibilidad a unas elecciones así en cualquier otro país? ¿Con partidos políticos prohibidos? ¿Con persecución, asesinatos y masacres en las calles? Lo dudo mucho.

www.dw.com/es/asesinan-a-tiros-en-kiev-a-un-conocido-periodista-prorru

Todo esto son datos objetivos e innegables. Fuera de toda propaganda. No tengo ninguna simpatía por Putin ni por la invasión de Ucrania, más bien lo contrario. Pero lo que no voy a ignorar es la realidad.

Se puede condenar la invasión Rusa a Ucrania al mismo tiempo que se exponen estos datos. De hecho, estos datos no lo justifican, pero sí que explican las motivaciones. Esas que se niegan a ver para intentar retratar al enemigo como un monstruo irracional.

Revisen la Propaganda Propia, que es la que es difícil de ver.

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Sobre el colapso de nuestra civilización

“Se producen más individuos de los que es posible que sobrevivan; tiene que haber forzosamente en todos los casos una lucha por la existencia” (Carlos Castrodeza)

"No hay derecho ninguno ni a la existencia, ni al trabajo, ni a la felicidad: el destino del hombre no se distingue del destino del más vil gusano." (Friedrich Nietzsche. Aforismo 753 de Voluntad de Poder)

Introducción.

"Crash Oil" es la denominación que recibe una hipótesis científica muy actual que, en resumen viene a defender lo siguiente:

1º) La sociedad y la economía moderna en la que vivimos basa de manera fundamental su compleja existencia en el eficiente rendimiento energético que ofrecen los diferentes recursos fósiles disponibles en el planeta.

2º) Estos recursos fósiles no son renovables, y por lo tanto su uso masivo llevará a su agotamiento en algún momento futuro por determinar. De hecho, no es necesario que estos recursos se agoten materialmente como tal, sino que vale simplemente con que la extracción y la explotación de los mismos requieran consumir más energía de la que produzcan.

Conclusión) Se propone por último que, una vez llegado el momento en que la producción (el rendimiento en realidad) de los combustibles fósiles comience a disminuir tras superarse lo que se suele conocer como el pico ("Peak") de su explotación, la economía sufrirá un gran retroceso social y económico debido fundamentalmente a la inexistencia de una fuente de energía alternativa tan abundante, eficiente y versátil como ha sido la fósil hasta ahora.

Se habla en estos círculos además sobre el hecho de que esta fuente de energía es ya hoy día más escasa de lo que parece (al menos en cuanto a rendimiento de explotación se refiere), y que por tanto será muy pronto complicado mantener el orden social y económico establecido; ya que es de sobra conocido en ciencias físicas que toda complejidad en sistemas lejos del equilibrio térmico debe ir acompañado siempre de una cantidad mínima de energía que le de soporte. Lo cual lleva a que si no se encuentra una alternativa de igual rendimiento y versatilidad (y de momento no hay nada en el horizonte ni remotamente parecido), será físicamente imposible que la complejidad social no se vea afectada; lo que viene a traducirse en que nuestra civilización sufrirá posiblemente un importante retroceso.

Ese retroceso está por ver como de severo será, pero se supone que será lo suficientemente grande como para en teoría poder incluso producir el colapso completo de nuestra civilización, que es precisamente a lo que se refieren con ese "Crash" dentro la tesis que venimos tratando.

Peakoilers y tecnooptimistas .

Hay hoy día mucha controversia alrededor de la propuesta que acabamos de describir. A grandes rasgos, algunos se decantan simplemente por rechazar la mayor negando las dos premisas que acabamos de ver, mientras que otros aceptan estas premisas como algo lógico y empíricamente constatable. Luego, dentro de los que la aceptan estos postulados tenemos una nueva división entre dos grupos claramente enfrentados que podemos denominar como tecnooptimistas peakoilers; agrupándose por otra parte los que rechazan las premisas en torno a argumentos que podemos clasificar como de ingenuos, ignorantes o manipuladores.

Muy resumidamente, los tecnooptimistas vienen a defender a grosso modo que algún avance tecnológico aún por descubrir (o la mejora y explotación de alguno ya existente) vendrá a salvar finalmente la situación una vez llegue el momento de la escasez fósil (no siendo por tanto necesario preocuparse demasiado por este pretendido colapso). Y por otra parte, los peakoilers defienden que no creen que tal "salvavidas" tecnológico sea físicamente viable, y que por tanto lo más que podemos hacer es simplemente "prepararnos" lo mejor posible para la llegada de la escasez de manera que el "Crash" sea lo más "suave" posible.

La termodinámica y el crecimiento económico.

Como dijimos arriba, también tenemos el bando de los ingenuos-ignorantes-manipuladores, los cuales sencillamente se limitan en general a negar o a infravalorar las limitaciones impuestas por la termodinámica en el mundo. Algunos lo hacen por desconocimiento y otros actúan de mala fe guiados por intereses personales de algún tipo.

Sea como sea, este grupo es muy heterogéneo y defienden posturas muy diversas, aunque quizás la mayoría tenga como denominador común que tienden a defender ante la opinión pública sin tapujos que el rendimiento energético no es lo fundamental para el mantenimiento y/o el aumento de la complejidad social (eso que llamamos en general el estado del bienestar). Según ellos, aún en un escenario de descenso en el total energético disponible para el consumo y la producción, todavía es posible mantener el sistema social tal cual, e incluso los hay que afirman ¡que aun así es posible crecer económicamente! Ridículo. Y más ridículo puesto que todo eso se cuenta dentro de un escenario de crecimiento poblacional global casi exponencial. Cada vez hay más población y cada vez la energía disponible rinde menos, lo cual requiere un avance tecnológico ilimitado capaz de hacer tender al infinito la eficiencia en el uso de la energía restante de manera que la estructura social se salve a gran escala. La ciencia hace décadas que no descubre nuevas fuentes de energía, y la mejora en la explotación tecnológica de las ya conocidas cada vez tiene menos margen de mejora en cuanto a eficiencia.

Estos negacionistas no comprenden (o no quieren comprender) que es la termodinámica la que pone un límite a lo que una fuente de energía puede rendir, y que será esta cota natural en la energía renovable superviviente la que determinará hasta qué punto será viable mantener la complejidad social; es decir, hasta qué punto irá a colapsar nuestro sistema social actual (i.e. cuánta complejidad estructural se podrá mantener y cuánta no).

