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Datos de Menéame en Google Trends, acusaciones de micropene y recomendaciones de vibradores by Benja

Hace un rato Ferrán, viejo usuario de Menéame que en su día pujó por la web sin éxito, publicó los datos de Google trends sobre Menéame. Dichos datos reflejan el interés de búsqueda de Menéame en Google…y son ciertamente desoladores trends.google.com/trends/explore?q=/m/09v3njw&date=all#TIMESERIES Rápidamente, Benjami Villoslada, dueño de Menéame, le respondió con un mensaje www.meneame.net/notame/3705364 que podemos sintetizar en 3 ideas:

-Menéame tiene más del doble de visitas que las 10 webs que más portadas hacen en él.

-Acusó literalmente a Ferrán de tener micropene (esta acusación, entiendo que infundada, la borró a los pocos minutos tras editar la nota).

-Le invitó a gastarse su fortuna en juguetes sexuales.

Lo del micropene no es ninguna novedad, ya que Benjami insulta asiduamente a los users en sus notas www.meneame.net/user/benjami/notes llamándoles hijos de rata, haciendo alusiones al coño de sus madres o espetándoles que son unos putos cánceres de mierda. Pero en esta nota Benjami cometió un terrible pecado adicional: mintió obscenamente.

Digo esto porque las visitas de Menéame son 50 veces menores que, por ejemplo, las de eldiario.es (véanse www.ojdinteractiva.es/medios-digitales/eldiario-evolucion-audiencia/to y www.ojdinteractiva.es/medios-digitales/meneame-evolucion-audiencia/tot ). La mentira es tan burda que cae por su propio peso, pero Benjami va con ello.

Los datos de Google Trends muestran que, ya a finales de 2023, Menéame estaba muy mal, pero se han desplomado a la mitad en los últimos dos años. Y es que tener un dueño que disfruta humillando a los users con total impunidad no ayuda. Seguiremos contemplando espectáculo mientras dure.

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El elefante en la habitación de la crisis del periodismo

Llevamos bastante tiempo hablando de la crisis del periodismo, de cómo los medios tradicionales pierden audiencia y lectores en favor de las redes sociales, los algoritmos y otras opciones más modernas, pero hay un elefante en esa habitación que nadie quiere señalar. Voy a intentarlo.

Empecé a escribir en prensa en 1984, en un preiódico local de la Bañeza (León) llamado Bedunia. En 1987 ya escribía en un periódico provincial y publiqué por primera vez en un periódico nacional en 1991. No os cuento esto para deciros que fui un buen periodista, pero sí para aseguraros que he visto muchos tipos de redacciones y de medios, y las he visto desde más puntos de vista de los que soy ahora capaz de recordar.

La cuestión, tirando de mi archivo y del trastero de casa de mis padres, es que en 1994, el Diario de León de un día cualquiera de Marzo tenía 56 páginas, y contenía 89 artículos, entre los largos y los cortos. En 1998, un día entre semana de septiembre, La Opinión de Zamora tenía 48 páginas y conté 73 artículos.

Cuando escribías una pieza para uno de esos medios, contabas con que la leyese la gente de su ámbito de influencia un día, y que luego el peródico se fuese a envolver bocatas, sin esperanza alguna de que alguien siguiera consultándolo durante meses o años. Y podía haber noticias o no todos los días, pero el periódico salía a diario y había que buscarse la vida para llenarlo con temas que impulsasen a tus lectores a pasar por el kiosco a llevarse el periódico bajo el brazo, con la barra de pan.

Y ahora, cualquiera lo podéis comprobar, pretenden hacer un periódico con 10, 12, o 20 noticias diarias como mucho. Que si digitales, que si el coño de la Bernarda, pero la cifra es esa. Y con los suplementos culturales semanales pasa otro tanto. ¿Cuántas piezas publicaba semanalmente Babelia o XLSemanal, o Interviú (tetas aparte)? Lo he comprobado y andan entre 60 y 80, y contaban con más de 100 páginas por número. Semanal.

Una de las mejores revistas culturales de hoy en día es Jotdown, y citaré luego a Ángel para preguntarle, pero no creo que publique más de 25-30 artículos por semana. Los mismo se puede ver en Revistas como el Cultural o Babelia. Sacan 25-30 artículos por semana como mucho.

