Las familias que se reunieron en un cementerio español bajo el sol abrasador del sábado habían esperado 82 años. No iban a dejar que el calor de 30 grados les impidiera hacer lo que habían venido a hacer. A las 11 de la mañana, la fosa 111 del cementerio de Paterna, en la Comunidad Valenciana, entregó por fin los restos de 21 de los 3.400 republicanos que fueron ejecutados sumariamente por las fuerzas franquistas tras el final de la guerra civil española, y cuyos cuerpos fueron arrojados a una enorme e infame fosa común. Traducción en #1
#2:
Solo pongo este comentario para resaltar que A las 11 de la mañana, la fosa 111 del cementerio de Paterna, en la Comunidad Valenciana, entregó por fin los restos de 21 de los 3.400 republicanos que fueron ejecutados sumariamente por las fuerzas franquistas tras el final de la guerra civil española, y cuyos cuerpos fueron arrojados a una enorme e infame fosa común.
... para aquellos que suelen siempre decir que los republicanos hicieron lo mismo. ¿A cuántos españoles mataron los republicanos en la represión que hubo en España tras la victoria franquista? Pues eso
#1:
Las familias que se reunieron en un cementerio español bajo el sol abrasador del sábado habían esperado 82 años. No iban a dejar que el calor de 30 grados les impidiera hacer lo que habían venido a hacer.
A las 11 de la mañana, la fosa 111 del cementerio de Paterna, en la Comunidad Valenciana, entregó por fin los restos de 21 de los 3.400 republicanos que fueron ejecutados sumariamente por las fuerzas franquistas tras el final de la guerra civil española, y cuyos cuerpos fueron arrojados a una enorme e infame fosa común.
Poco antes de que los restos, identificados mediante ADN, fueran devueltos a las familias de los asesinados en una solemne ceremonia, Vicenta Juan, secretaria de la Asociación Fosa 111, que ha trabajado para reunir los cuerpos de los muertos con sus descendientes, leyó en voz alta una carta. En ella, una de las víctimas, Germán Sanz, se despedía por última vez de su mujer y sus hijos.
"Si me matan, será porque no pensé como ellos y porque serví a mi gobierno legalmente elegido", decía. "No tengo miedo a morir, sólo a dejaros solos. Perdóname, Rosa, por la tristeza que te causará mi muerte. Te mando un último abrazo a ti, mi querida esposa, y a vosotros, mis hijos. Quiero que sepáis que si realmente hay una vida después de la muerte, allí os estaré esperando. Adiós para siempre de tu esposo y padre, Germán Sanz".
Sanz y sus compañeros fueron fusilados entre marzo y mayo de 1940, casi un año después de la victoria de Franco en la guerra civil española. Todos los 150 cuerpos recuperados minuciosamente de los siete metros de profundidad de la fosa 111 presentaban el mismo tratamiento, un tiro de gracia en la cabeza. Habían permanecido en la tierra del este de España durante casi nueve décadas mientras el país lidiaba con el legado del golpe que llevó a Franco al poder, con su dictadura y con los desacuerdos políticos y sociales sobre la mejor manera de hacer las paces con el pasado.
Aunque ni los restos de Sanz, ni los del abuelo de Juan, pudieron ser identificados, otros sí.
Gran parte de la información sobre la base de las exhumaciones procedía de Leoncio Badía, un sepulturero que transmitía en secreto los detalles a las familias de los asesinados. Su meticuloso registro fue vital para Arqueoantro, una de las asociaciones que ayuda a las familias a encontrar a sus muertos de la guerra civil. Aunque los trabajos de exhumación de la fosa comenzaron en mayo de 2020, los esfuerzos se vieron muy afectados por la pandemia.
Este fin de semana, por fin, llegó el día por el que tantas familias habían rezado.
Lina Torres Baena, que tenía dos años cuando su padre, Amadeo Torres Julián, fue fusilado, se vistió de negro y se aferró a un clavel atado con una cinta con los colores de la Segunda República Española mientras recibía sus restos, el lápiz que utilizaba para escribir sus cartas a casa y las suelas de los zapatos que llevaba puestos el 6 de abril de 1940.