Se puede decir en pocas palabras, que cuanto menor sea el rendimiento (y versatilidad) efectivo en la construcción, mantenimiento y explotación de los recursos energéticos que nos queden tras el Peak Oilmenor será la complejidad social que se podrá mantener llegados a este punto. O lo que es lo mismo, que cuanto más caiga la cantidad total de energía neta disponible para su explotación, mayor será el colapso (decrecimiento en la complejidad); siendo por eso que muchos peakoilers defienden abiertamente invertir gran parte de la eficiente energía fósil que todavía nos queda en conseguir construir la mejor y mayor infraestructura renovable posible de modo que el rendimiento energético total posterior a la era fósil sea el mayor posible.

Y no hay ninguna duda de que es esta la estrategia más lógica y sensata de entre todas las disponibles, pero hay que plantearse una cuestión importante: ¿es un estrategia biológicamente viable? Porque históricamente, a nivel social, hemos visto en repetidas ocasiones que el hecho de que algo sea lógico y razonable casi nunca ha sido óbice para alcanzar un acuerdo global, siendo más bien una Teoría de juegos la que ha guiado siempre estas acciones a gran escala primando en este sentido siempre el inmediato interés propio (y el de los "nuestros").

¿Y si el colapso social fuese inevitable?

Me gustaría por tanto a continuación introducir y defender con más detalle una nueva alternativa a las ya vista hasta ahora: tecnooptimistas, peakoilers e ingenuos-ignorantes-manipuladores. En concreto, me gustaría comentar la posibilidad de que el colapso (decrecimiento) socio-económico sea inevitable tras el Peak Oil; pero que, al contrario de lo que los peakoilers suelen pensar, no hay nada que se pueda hacer por intentar siquiera amortiguar la caída. Es decir, que el hecho de advertir y comprender el problema no permite en modo alguno adelantar ninguna "solución", ni siquiera parcial.

Y es que, como ya he comentado antes, gran parte de los peakoilers son optimistas dentro de la realidad pésima por venir (según la tesis defendida); y piensan dentro de ese optimismo que la sociedad tiene medios para prevenir en gran medida el colapso de manera que el decrecimiento acontecido tras el Peak Oil no sea demasiado severo e incluso abordable de manera que se mantenga en pie gran parte de la sociedad del bienestar. Las medidas propuestas por ellos se basan en comenzar a decrecer desde ya, regulando el consumo y la producción de manera que la energía que resta pueda ser utilizada de manera más útil con visos de favorecer una transición a un mundo impulsado 100% por energías renovables (solares, eólicas, etc.), y sin que por el camino se desmantele demasiado la enormemente compleja estructura social que hemos logrado montar gracias al fósil desde hace un par de siglos hasta ahora.

Yo no creo que esto sea posible, y paso a continuación a defender mi hipótesis que podríamos denominar como colapsista.

El colpasismo.

Pedir decrecer de manera controlada pensando en el futuro cuando aún hay disponibilidad de recursos para no tener que hacerlo, es tanto como pedir a un padre que deje pasar hambre a un hijo pensando en el mañana pero teniendo al mismo tiempo un supermercado a la esquina repleto de comida: en un escenario de previsible escasez, racionalizar esta comida sería la actuación lógica, pero la realidad de nuestra esencia biológica nos empuja instintivamente por el contrario a actuar de un modo muy distinto, empujándonos a acaparar para "los nuestros" lo máximo posible antes de que tal escasez finalmente llegue (si es que llega). Por lo tanto, aunque a primera vista puede sonar algo exagerado, el símil que utilicé antes creo que es en realidad muy acertado: yo personalmente no voy jamás a dejar pasar "hambre" a mis hijos teniendo un "supermercado" repleto en la esquina (y el que no piense así definitivamente es que no tiene hijos) , y eso a pesar de que la comida quizás no vaya a ser repuesta. Primero porque el futuro siempre es incierto, mientras que el "dolor" de mi hijo sería presente; y además porque sé a ciencia cierta que si no saqueo yo el "supermercado", lo hará sin duda mi vecino (ya que sé que él sufre el "dolor" de su hijo lo mismo que yo). Escalando el símil a un nivel social, esto se puede traducir en que yo no voy a comenzar a decrecer (haciendo pasar "hambre" a los míos), para que luego el vecino (cualquier otro país o comunidad) siga consumiendo y creciendo por su cuenta a costa del "dolor" de los míos.

Y esto último que hemos visto es importante porque supone que el decrecimiento controlado sólo sería viable por tanto mediante una coordinación (¿represión?) mundial, y en este sentido la historia se encarga rápidamente de refutar esta utópica posibilidad de un entendimiento a gran escala: tal cosa NUNCA ha sucedido, y es de hecho bastante iluso creer que tal entendimiento entre 7.000 millones de personas sea posible; más aún cuando hay diferencias irreconciliables (y aquí en España de eso sabemos mucho) ya no sólo a nivel interestatal, sino incluso a nivel de estado entre comunidades autónomas (provincias, localidades e incluso barriadas de vecinos). Conseguir en la "Teoría de juegos" en la que el mundo se mueve a nivel global una estrategia dominante que convenga a todos (un equilibro de Nash), y que tal estrategia suponga además un decrecimiento controlado, es algo tan improbable que solamente tendría alguna posibilidad de llevarse a cabo reduciendo el número de "jugadores" a uno solo (en este caso un único país capaz de dirigir y reprimir a todos, posiblemente tras una agresión militar); y siendo además este único jugador consistente y estando concienciado con la propuesta del decrecimiento controlado, lo cual plantea de nuevo el interrogante de si esto llevaría realmente el equilibrio deseado, o si lo que se conseguiría finalmente con este estado sería una estrategia mediante la cual dicho estado dominante crecería él mismo (y lo suyos) a costa del decrecimiento de todos los demás (con lo que nos encontramos de hecho de nuevo con el problema biológico de base con el que partimos esta disquisición, el cual nos dice que es muy difícil -si no imposible- dejar pasar voluntariamente "hambre" a los nuestros).

Por lo tanto, y a modo de resumen, bien podría ser el caso de que un escenario de decrecimiento controlado sea demasiado inestable como para que se produzca el necesario equilibrio de Nash. Y si este es el caso, y tiene pinta de que lo es, la humanidad estaría entonces condenada a sufrir las consecuencias de un duro colapso socio-económico como consecuencia de la próxima escasez de recursos fósiles por venir.

Pero, ¿de verdad el rendimiento energético disponible y la complejidad social están tan relacionados?