Y eso es lo que pasa. Al menos parte de lo que pasa. Los periódicos se han reducido terriblemente, repitiénndose unos a otros, sin tomarse la molestia de añadir temas, de salir de su nicho, de ampliar hasta el absurdo buscando el interés de más y más diversos lectores. ¿Pero qué os pensábais? ¿que en el Diario de León o en la Opinión de Zamora trabajaban cincuenta personas para escribir todo aquello a diario? Había diez, doce, catorce trabajadores, que se hacían el puto periódico entero todos los días del año, y escribían como galeotes. ¿De dónde creéis que salió mi facilidad para, de un modo u otro, escribir un artículo en media hora? ¿Y de dónde pensáis que salió mi maldita indiferencia con las erratas? De que había un tío que lo corregía todo, una especie de Pemán con mala uva, porque lo tuyo era escribir lo que fuese a toda hostia, y llenar el hueco de ese anuncio que se cayó a media hora del cierre.

Y ahora escriben la cuarta parte, ofrecen la cuarta parte, y esperan que el lector los valore igual. Un lector que, además, tuvo aquella experiencia, porque muchos de los lectores de prensa pasan ampliamente de los cincuenta.

Pues no, oye. Pues no, oye, cuando me ofrezcas sesenta páginas con ochenta artículos, en un periódico local, lo hablamos. Cuando me ofrezcas 120 páginas con 100 artículos en un cultural semanal, lo veré de otro modo, incluso cuando no traiga tías en bolas. Mientras vayamos a la reduflación, sólo dejaremos hueco para la competencia amateur, para que cuatro amigos puedan fundar una cabecera digital que se lleve su porcioncita del pastel, para que el producto final se acerque cada día un poco más a lo que la gente no acaba de apreciar del todo.

Y mira que no me beneficia nada decir esto, pero creo que por una vez hay que señalar a este elefante. Es necesario.

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IA y videojuegos

En estos días está la noticia que le han retirado unos premios al videojuego "Clair Obscur: Expedition 33" por haber usado IA generativa. Si el certamen prohíbe en sus reglas el uso de la IA, entonces es válido que retiren el premio. Explica pero no justifica.

Lo que veo es una campaña de fundamentalismo, caza de brujas y un sinsentido en toda regla. Anteriormente era la persecución a juegos que no fueran lo suficientemente "woke" (hecha por Sweet Baby Inc.) y luego en sentido contrario: qué juegos eran demasiado "woke", se hicieron listas y hacer campañas ("review bombing") contra esos juegos. Una locura como la guerra de consolas entre jugadores ¿Qué le pasa a algunos?

Volviendo al uso de la IA generativa en videojuegos, el censurar o atacar su uso, muestra una falta clara de coherencia en la lucha porque el uso de la IA generativa es otra forma de ahorrar costos en el desarrollo de software como lo sería:

  1. Hacer uso de motores como Unreal o Unity.
  2. Usar IDEs (entornos de desarrollo).
  3. Comprar "assets" para videojuegos.
  4. Copiar-Pegar código de foros o libros.
  5. Usar hasta código recomendado por IA (como Copilot).

Y llevamos muchos años, quizás décadas de jugadores quejándose que la IA de los NPC es mala. Que las empresas deben mejorar mucho ese apartado.

Soy desarrollador de software de tipo empresarial en un 99.99% en backend, el 0.01% restante sería el Front-End de mensajes por consola (no he podido tocar el ambiente gráfico ni con un palo). Me gustaría hacer un videojuego, tengo ideas, pero los bocetos que haría a mano serían peores que si los hiciera un chimpancé. ¿Contratar a diseñadores gráficos, animadores, diseñadores de escenarios, guionistas, expertos en efectos especiales, expertos en efectos de sonido, compositores, interpretadores de música y hasta actores de voz? Por favor, a duras penas llego a fin de mes. La IA generativa sería una ayuda total para poder dar cuerpo al videojuego que deseo. Eso es democratizar. Luego la campaña "anti-IA generativa" sospecho que es patrocinada por grandes estudios que quieren de esa forma cerrarle la puerta a cualquiera que no tenga un enorme músculo financiero para hacer videojuegos.

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Mujeriegos y abusadores en el PSOE hodierno

Mujeriegos y abusadores en el PSOE hodierno

En noviembre de 1934, Fedora Sandelli recibió un encargo muy particular: Benito Mussolini deseaba organizar un círculo reservado donde los más altos personajes del régimen pudieran desahogar sus tensiones con prostitute di alto bordo. Fedora Sandelli no era, ciertamente, una novicia que pudiera escandalizarse con la propuesta. Su nombre ya sonaba en los ambientes de la Roma de entreguerras como madame de lujo, por lo que resultaba la persona idónea para llevar adelante el proyecto. Ella aceptó el ofrecimiento sin oponer reparos y buscó un villino en la Vía Appia Antica en el que dar forma a ese espacio de placer furtivo. Por allí pasó, sobra decirlo, lo más granado del régimen, incluido il Duce en persona.