"Tenía 28 años cuando lo fusilaron", dijo la hija de Lina, Yolanda. La madre de Lina nunca habló con su hija sobre su padre por miedo a las represalias. Sólo al final de su vida, cuando le sobrevino la demencia, compartió historias sobre él.
"Mi madre es una de las que nunca supo nada de su padre", dice Yolanda. "Es una de las hijas del silencio, pero está feliz de haber recuperado a su padre y de poder enterrarlo como es debido".
Cerca de allí estaba la familia de Regino García Culebras, un soldado republicano cuyo asesinato dejó atrás a su mujer y sus seis hijos.
"Detuvieron a mi padre en 1939 y lo fusilaron el 27 de marzo de 1940", cuenta su hija Rosa. "Le hicieron el más sumario de los juicios y luego lo fusilaron. Para entonces, ya habíamos pasado un año de miseria. No tuvimos que buscar sus restos durante años porque mi madre siempre sabía en qué tumba estaba".
Para los que se reunieron en Paterna el sábado, el acto era tan tardío como bienvenido. Ochenta y tres años después de su finalización, la guerra civil y la posterior dictadura siguen causando dolor personal y escaramuzas políticas.
El gobierno socialista de España espera continuar con la histórica legislación de 2007 con un proyecto de ley de "memoria democrática" que pretende "saldar la deuda de la democracia española con su pasado".
Entre sus 65 artículos, se prevé la elaboración de un censo y un banco nacional de ADN para ayudar a localizar e identificar los restos de las decenas de miles de personas que aún yacen en tumbas sin nombre, la prohibición de grupos que glorifiquen el régimen de Franco y la "redefinición" del Valle de los Caídos, el imponente mausoleo en las afueras de Madrid donde el dictador permaneció durante 44 años hasta su exhumación en 2019.
Los planes han sido criticados por el partido conservador de la oposición, que dice que la legislación propuesta sólo servirá para "desenterrar rencores" y remover la tierra que fue cuidadosamente apisonada con la ley de amnistía post-franquista y el llamado pacto de olvido.
Pero para muchos, la recuperación de los restos es un derecho humano y democrático básico.
Agarrando la caja que contenía los restos de un hombre que nunca conocieron, los nietos de José María Balaguer Gómez, que tenía 56 años cuando fue fusilado el 27 de marzo de 1940, dijeron que habían venido a hacer lo que sus padres y su abuela nunca pudieron hacer.
"Hemos venido", dijo su nieta María, "a llevarlo a casa. Ahora vuelve a casa".
#3:
Los planes han sido criticados por el partido conservador de la oposición, que dice que la legislación propuesta sólo servirá para "desenterrar rencores" y remover la tierra que fue cuidadosamente apisonada con la ley de amnistía post-franquista y el llamado pacto de olvido.
Menudos miserables. Cómo pueden consentir que miles de compatriotas estén enterrados como perros y que sus familias no puedan honrarlos ni visitar sus restos como los demás mortales. Asco.
Solo pongo este comentario para resaltar que A las 11 de la mañana, la fosa 111 del cementerio de Paterna, en la Comunidad Valenciana, entregó por fin los restos de 21 de los 3.400 republicanos que fueron ejecutados sumariamente por las fuerzas franquistas tras el final de la guerra civil española, y cuyos cuerpos fueron arrojados a una enorme e infame fosa común.
... para aquellos que suelen siempre decir que los republicanos hicieron lo mismo. ¿A cuántos españoles mataron los republicanos en la represión que hubo en España tras la victoria franquista? Pues eso
#12 Vale... cuando aparezcan las fosas con las 140.000 víctimas que causaron los rojos vuelves y nos lo cuentas una vez más, aunque te parezca cansado hacerlo y así tendremos la seguridad de que los 2 bandos causaron un genocidio en españa.
Las familias que se reunieron en un cementerio español bajo el sol abrasador del sábado habían esperado 82 años. No iban a dejar que el calor de 30 grados les impidiera hacer lo que habían venido a hacer.