Ya vimos antes que la termodinámica en sistemas lejos del equilibrio térmico relaciona de manera directa complejidad y energía, lo que implica que al decrecer en consumo se produce necesariamente menos, lo cual va acompañado de una disminución en la complejidad (social en este caso) admisible. En otras palabras: si se consume menos, también se produce menos, lo que lleva a cada vez existan menos servicios y productos disponibles a repartir entre todos. Decrecer controladamente supone por tanto pedir al pueblo que acepte desde hoy vivir peor, y que lo haga además cuando todavía no es del todo evidente que la tesis del "Oil Crash" sea inevitable (como defienden los tecnooptimistas y los negacionistas en general). Y de todas formas; y para más inri, hay que tener en cuenta que conforme aumente la población mundial en el tiempo (se habla de alrededor de 10.000 millones de habitantes en el año 2100), este reparto decreciente hará que toque cada vez a menos por persona, lo que termina resultando un disparate puesto que al cabo de no mucho tiempo, este aumento de la población llevará junto con una producción estancada o en retroceso a un reparto unitario que tendería a cero, con lo que todos acabaríamos siendo inmensamente pobres.

Es decir; que el crecimiento mundial de la población, y la petición voluntaria de decrecimiento que proponen los peakoilers más optimistas (algunos de los cuales comparten intereses personales "ecologistas" en sus argumentaciones), es algo que sencillamente no sólo no puede funcionar en teoría (como vimos antes al hablar de la "Teoría de juegos"), sino que incluso un intento por llevar a cabo dicha estrategia podría incluso precipitar la inestabilidad social y acelerar la llegada del colapso.

No lo olvides: la sociedad la conforman personas.

Cuando se tratan estos temas (en realidad, cuando se habla de economía en general), no se suele tener nunca en cuenta nuestra naturaleza evolutiva a la hora de discurrir, olvidándonos de que son personas individuales las que suman y conforman la sociedad como una entidad global. Y que en este sentido son los intereses personales los que mueven realmente el mundo, y no una supuesta "Razón social" actuando a gran escala (baste ver al respecto la inutilidad de la ONU para llevar a cabo ni una sola actuación destacable en todas sus décadas de existencia).

Todo esto nos debería hacer comprender que macroeconomía y microeconomía van de la mano, y que la primera se reduce a la suma de fuerzas de la segunda, terminando ambas reduciéndose a la economía familiar. En este sentido, merece la pena mencionar de nuevo que ni yo ni nadie (con hijos) dejará jamás pasar "hambre" (y no me refiero evidentemente sólo a los alimentos) a su progenie, y mucho menos mientras haya productos que consumir y bienes que ofrecer a los nuestros. Por lo tanto, de poco o nada servirán los avisos de los peakoiler (o de los ecologistas ya que estamos). El mundo seguirá su curso guiado de manera autónoma e instintiva por nuestra esencia biológica (evolutiva) individual.

El ser humano, el gusano, y la bacteria.

Nuestro tradicional orgullo antropocéntrico hace que muy pocos se planteen siquiera si el ser humano no será después de todo un simple fenómeno natural más sin importancia objetiva alguna. Se nos llena la boca con la palabra "Humanidad" sin replantearnos si verdaderamente esta "Humanidad" tiene algún fin u objetivo distinto en esencia por ejemplo, al de un gusano o una cepa de bacterias. Damos por hecho que sí, que somos diferentes, algunos incluso afirman que somos hijos de Dios hechos a imagen y semejanza de Él (en este punto, perdonen que me ría). ¿Por qué debería de ser así? ¿Por qué tanta soberbia y prepotencia? Lo único que empíricamente diferencia nuestra especie de las demás especies es un mayor córtex cerebral, el cual nos permite llevar de manera más eficiente los quehaceres evolutivos pero...¿supone eso que nuestro sino y nuestro destino va a ser distinto del destino del más vil gusano? No necesariamente. Todos los seres vivos somos hijos del mismo proceso evolutivo, y en consecuencia todos compartimos la misma finalidad objetiva: consumir toda la energía posible en el menor tiempo posible (gracias en gran parte a la replicación y el crecimiento exponencial).

Mucho que nos pese, bien podría ser el caso de que nuestra civilización pudiera estar determinada de base al colapso; lo mismo que lo está una cepa de bacterias con unos recursos energéticos limitados dentro de una placa de Petri. En el caso de nuestra civilización moderna, la placa de Petri sería la propia Tierra, y los recursos limitados serían los eficientes combustibles fósiles. De hecho, empíricamente es ciertamente destacable el hecho de que el "colapso" del crecimiento bacteriano dentro de ese entorno cerrado (la placa) presenta un pico (Peak) muy similar al esperado para nuestro particular crecimiento y posterior colapso como civilización (véanse las dos figuras de más abajo). En realidad ningún crecimiento exponencial es en general estable en el Universo (a nivel físico todo crecimiento exponencial presenta una curva similar a la abajo mostrada), y muy probablemente nuestro caso no pueda ser una excepción.

Conclusión.

Personalmente, junto a todos los peakoilers, veo muy claro el peligro que supone la futura escasez de fuentes fósiles; pero no veo para nada claro que exista una "solución" viable y favorable para todos. Muy posiblemente algo así como un consenso para decrecer con visos a amortiguar el futuro colapso no pueda ocurrir (debido a nuestra esencia biológica), y posiblemente serán por contra una vez más (en realidad, como siempre ha sido, y quizás como siempre será) los más "fuertes" los que acaparen a toda máquina lo que vaya quedando a expensas del resto. Posiblemente todo el que pueda irá tirando del "patadón para adelante" hasta que todo se vaya al traste. Esto es, salvar el culo de los nuestros mientras sea posible, a la espera de que "algo" salve finalmente la situación.

Referencias.

- Como principal referencia en estos temas (en castellano), no hay más remedio que visitar el magnífico blog del físico Antonio Turiel Martínez: "The Oil Crash" (crashoil.blogspot.com.es/). Cualquier duda al respecto seguro que podrá ser resuelta en algunas de sus innumerables entradas.

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Irene Montero, los bulos y contrabulos sobre Melilla

El viernes 27 de junio, tras el Consejo de Ministros, la portavoz del gobierno, Isabel Rodríguez, y la ministra de igualdad, Irene Montero, dieron una rueda de prensa. En ella, varios de los periodistas asistentes, preguntaron a Montero su opinión sobre el último asalto a la valla de Melilla. En todos los casos, la portavoz del gobierno tomó la palabra, evitando que Montero respondiese las preguntas.

Bulo nº 1: Irene Montero no rechazó responder las preguntas ni pronunciarse sobre el asalto. Ésta fue cortada constantemente por la portavoz del gobierno.

Posteriormente, ya fuera de la rueda de prensa, varios periodistas le preguntaron a Irene Montero por qué no la dejaron hablar sobre la valla de Melilla en la rueda de prensa, respondiendo el ya conocido "siempre estaré disponible". Los periodistas allí presentes parecían más preocupados por saber por qué no se manifestó durante la rueda de prensa que por su opinión sobre la valla de Melilla en sí.