Las memorias del referido episodio fueron recogidas muchos años después por el periodista Osvaldo Pagani en el libro L’Orgasmo del Regime (publicado en España como El orgasmo del fascismo). Pagani dio forma al aluvión de recuerdos y apuntes que la propia Fedora Sandelli le fue confiando a lo largo de numerosas sesiones de trabajo conjunto. El texto, que combina abundantes detalles subidos de tono con apuntes de indudable valor documental, vio la luz en 1976 en una Italia convulsa que sufría sus años de plomo. Treinta años después, otro escritor, Marco Vichi, aprovechó el filón que le brindaba ese retrato singular y sórdido del régimen como telón de fondo de uno de sus relatos cortos, Puttana, en el que desarrolla una trama de género negro salpimentada con referencias históricas.

La explosiva virilidad de los jerarcas fascistas retratados en el libro no difiere gran cosa del comportamiento de algunos de los miembros que han formado parte del grupo de íntimos de Pedro Sánchez en la España hodierna. Lo cual demuestra que el machismo es un fenómeno transversal que puede anidar con la misma facilidad bajo los fasces de los camisas negras que bajo la rosa rosae de los descamisados. José Luis Ábalos es el mejor ejemplo de este axioma. Resultan de dominio público tanto sus correrías como el nombre de sus “sobrinas”, parentesco bajo el cual pretendía disimular, como los curas de antaño, a sus barraganas. Fue su compañera de partido Leire Díez, ahora imputada por asuntos de corrupción, quien dijo de él que tenía un problema con su miembro viril. El diagnóstico, aunque expresado en términos tabernarios, tiene la virtud de la precisión forense.

Más tarde, hemos conocido que el exministro no fue el único en ceder a las bajas pasiones. Peor aún es el caso de Paco Salazar, persona de la máxima confianza de nuestro presidente y, por añadidura, sátiro redomado. Los medios informativos han desvelado que dos de sus subordinadas lo denunciaron ante la dirección del partido por acoso sexual. A tenor de lo declarado por las denunciantes, el susodicho les entraba a saco con todo tipo de comentarios obscenos y no cejaba a la hora de pretender favores de carácter íntimo. Al parecer, en el PSOE de Pedro Sánchez, algunos notables consideran que los galones confieren derecho a roce. Mal asunto. Por culpa de esos lodos, el Me Too interno está que trina y amenaza con tocar a degüello. Sálvese quien pueda.

Muchos -dentro y fuera del socialismo- nos maliciamos que Pedro Sánchez, aunque alegue vivir en la inopia para eludir responsabilidades, conocía la ralea de sus principales y no tomó cartas en el asunto de forma deliberada. Él sabrá por qué les ahorró las debidas inquisitorias. Pero, visto lo visto, y puestos a llevar el laissez faire a sus últimas consecuencias, cabía al menos haber buscado alternativas para evitar que el personal incurriera en imprudencias de difícil justificación o, peor aún, en abusos deshonestos en el ámbito laboral, atropello este último que genera un enorme malestar entre las compañeras feministas. A buen seguro, Sabiniano Gómez, de haber seguido con vida (Dios lo tenga donde merezca), hubiera asesorado con mucho gusto a su yerno en una materia -los alternes- en la que se manejaba con soltura.

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MALEMÁTICAS CCCVI: Trump sigue empeñado en hablar de descensos imposibles

MALEMÁTICAS CCCVI: Trump sigue empeñado en hablar de descensos imposibles

Trump sigue empeñado en hablar de descensos matemáticamente imposibles cuando promociona sus acuerdos con farmacéuticas para bajar el precio de los medicamentos. En un reciente discurso en Palm Beach ha asegurado que su administración ha reducido el precio de los medicamentos “un 1.000% y en algunos casos en un 1.200%, 1.300%, 1.400%”. Matemáticamente, la mayor bajada es del 100%, en que el valor quedaría convertido en cero (podríamos discutir si hay descensos superiores si la cantidad puede pasar de valor positivo a negativo).

Lo más gracioso es como los miembros de su gobierno intentan justificar esas incongruencias matemáticas:

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