A las 11 de la mañana, la fosa 111 del cementerio de Paterna, en la Comunidad Valenciana, entregó por fin los restos de 21 de los 3.400 republicanos que fueron ejecutados sumariamente por las fuerzas franquistas tras el final de la guerra civil española, y cuyos cuerpos fueron arrojados a una enorme e infame fosa común.
Poco antes de que los restos, identificados mediante ADN, fueran devueltos a las familias de los asesinados en una solemne ceremonia, Vicenta Juan, secretaria de la Asociación Fosa 111, que ha trabajado para reunir los cuerpos de los muertos con sus descendientes, leyó en voz alta una carta. En ella, una de las víctimas, Germán Sanz, se despedía por última vez de su mujer y sus hijos.
"Si me matan, será porque no pensé como ellos y porque serví a mi gobierno legalmente elegido", decía. "No tengo miedo a morir, sólo a dejaros solos. Perdóname, Rosa, por la tristeza que te causará mi muerte. Te mando un último abrazo a ti, mi querida esposa, y a vosotros, mis hijos. Quiero que sepáis que si realmente hay una vida después de la muerte, allí os estaré esperando. Adiós para siempre de tu esposo y padre, Germán Sanz".
Sanz y sus compañeros fueron fusilados entre marzo y mayo de 1940, casi un año después de la victoria de Franco en la guerra civil española. Todos los 150 cuerpos recuperados minuciosamente de los siete metros de profundidad de la fosa 111 presentaban el mismo tratamiento, un tiro de gracia en la cabeza. Habían permanecido en la tierra del este de España durante casi nueve décadas mientras el país lidiaba con el legado del golpe que llevó a Franco al poder, con su dictadura y con los desacuerdos políticos y sociales sobre la mejor manera de hacer las paces con el pasado.
Aunque ni los restos de Sanz, ni los del abuelo de Juan, pudieron ser identificados, otros sí.
Gran parte de la información sobre la base de las exhumaciones procedía de Leoncio Badía, un sepulturero que transmitía en secreto los detalles a las familias de los asesinados. Su meticuloso registro fue vital para Arqueoantro, una de las asociaciones que ayuda a las familias a encontrar a sus muertos de la guerra civil. Aunque los trabajos de exhumación de la fosa comenzaron en mayo de 2020, los esfuerzos se vieron muy afectados por la pandemia.
Este fin de semana, por fin, llegó el día por el que tantas familias habían rezado.
Lina Torres Baena, que tenía dos años cuando su padre, Amadeo Torres Julián, fue fusilado, se vistió de negro y se aferró a un clavel atado con una cinta con los colores de la Segunda República Española mientras recibía sus restos, el lápiz que utilizaba para escribir sus cartas a casa y las suelas de los zapatos que llevaba puestos el 6 de abril de 1940.
"Tenía 28 años cuando lo fusilaron", dijo la hija de Lina, Yolanda. La madre de Lina nunca habló con su hija sobre su padre por miedo a las represalias. Sólo al final de su vida, cuando le sobrevino la demencia, compartió historias sobre él.
"Mi madre es una de las que nunca supo nada de su padre", dice Yolanda. "Es una de las hijas del silencio, pero está feliz de haber recuperado a su padre y de poder enterrarlo como es debido".
Cerca de allí estaba la familia de Regino García Culebras, un soldado republicano cuyo asesinato dejó atrás a su mujer y sus seis hijos.
"Detuvieron a mi padre en 1939 y lo fusilaron el 27 de marzo de 1940", cuenta su hija Rosa. "Le hicieron el más sumario de los juicios y luego lo fusilaron. Para entonces, ya habíamos pasado un año de miseria. No tuvimos que buscar sus restos durante años porque mi madre siempre sabía en qué tumba estaba".
Para los que se reunieron en Paterna el sábado, el acto era tan tardío como bienvenido. Ochenta y tres años después de su finalización, la guerra civil y la posterior dictadura siguen causando dolor personal y escaramuzas políticas.