Bulo nº 2: Irene Montero dio su opinión sobre los hechos acontecidos en Melilla, pero no respondió a las preguntas sobre por qué no habló en la rueda de prensa.

Varios medios de comunicación (Telecinco, Antena 3, Onda Cero) criticaron que Irene Montero no respondiese a las preguntas sobre por qué fue cortada durante la rueda de prensa por la portavoz.

Bulo nº 3: estos medios no criticaron a Irene Montero por no dar su opinión por el tema de Melilla (puesto que la dio), sino por no responder a las preguntas de por qué no habló en la rueda de prensa. Se trata de carroñerismo periodístico, pero no de un bulo.

La consecuencia de ello es que mucha gente asumió que Irene Montero se había negado a dar su opinión sobre la valla de Melilla gracias a la manipulación periodística, poniendo el foco en el hecho de que Montero no hablara durante la rueda de prensa y a su negativa a responder los motivos por los que no lo hizo. Pero en ningún momento estos medios de comunicación afirmaron que Montero se negase a opinar sobre Melilla. Simplemente ocultaron su opinión, poniendo el foco en lo ya mencionado.

Bulo nº 4: al contrario de lo que afirma Público y los "tuiteros", los medios de comunicación antes mencionados no afirmaron que Irene Montero no se pronunciase sobre Melilla, sino que no respondió a las preguntas de por qué no habló durante la rueda de prensa.

Varios hechos:

  • No es competencia de Irene Montero responder, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, preguntas que nada tienen que ver con su ministerio. Para ello está la portavoz del gobierno, que dará la respuesta de los ministros competentes que no están en la rueda de prensa.
  • Irene Montero ha expresado su opinión personal sobre los hechos acontecidos en Melilla cuando tocaba hacerlo, que es en un contexto más personal, y no en una rueda de prensa del gobierno.
  • Irene Montero no sable tratar con la prensa, y no supo lidiar con la pregunta tendenciosa de por qué no habló del tema durante la rueda de prensa.
  • Todos los periodistas que le preguntaron por qué no habló durante la rueda de prensa y han querido hacer "sangre" con ello deberían ser tomados o bien como ignorantes o bien como manipuladores.
  • Todos los periodistas que acusan a otros periodistas de decir que Irene Montero no dio su opinión sobre Melilla son igualmente unos manipuladores.
  • Todo este tema es un insulto para la inteligencia, teniendo en cuenta las decenas de muertos que ha habido al otro lado de la valla, y un claro ejemplo de manipulación y polarización social. El periodismo actual es basura.

Ale, ya me he quedado a gusto.

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Propuesta de breve lectura estival: relatos de ciencia ficción de George R.R. Martin (1972-1981)

Propuesta de breve lectura estival: relatos de ciencia ficción de George R.R. Martin (1972-1981)

Los relatos son pequeñas ventanas a otros mundos, otras mentes y otros sueños. Son viajes que puedes hacer al otro lado del universo y aún así volver a tiempo para la cena.”

Neil Gaiman

Se puede dar por supuesto que si hay en el género fantástico un escritor que no necesita ninguna presentación ése es George R.R. Martin. La gigantesca presencia de Canción de Hielo y Fuego en la cultura actual es de tal magnitud que dibuja una enorme sombra que oculta otras facetas de este mismo autor. Y una de ellas (y es una muy especial) es la de grandísimo escritor de relatos, muchos de los cuales fueron escritos entre los años 70 y 80 del siglo XX. Personalmente aún recuerdo la impresión que me produjo descubrir Los reyes de la arena en el número 127 de la nunca suficientemente alabada revista Nueva Dimensión. La publicación está fechada en octubre de 1980, pero yo debí leerla a mediados de los años 80 y tanto el placer como el acojone que me produjo tienen efectos permanentes en mí (como la poción mágica en Obélix) ya que todavía siento algún que otro escalofrío al releerlo.

La temática de sus relatos es prácticamente la misma que define a sus obras más conocidas, abarcado en ellos tanto ciencia ficción como fantasía, casi siempre aderezadas con terror (y también mucho humor) y con su particular visión sobre la condición humana, sobre el amor y la pérdida, la fragilidad de la psique y lo endeble de las religiones y las creencias a las que nos agarramos y en como éstas son utilizadas por las élites. Y todos ellos están aderezados con esa desesperanza tan particular que trasmite Martin.

No es que Martin tenga escrito una enorme cantidad de ellos -muy posiblemente por el tiempo y esfuerzo dedicados a Canción de Hielo y Fuego y a las varias producciones televisivas en las que ha estado enfrascado los últimos treinta y muchos años- pero fuera de ese universo hay por lo menos una docena que son excelsos: Una canción para Lya; Los reyes de la arena; El camino de la Cruz y el dragón; Esa otra clase de soledad; El dragón de hielo; Cuando llega la brumabaja; Oscuros, oscuros eran los túneles; Y siete veces digo: al hombre no matarás; Por un solo ayer; La última Super Bowl; El hombre con forma de pera; El tratamiento del mono; varios relatos de los que conforman Los viajes de Tuf....

No puedo decir lo mismo (de tener unos relatos de calidad tan apabullante) de casi ningún otro escritor de fantasía o terror, salvando a mi idolatrado Gene Wolfe, Stephen King y quizás a Neil Gaiman o Fritz Leiber; y al respecto de los escritores de ciencia ficción habría que irse a lo más escogido en la escritura de relatos: Isaac Asimov, Arthur C. Clarke o Philip K. Dick. Lo que quiero decir con todo ésto es que con apenas unos pocos años de producción de relatos puede mirar de tú a tú a los más grandes escritores anglosajones del género sin inmutarse. Y particularmente muchos de los creados en el período entre 1972 y 1981 son tremendamente buenos. Sólo podemos llegar a imaginar lo que podría haber escrito Martin si no le hubiese dedicado el ímprobo esfuerzo que requiere una obra tan colosal (en todos los sentidos de la palabra) como Canción de Hielo y Fuego, y se hubiese dedicado a continuar experimentando con nuevos relatos tanto de fantasía como de ciencia-ficción. Lo que es cien por cien seguro es que no sería conocido más que por una pequeñísima fracción de los lectores que actualmente compran y leen sus obras.

Como Martin es mucho más conocido como escritor de fantasía, voy a centrarme en su producción de ciencia-ficción. Por si alguien no los conoce y tiene interés en leer algunas de sus obras de ciencia-ficción en formato corto, os recomiendo una decena de relatos que merecen mucho la pena (aquí englobo relatos y relatos cortos, incluso alguna novela corta -todo lo que se puede leer en un máximo de poco más de una hora aproximadamente-). No están enumerados en ningún orden especial y, si tengo que escoger a un favorito, éste sería El camino de la Cruz y el dragón.