El gobierno socialista de España espera continuar con la histórica legislación de 2007 con un proyecto de ley de "memoria democrática" que pretende "saldar la deuda de la democracia española con su pasado".
Entre sus 65 artículos, se prevé la elaboración de un censo y un banco nacional de ADN para ayudar a localizar e identificar los restos de las decenas de miles de personas que aún yacen en tumbas sin nombre, la prohibición de grupos que glorifiquen el régimen de Franco y la "redefinición" del Valle de los Caídos, el imponente mausoleo en las afueras de Madrid donde el dictador permaneció durante 44 años hasta su exhumación en 2019.
Los planes han sido criticados por el partido conservador de la oposición, que dice que la legislación propuesta sólo servirá para "desenterrar rencores" y remover la tierra que fue cuidadosamente apisonada con la ley de amnistía post-franquista y el llamado pacto de olvido.
Pero para muchos, la recuperación de los restos es un derecho humano y democrático básico.
Agarrando la caja que contenía los restos de un hombre que nunca conocieron, los nietos de José María Balaguer Gómez, que tenía 56 años cuando fue fusilado el 27 de marzo de 1940, dijeron que habían venido a hacer lo que sus padres y su abuela nunca pudieron hacer.
"Hemos venido", dijo su nieta María, "a llevarlo a casa. Ahora vuelve a casa".
Los planes han sido criticados por el partido conservador de la oposición, que dice que la legislación propuesta sólo servirá para "desenterrar rencores" y remover la tierra que fue cuidadosamente apisonada con la ley de amnistía post-franquista y el llamado pacto de olvido.
Menudos miserables. Cómo pueden consentir que miles de compatriotas estén enterrados como perros y que sus familias no puedan honrarlos ni visitar sus restos como los demás mortales. Asco.
#3 No lo pueden consentir porque las grandes riquezas de este país, como las del marido de Aguirre y muchos otros potentados del Ibex 35 y la aristocracia, se hicieron robando y matando a los legítimos dueños. Ésa es la legitimidad que tienen. Desenterrar a los muertos y contar sus historias lleva indefectiblemente a eso
#3 Y no sólo eso, sino que esa manera de enterrar la historia y hacer como que aquí nunca pasó nada, es la mejor manera de que se pueda volver a repetir algo similar. Ejemplo de ello es lo ocurrido en Filipinas que, tras el tiempo pasado, un meticuloso revisionismo histórico y una campaña en redes bien ejecutada, el hijo de un sanguinario dictador llega al poder.
#3 Me flipa que quieran evitar desenterrar rencores y además quieran justificar el golpe de estado genocida en base a actos terribles del gobierno constitucional. Uno de los rencores está teniendo más valor que otro en este discurso. Muy propio de los franquistas. Solo le valen sus excusas.
Lo siento, pero hay un error garrafal de traducción en el titular, que cambia POR COMPLETO el sentido de lo que se dice. La palabra "delatar" es una traducción errónea que saca de contexto y confunde el significado del titular. El titular realmente sería algo así como:
"Vuelve a casa": la fosa común de Valencia devuelve a las víctimas del franquismo
Tal y como está puesto ("delata a las vícitimas") parece como si las víctimas fuesen culpables de algo (se las delata).
Los crímenes franquistas son un delito muy grave que aún se pretende negar. La derecha política y mediática se empeña en tratar de ocultar estos hechos y de equiparar a los terroristas con las víctimas, pero no hay que ceder ni un milímetro. Es imprescindible conocer la verdad para que se pueda aprender de lo sucedido.
#15 El autor me tiene bloqueado (desconozco la causa) así que supongo que no ha leído mi anterior comentario. Una pena que un meneo así de serio tenga la traducción del titular tan desatinada...
#5 Se nota que no tenéis más argumentos que criticar una frase intrascendente en el texto para hacer burla de la barbaridad que refleja la noticia.
Tú solito te calificas.
Comentarios
Solo pongo este comentario para resaltar que A las 11 de la mañana, la fosa 111 del cementerio de Paterna, en la Comunidad Valenciana, entregó por fin los restos de 21 de los 3.400 republicanos que fueron ejecutados sumariamente por las fuerzas franquistas tras el final de la guerra civil española, y cuyos cuerpos fueron arrojados a una enorme e infame fosa común.
... para aquellos que suelen siempre decir que los republicanos hicieron lo mismo. ¿A cuántos españoles mataron los republicanos en la represión que hubo en España tras la victoria franquista? Pues eso
#2 Subcampeones
#2 Nunca me cansaré de repetirlo:
El bando constitucional cometió atrocidades en caliente, y el bando golpista hizo un genocidio sistemático y metódico.
#12 Vale... cuando aparezcan las fosas con las 140.000 víctimas que causaron los rojos vuelves y nos lo cuentas una vez más, aunque te parezca cansado hacerlo y así tendremos la seguridad de que los 2 bandos causaron un genocidio en españa.
#12 Por mucho repetir las cosas no se vuelven verdad
Las familias que se reunieron en un cementerio español bajo el sol abrasador del sábado habían esperado 82 años. No iban a dejar que el calor de 30 grados les impidiera hacer lo que habían venido a hacer.
A las 11 de la mañana, la fosa 111 del cementerio de Paterna, en la Comunidad Valenciana, entregó por fin los restos de 21 de los 3.400 republicanos que fueron ejecutados sumariamente por las fuerzas franquistas tras el final de la guerra civil española, y cuyos cuerpos fueron arrojados a una enorme e infame fosa común.
Poco antes de que los restos, identificados mediante ADN, fueran devueltos a las familias de los asesinados en una solemne ceremonia, Vicenta Juan, secretaria de la Asociación Fosa 111, que ha trabajado para reunir los cuerpos de los muertos con sus descendientes, leyó en voz alta una carta. En ella, una de las víctimas, Germán Sanz, se despedía por última vez de su mujer y sus hijos.
"Si me matan, será porque no pensé como ellos y porque serví a mi gobierno legalmente elegido", decía. "No tengo miedo a morir, sólo a dejaros solos. Perdóname, Rosa, por la tristeza que te causará mi muerte. Te mando un último abrazo a ti, mi querida esposa, y a vosotros, mis hijos. Quiero que sepáis que si realmente hay una vida después de la muerte, allí os estaré esperando. Adiós para siempre de tu esposo y padre, Germán Sanz".
Sanz y sus compañeros fueron fusilados entre marzo y mayo de 1940, casi un año después de la victoria de Franco en la guerra civil española. Todos los 150 cuerpos recuperados minuciosamente de los siete metros de profundidad de la fosa 111 presentaban el mismo tratamiento, un tiro de gracia en la cabeza. Habían permanecido en la tierra del este de España durante casi nueve décadas mientras el país lidiaba con el legado del golpe que llevó a Franco al poder, con su dictadura y con los desacuerdos políticos y sociales sobre la mejor manera de hacer las paces con el pasado.
Aunque ni los restos de Sanz, ni los del abuelo de Juan, pudieron ser identificados, otros sí.
Gran parte de la información sobre la base de las exhumaciones procedía de Leoncio Badía, un sepulturero que transmitía en secreto los detalles a las familias de los asesinados. Su meticuloso registro fue vital para Arqueoantro, una de las asociaciones que ayuda a las familias a encontrar a sus muertos de la guerra civil. Aunque los trabajos de exhumación de la fosa comenzaron en mayo de 2020, los esfuerzos se vieron muy afectados por la pandemia.
Este fin de semana, por fin, llegó el día por el que tantas familias habían rezado.
Lina Torres Baena, que tenía dos años cuando su padre, Amadeo Torres Julián, fue fusilado, se vistió de negro y se aferró a un clavel atado con una cinta con los colores de la Segunda República Española mientras recibía sus restos, el lápiz que utilizaba para escribir sus cartas a casa y las suelas de los zapatos que llevaba puestos el 6 de abril de 1940.
"Tenía 28 años cuando lo fusilaron", dijo la hija de Lina, Yolanda. La madre de Lina nunca habló con su hija sobre su padre por miedo a las represalias. Sólo al final de su vida, cuando le sobrevino la demencia, compartió historias sobre él.