¿Qué mejor idea de lectura veraniega que zambullirse en estos relatos? La gran mayoría se terminan en cuestión de minutos sin esfuerzo y se pueden encontrar tanto en Internet como en las publicaciones previas existentes; también muy recientemente se han publicado en español media docena de nuevos libros recopilatorios integrando la práctica totalidad de su producción.

1.- Una canción para Lya (1974). Premio Hugo de novela corta de 1975. Posiblemente el más conocido de sus relatos. Amor y pérdida más allá del entendimiento humano.

Las ciudades de los shakeen son viejas, mucho más viejas que las del hombre, y la gran metrópoli que se levanta en las tierras de su colina sagrada había demostrado ser la más antigua de todas. La ciudad de los shkeen no tenía nombre. No necesitaba ninguno. Pese a que construían cientos y miles de pueblos y ciudades, la ciudad de las colinas no tenía rival. Era la mayor en tamaño y población, y era la única que se levantaba en las colinas sagradas. Era su Roma, Meca, Jerusalén, todo en una. Era la ciudad, y todos los shkeen venían a ella en los últimos días antes de la Unión. Pese a que construían cientos y miles de pueblos y ciudades, la ciudad de las colinas no tenía rival. Era la mayor en tamaño y población, y era la única que se levantaba en las colinas sagradas. Era su Roma, Meca, Jerusalén, todo en una. Era la ciudad, y todos los shkeen venían a ella en los últimos días antes de la Unión.”

2.- Los reyes de la arena (1979). Ganó los premios Hugo y Nébula al mejor relato en 1980. Recuerda siempre que debes tratar bien a tus mascotas.

Simon Kress vivía solo en una gran mansión situada entre montañas áridas y rocosas a unos cincuenta kilómetros de la ciudad. Y así, cuando tuvo que ausentarse inesperadamente por asuntos de negocios, no dispuso de vecinos de los que pudiera aprovecharse para dejarles al cuidado de sus mascotas. El halcón no era problema. Descansaba en el campanario inutilizado y, de todas formas, solía alimentarse por sus propios medios. En cuanto al shambler, Kress se limitó a echarlo fuera de la casa y dejar que se las arreglara como pudiera. El pequeño monstruo se alimentaría de babosas, pájaros y ratas. Pero la pecera, surtida de pirañas genuinas de la Tierra, planteó una dificultad. Finalmente arrojó una pierna de carnero al inmenso tanque. Las pirañas siempre podrían devorarse unas a otras si le retenían más tiempo del que esperaba. Ya lo habían hecho otras veces. Un detalle que le divertía.”

3.- El camino de la Cruz y el dragón (1979) Premios Hugo y Locus al mejor relato corto en 1980. Un precioso relato que trata sobre religiones, sobre las escasas certezas de la condición humana y sobre la entropía. Ojo a la descripción de la herejía de San Judas Iscariote, que es de lo más original que ha escrito Martin en la humilde opinión de un servidor.

“—En conjunto resulta una historia agradable. Más fácil de leer que tu Biblia, Damián, y también más dramática.

Es verdad —admití—. Pero es absurda. Una maraña increíble de doctrina, escritos apócrifos, mitología, y superstición. Entretenida, si, sin lugar a dudas. Imaginativa, incluso atrevida. Pero ridícula, ¿no te parece? ¿Cómo podemos creer en dragones? ¿En Cristo sin piernas? ¿En Pedro recompuesto de sus pedazos después de haber sido devorado por cuatro monstruos?

La sonrisa de Aria era burlona.

¿Acaso es más tonto que creer en el agua transformándose en vino, o Cristo caminando sobre las aguas, o un hombre viviendo en el estómago de una ballena?”

4.- Esa otra clase de soledad (1972). Ciencia ficción y la fragilidad de la psicología humana, enfrentada hasta su límite en la inmensidad de un amenazante, frío y gigantesco Espacio.

18 de junio

Mi relevo ha partido hoy desde la Tierra.

Por supuesto, pasarán al menos tres meses antes de que llegue. Pero ya está en camino.

Hoy ha despegado desde El Cabo, como lo hice yo cuatro años atrás. Una vez en la Estación Komarov, se dirigirá hacia una nave lunar, luego girará en órbita alrededor de Luna, en la Estación del Espacio Profundo. Allí comenzará realmente su viaje. Hasta entonces sólo habrá estado rondando terreno familiar.

Hasta que La Charon no abandone la Estación del Espacio Profundo y se su- merja en la noche, no lo sentirá, no lo sentirá realmente, como no lo sentí yo hace cuatro años. No le afectará el golpe hasta que la Tierra y la Luna se desvanezcan a sus espaldas. Por supuesto, sabe desde el principio que ya no puede echarse atrás. No obstante, hay una diferencia entre saberlo y sentirlo. Ahora, lo sentirá.”

5.- Cuando llega la brumabaja (1973) ¿Y qué nos queda cuando se acaba el misterio...?

Todavía era temprano para desayunar esa mañana del día siguiente a mi llegada. Pero Sanders ya estaba en el balcón del comedor cuando llegué. Estaba solo, de pie en un rincón, contemplando las montañas y las brumas.

Fui hacia él mascullando un saludo. Ni siquiera me respondió.

¿Hermoso, no es cierto? —dijo, sin volverse.

Y lo era. Tan sólo unos metros bajo el nivel del balcón las brumas ondulaban, lanzando olas fantasmales que rompían contra las piedras de su castillo. Un espeso manto blanco se extendía hasta donde alcanzaba la vista, envolviéndolo todo. Podía verse la cima del Duende Rojo, al Norte; una roca escarlata que, como aguzada daga, hendía el cielo. Pero eso era todo. Las otras montañas se hallaban bajo el nivel de las brumas.”

6.- Oscuros, oscuros eran los túneles (1973) Distopía post-apocalíptica y los límites de la evolución humana.

No era un cobarde. Era un explorador de la Gente que se había arriesgado a caminar por túneles jamás visitados por los hombres durante centurias.

Pero estaba asustado, y no tenía vergüenza de su temor. Un buen explorador sabe cuándo debe tener miedo. Y Greel era un excelente explorador. Por lo tanto, se quedó silencioso en medio de la oscuridad, con el arma cogida en su puño, pensando.

Lentamente, el temor comenzó a alejarse. Greel se sintió más seguro y abrió los ojos. Los cerró de nuevo a toda velocidad.

El túnel que se extendía frente a él estaba ardiendo.”

7.- Guardianes (1981) Uno de los relatos sobre el ingeniero ecológico Tuf, publicado posteriormente en el volumen recopilatorio Los viajes de Tuf de 1987.

Namor era un mundo verde oscuro, solitario y sin luna, envuelto en jirones de nubecillas doradas. El Arca dejó de propulsarse, sufrió una sacudida y entró pesadamente en la trayectoria orbital. En la larga y estrecha sala de comunicaciones, Haviland Tuf iba de un asiento a otro para estudiar el planeta desde una docena de las cien pantallas repartidas por la habitación. Lo acompañaban tres gatitos grises que saltaban entre las consolas sin parar más que para lanzarse zarpazos juguetones. Tuf no les hacía caso.

Namor era un mundo acuático: solo había una masa continental visible desde la órbita, y ni siquiera era demasiado grande. Pero, al aumentar la imagen, Tuf pudo ver millares de islas dispersas que se agrupaban sobre los profundos y verdes mares en alargados archipiélagos con forma de media luna, como gemas de tierra dispersas por los océanos. Las pantallas mostraron las luces de docenas de ciudades grandes y pequeñas en la parte donde era de noche, y destellos intermitentes de energía allí donde los asentamientos estaban a la luz del día.”

8.- Nómadas nocturnos (1980). Premio Locus a mejor novela corta de 1981. Es el más extenso de este listado. El miedo y la sospecha acompañan a los tripulantes de una nave espacial y a los secretos que se esconden.

La guerra rugió durante mil años, y los volcryn la atravesaron sin saber de ella, sin que los rozara, a salvo en un lugar donde no podía arder fuego alguno. Después, el Imperio federal se derrumbó y desapareció, y los hranganos se desvanecieron en la oscuridad del Colapso, pero para los volcryn nada se oscureció.

Cuando Kleronomas partió de Avalón con su nave exploradora, los volcryn pasaron a menos de diez años luz de él. Kleronomas descubrió muchas cosas, pero no encontró a los volcryn, ni entonces ni durante el regreso a su mundo, una vida entera más tarde.

Cuando yo tenía tres años, y Kleronomas ya no era más que polvo, tan lejano y muerto como Jesús de Nazaret, los volcryn pasaron cerca de Daronne. Todos los crey perceptivos se mostraron inquietos aquella estación y contemplaron las estrellas con ojos luminosos y centelleantes.

Cuando llegué a la madurez, los volcryn habían dejado atrás Tara, donde ni siquiera los crey podían ya percibirlos, y seguían rumbo al exterior.

Y ahora que soy mayor, muy mayor, los volcryn están a punto de desgarrar el Velo del Tentador, que pende como una niebla negra entre las estrellas. Y nosotros los seguimos. Por los abismos interestelares que nadie más transita, atravesando el vacío, atravesando el silencio infinito, vamos en pos de ellos mi Nómada Nocturno y yo.”

9.- En la casa del gusano (1976). Religión, pozos, túneles y regresión tecnológica en la más profunda oscuridad.

Desde siglos más allá del recuerdo, la Casa del Gusano se hallaba sumida en la podredumbre, y así debía ser, ya que podredumbre es simplemente un nombre más del mismo Gusano Blanco. Por eso los yaga-la-hai , los gusahijos, se limitaban a sonreír y a continuar como siempre, aunque las cortinas se pudrieran en las paredes de sus interminables madrigueras, y aunque todos los años menguaran los habitantes de las mismas, aunque la carne fuera haciéndose cada vez más escasa y aunque la misma roca que los rodeaba se convirtiese en polvo. En las madrigueras altas de ranuradas ventanas, inundadas por la roja oscuridad de la inmensa brasa que agonizaba arriba, los yaga-la-hai iban y venían y vivían su vida. Atendían sus antorchas y celebraban sus mascaradas, y hacían la señal del gusano siempre que pasaban cerca de las oscuras madrigueras sin ventanas donde se decía que los grounos murmuraban y estaban al acecho (porque los pasillos y túneles de la Casa del Gusano tenían la reputación de ser infinitos, de descender por debajo de la tierra, tanto como el negro cielo asciende en lo alto, y los yaga-la-hai tan sólo consideraban suyas algunas de las muchísimas antiguas cámaras).”

10.- Y siete veces digo: al hombre no matarás (1975). Sobre colonialismo, explotación de recursos, conquistadores, conquistados y religión.

“ —Actuamos como consideramos necesario —dijo Wyatt a Ryther—. Cuando un animal mata a un hombre, hay que castigar al animal para que otros animales lo vean y aprendan, para que las bestias sepan que el hombre, semilla de la Tierra e hijo de Bakkalon, es su amo y señor.

Los jaenshi no son bestias —buló neKrol—. Son seres inteligentes y tienen religión, arte y costumbres, y…

Y no tienen alma —concluyó Wyatt mirándolo—. Los únicos que tienen alma son los Hijos de Bakkalon. La semilla de la Tierra. El hecho de que tengan raciocinio es algo que solo le importa a usted, y puede que a ellos; pero no tienen alma, y por tanto son bestias.

Arik me ha enseñado las pirámides de culto que han construido —dijo Ryther—. Unos seres que son capaces de construir semejantes santuarios deben tener alma, por fuerza.

Está usted en un error —respondió el prior, sacudiendo la cabeza—. El Libro lo dice claramente. Nosotros, la semilla de la Tierra, somos los verdaderos Hijos de Bakkalon, y nadie más. El resto son animales, y debemos imponer nuestro dominio sobre ellos en nombre de Bakkalon.”

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MALEMÁTICAS VIII: gráfico del día en Expansión

MALEMÁTICAS VIII: gráfico del día en Expansión

Nunca te creas un gráfico de Expansión. Comprueba lo que pasa cuando no se trunca el eje vertical.

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En EL MUNDO ya no se molestan ni en currarse las mentiras

En EL MUNDO ya no se molestan ni en currarse las mentiras

Leed con atención. Tira Rusia 50 misiles, Ucrania intercepta 44 y con 6 misiles dañan 18 centrales eléctricas y atacan 7 regiones. El misterio de los 6 misiles que caen en 7 regiones y dañan 18 lugares.

Es como los misiles, que Rusia ya no tenía y estaba usando chips de lavadoras. Pues parece que funcionan bien las "lavadoras"

Escriben para retrasados mentales. Concretamente, sus lectores.

No puedo subir el contenido de este enlace porque, al parecer, le han suspendido la cuenta en Twitter. Dejo a continuación el canal de Telegram donde sigue publicando:

t.me/BerdaderaH

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MALEMÁTICAS XXIII: artículo sobre suicidios en El Confidencial con datos falsos

MALEMÁTICAS XXIII: artículo sobre suicidios en El Confidencial con datos falsos

Publica hoy El Confidencial un artículo-entrevista sobre suicidios en España que es un auténtico despropósito:

  • Es falso que los suicidios sean en España un problema especialmente aterrador. Lamentando cualquier suicidio, la tasa de suicidios de España está en la parte media-baja a nivel mundial. Por ejemplo, en Francia y Alemania, son entre un 40% y un 50% superiores.
  • Es falso que los suicidios en España se hayan multiplicado por 10. Los suicidios están en los últimos 30 años con tasas parecidas, con ligeras variaciones hacia arriba o hacia abajo. Es mas, la tasa actual no es la más alta de los últimos años.

  • Es falso que el suicidio afecte sobre todos a jóvenes y adolescentes. Es al revés, las tasas de suicidios empiezan a subir a partir de los 40 años, desbocándose en las edades más altas, sobre todo en los hombres.

PD: acaban de modificar el artículo y el "los suicidios se han multiplicado por 10" ha pasado a ser "los suicidios se han multiplicado, con una subida del 10%". Lo mismo...

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MALEMÁTICAS XLV: cambio de titular

MALEMÁTICAS XLV: cambio de titular

Leo este titular en The Objective y se me ocurre contrastar lo diferentes que se aprecian las cosas cuando se cambia de valores absolutos a relativos:

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MALEMÁTICAS LXIV: selección de gráficos de Expansión

MALEMÁTICAS LXIV: selección de gráficos de Expansión

Nuevamente no detenemos en los gráficos de Expansión. Ya no es sólo el truncado excesivo del eje vertical para exagerar las variaciones, es incluso el no respetar la proporcionalidad con el segundo.

Sin esas técnicas, habrían quedado así:

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MALEMÁTICAS LXXVIII: gráfico erróneo contradiciendo el titular de El Mundo

MALEMÁTICAS LXXVIII: gráfico erróneo contradiciendo el titular de El Mundo

El Mundo ha publicado un artículo donde anuncia que España ha batido su récord de exportación eléctrica pero el gráfico que acompaña al artículo no puede ser más desafortunado, ya que han rotulado al revés las barras de importación y exportación, por lo que indica justo lo contrario. La culpa creo que viene de la poca coordinación entre redacción y de departamento de gráficos, que al ver los datos ha asumido de forma errónea que lo negativo era importación y lo positivo exportación, cuando al hablar del sistema eléctrico, un valor negativo es exportación, porque se quita al sistema; mientras que uno positivo es importación, ya que se está añadiendo al sistema. Esto se puede comprobar en los datos oficiales de Red Eléctrica:

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MALEMÁTICAS LXXXIV: gráfico del IPC de EEUU en Expansión

MALEMÁTICAS LXXXIV: gráfico del IPC de EEUU en Expansión

Un nuevo gráfico desastroso de Expansión en que se une al habitual exagerado truncado del eje vertical, el no respetar la proporcionalidad entre las diferencias de los valores: de 6,5 a 7,1 la diferencia es de 0,6 pero se aprecia en el gráfico como la mitad o menos que entre 7,7 y 8,2 que es 0,5. La única explicación lógica a esta reiteración de errores es que los gráficos se hagan marcando los valores a ojo, sin utilizar un programa informático.

Con el mismo truncado, pero respetando la proporcionalidad entre las diferencias de los valores, el gráfico quedaría así:

Sin truncado, quedaría:

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MALEMÁTICAS XCVII: no siempre lo más adecuado es comparar con porcentajes

MALEMÁTICAS XCVII: no siempre lo más adecuado es comparar con porcentajes

Aunque los porcentajes suelen ser lo más utilizado para realizar comparativas entre magnitudes diferentes, no siempre puede ser lo más adecuado. Por ejemplo, si algo ha pasado de valer 1 a valer 2, el incremento porcentual es del 100%; y si algo pasa de valer 10 a valer 15, el incremento es del 50%. Quedarnos sólo con las variaciones porcentuales cuando las cantidades iniciales son tan diferentes, puede ser engañoso. Esto es lo que pasa en este artículo de La Razón con un titular así de rotundo "Ceuta, epicentro de la inmigración irregular". Si nos detenemos en la evolución de la inmigración irregular en Ceuta comparando enero de 2022 y enero de 2023, en efecto, en Ceuta se ha pasado de 60 llegadas en 2022 (41 por tierra y 19 por mar) a 92 en 2023 (80 por tierra y 12 por mar), con un incremento del 53%, cuando las llegadas a Canarias han bajado un 82,3% y a la Península y Baleares, un 28,3%. Pero las 92 llegadas de este año a Ceuta son mucho menores que las 566 a Canarias y las 624 a Península y Baleares. Decir que Ceuta es el epicentro de la inmigración irregular cuando las llegadas a esa Ciudad son sólo un 7,1% del total de llegadas a España (92/1.292=1,071) es totalmente sensacionalista.

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Dato mata gato

Quiero dedicarle estas líneas al amigo @Juvenal, que se romnpe la crisma publicando cientos de bofetadas que los medios dan a las matemáticas, acaso con la esperanza de mostrar la mierda de periodismo que tenemos, cuando en relidad muestra que los datos no sirven para convencer a nadie.

No, amigos: el dato no mata al relato. La gente aprende a hablar al año y medio y la mayoría de las personas no aprende matemáticas nunca. No se puede comparar la fuerza del dato con la del relato. No con seres humanos. No con este bicho.

Cuando una conversación, basada en el relato, se ve enfrentada a un dato, la conversación no se decide, sino que se convierte en un debate sobre el origen, procedimiento y metodología de cómo se obtuvo ese dato. Cuando alguien pide fuentes de una afirmación no es para asegurarse, es para desviar el tema y pasar a combatir la fuente, dejando de lado el tema principal, porque se siente derrotado en el tema o porque le incomoda. La fuente y el dato no deciden, ni juzgan, ni resuelven. Desvían y embrollan.

¿Cuándo habéis visto a alguien aceptar un dato ofrecido por su adversario? El dato, lo sabemos, y @Juvenal nos lo trae hasta aquí, puede haber sido creado por no sé quién con no sé qué fines, y ser tan espúreo, torticero y adulterado como el más ruin de los relatos.

La gente, insiste, entiende el relato, porque más o menos es capaz de razonar y discernir lo que se cree o no. El dato, en cuanto a constructo, tiene algo de mágico, algo de producto intelectual surgido de una caja opaca, y de ahí su prestigio entre alguna gente. Pero una vez que se ha demostrado,. y demostrado hasta el hartazgo, quye las fuentes y los datos son tan tóxicos como los relatos, la barra libre está servida. El debate no se decanta: se gira hacia la fuente de los datos, o sea, hacia algo más técnico donde ya no pueden participar todos. El imperio del dato es ese lugar de donde se puede expulsar al populacho. Por eso el populacho reacciona despreciando el dato. Y por eso estamos donde estamos: entre dos mierdas, al menos elijo la que entiendo.

El dato es tan fiable como un refrán, un eslogan o un anuncio. Y esa es nuestra tragedia.

Dato, como mucho, mata al gato. Y el gato, escaldado, huye del dato.

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MALEMÁTICAS CXXIV: desastre al calcular incrementos porcentuales mayores que 100%

MALEMÁTICAS CXXIV: desastre al calcular incrementos porcentuales mayores que 100%

Es un clásico que cuando los medios calculan incrementos superiores al 100%, muchas veces se equivocan, ya que consideran que el factor multiplicativo es ya el incremento, cuando hay que quitarle uno, a no ser que piensen que lo que queda igual, se ha multiplicado por uno, tiene un incremento del 100%. En este caso ha tocado al periódico Información de Alicante en un artículo referido a la variación de precios de los alimentos entre origen y destino. A todos los porcentajes de la tabla hay que quitarles un 100%. Por ejemplo: si el aguacate pasa de 2,22 € en origen a 4,97 € para el consumidor, el incremento es del 124% y no del 224% indicado.

En el mismo artículo incluyen una tabla de como han variado el incremento entre origen y destino de los limones en los últimos años en que también se incurre en el mismo error.

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¿A quién demonios han puesto vigilando Menéame? Vol. II

¿A quién demonios han puesto vigilando Menéame? Vol. II

www.meneame.net/story/rusia-abandona-dolar-adopta-yuan-comerciar-latin

Noticia descartada por admin al no encontrar fuentes fiables.

Solo con buscar el título en Google:

es-us.deportes.yahoo.com/rusia-rompe-dólar-adopta-yuan-200200676.html

La noticia en Yahoo noticias y la fuente es Forbes Argentina.

O en El País de Costa Rica: www.elpais.cr/2023/03/21/putin-aboga-por-usar-el-yuan-chino-en-comerci

Una simple búsqueda en Google del título nos da fuentes fiables.

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Feijóo, el independentismo y la vivienda

Feijóo ve "sorprendente" que "partidos independentistas como Bildu y ERC estén interesados en una política de vivienda de una nación de la que no quieren formar parte" y señala que la "debilidad del Gobierno" necesita que sus socios "impongan la política de vivienda"

twitter.com/europapress/status/1646833337313513472

Puede haber muchos motivos para este acuerdo, pero yo diría que tiene una cierta lógica que, mientras sigan siendo españoles, quieran que las leyes del país en el que viven sean mejores desde su punto de vista (y lo matizo porque es evidente que desde otras perspectivas no van a estar de acuerdo con ello).

Que se sorprenda de algo así habrá quien lo considere sorprendente, pero no lo es tanto si esto lo dice quien representa a un partido que, cuando no está en el gobierno, se dedica a boicotear su funcionamiento como hemos podido ver a lo largo de esta legislatura. Desde su punto de vista si no te gusta algo, lo que hay que hacer es joderlo hasta que reviente. Ese es el "proyecto de país" que tienen. Es normal que no les entre en la cabeza que, aunque no gobiernen, sigue siendo importante que los españoles estemos lo mejor posible. Esto no implica aprobar leyes con las que no están de acuerdo (matiz necesario para los amigos de los clavos ardiendo), pero sí no tratar de frenar la llegada de fondos europeos, por ejemplo.

Es fácil entender por qué desde el PP no comprenden esto, "¿si no quieren ser españoles por qué aprueban leyes para mejorar la vida de los españoles?" (repito para los especialitos: siendo como es una ley que, desde su punto de vista ideológico así lo hace).

Que puede haber más motivos, pero no deja de resultarme curioso que, quien considera que la única actitud posible ante rivales políticos es joderles o utilizar los recursos del estado en su contra, manifieste su sorpresa cuando otros no resultan ser tan miserables como ellos.

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Pero ¿cuántos árboles tiene Madrid?

Pero ¿cuántos árboles tiene Madrid?

A raíz del reciente meneo sobre las plazas duras, y más en particular la Puerta del Sol, ha surgido el debate sobre cuántos árboles hay en la ciudad de Madrid, cosa que me propongo responder de forma razonablemente clara.

La web del ayuntamiento de Madrid dispone de una cantidad abrumadora de datos, entre ellos el arbolado viario, dividido por distritos. Los detalles llegan a ser mareantes: consta la cantidad de árboles, su ubicación, especie, estado, segmentación por edades, por dimensiones del tronco, por dimensiones de la copa, altura, y un notable etcétera.

El pequeño mapa adjunto corresponde al arbolado viario del distrito Centro, sección Sol (destacada en amarillo). Como podemos ver, no es especialmente abundante, contándose sólo 569 ejemplares, y haciéndose notar que nada más que el 46% de las calles disponen de arbolado, situación manifiestamente mejorable.

El total de árboles del distrito Centro asciende a 7230, con lo que resulta uno de los distritos con menor cantidad de árboles. Solamente tienen menos Tetuán, con 5604; Retiro, con 6327; Moratalaz, con 6929; y Vicálvaro, con 7162. Por su parte, los distritos con mayor cantidad arbórea son Fuencarral-El Pardo (el monte está excluido de las cuentas), que tiene 18037 árboles; Hortaleza, que posee 17255; Puente de Vallecas, con 17001; Chamartín, con 14282; y Villa de Vallecas, con 13392.

Todas las cuentas se refieren específicamente a arbolado viario, con lo que de ellas se excluyen los parques del Retiro, el monte del Pardo, el parque de la Casa de Campo, el parque lineal Madrid-Río, la Alameda de Osuna, o los Jardines de Sabatini.

El total de árboles por distritos es el que sigue:

Centro, 7230; Arganzuela, 9492; Retiro, 6327; Salamanca, 12133; Chamartín, 14282; Tetuán, 5604; Chamberí, 10850; Fuencarral-El Pardo, 18037; Moncloa-Aravaca, 11290; Latina, 10049; Carabanchel, 12033; Usera, 7302; Puente de Vallecas, 17001; Moratalaz, 6929; Ciudad Lineal, 11259; Hortaleza, 17255; Villaverde, 11708; Villa de Vallecas, 13392; Vicálvaro, 7162; San Blas, 12277; Barajas, 7620.

Con estos datos en la mano, la cantidad de árboles en las calles de la villa de Madrid asciende a 229.122.

Estas cifras nos ayudan a conocer un poco mejor cómo es la villa y Corte, al saber qué lugares gozan de más arbolado viario. Además, sirve para refutar la extraña afirmación hecha por Lilith Verstrynge hace cosa de un año, cuando dijo que "es muy difícil encontrar árboles en Madrid, en general".

www.youtube.com/watch?v=Fe9Q6YYU_I4

menéame