"Mi madre es una de las que nunca supo nada de su padre", dice Yolanda. "Es una de las hijas del silencio, pero está feliz de haber recuperado a su padre y de poder enterrarlo como es debido".
Cerca de allí estaba la familia de Regino García Culebras, un soldado republicano cuyo asesinato dejó atrás a su mujer y sus seis hijos.
"Detuvieron a mi padre en 1939 y lo fusilaron el 27 de marzo de 1940", cuenta su hija Rosa. "Le hicieron el más sumario de los juicios y luego lo fusilaron. Para entonces, ya habíamos pasado un año de miseria. No tuvimos que buscar sus restos durante años porque mi madre siempre sabía en qué tumba estaba".
Para los que se reunieron en Paterna el sábado, el acto era tan tardío como bienvenido. Ochenta y tres años después de su finalización, la guerra civil y la posterior dictadura siguen causando dolor personal y escaramuzas políticas.
El gobierno socialista de España espera continuar con la histórica legislación de 2007 con un proyecto de ley de "memoria democrática" que pretende "saldar la deuda de la democracia española con su pasado".
Entre sus 65 artículos, se prevé la elaboración de un censo y un banco nacional de ADN para ayudar a localizar e identificar los restos de las decenas de miles de personas que aún yacen en tumbas sin nombre, la prohibición de grupos que glorifiquen el régimen de Franco y la "redefinición" del Valle de los Caídos, el imponente mausoleo en las afueras de Madrid donde el dictador permaneció durante 44 años hasta su exhumación en 2019.
Los planes han sido criticados por el partido conservador de la oposición, que dice que la legislación propuesta sólo servirá para "desenterrar rencores" y remover la tierra que fue cuidadosamente apisonada con la ley de amnistía post-franquista y el llamado pacto de olvido.
Pero para muchos, la recuperación de los restos es un derecho humano y democrático básico.
Agarrando la caja que contenía los restos de un hombre que nunca conocieron, los nietos de José María Balaguer Gómez, que tenía 56 años cuando fue fusilado el 27 de marzo de 1940, dijeron que habían venido a hacer lo que sus padres y su abuela nunca pudieron hacer.
"Hemos venido", dijo su nieta María, "a llevarlo a casa. Ahora vuelve a casa".
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator
Los planes han sido criticados por el partido conservador de la oposición, que dice que la legislación propuesta sólo servirá para "desenterrar rencores" y remover la tierra que fue cuidadosamente apisonada con la ley de amnistía post-franquista y el llamado pacto de olvido.
Menudos miserables. Cómo pueden consentir que miles de compatriotas estén enterrados como perros y que sus familias no puedan honrarlos ni visitar sus restos como los demás mortales. Asco.
#3 "desenterrar rencores"
Cinismo nivel dios,hasta el legítimo derecho de las familias a enterrar a sus muertos les quieren negar.
#3 No lo pueden consentir porque las grandes riquezas de este país, como las del marido de Aguirre y muchos otros potentados del Ibex 35 y la aristocracia, se hicieron robando y matando a los legítimos dueños. Ésa es la legitimidad que tienen. Desenterrar a los muertos y contar sus historias lleva indefectiblemente a eso
CC #3
#3 Y no sólo eso, sino que esa manera de enterrar la historia y hacer como que aquí nunca pasó nada, es la mejor manera de que se pueda volver a repetir algo similar. Ejemplo de ello es lo ocurrido en Filipinas que, tras el tiempo pasado, un meticuloso revisionismo histórico y una campaña en redes bien ejecutada, el hijo de un sanguinario dictador llega al poder.
#3 Me flipa que quieran evitar desenterrar rencores y además quieran justificar el golpe de estado genocida en base a actos terribles del gobierno constitucional. Uno de los rencores está teniendo más valor que otro en este discurso. Muy propio de los franquistas. Solo le valen sus excusas.
#3 Los no-fachas.
Es útil darle un vistazo a los votos para bloquear franquistas.
¿¿"Delata"??
Lo siento, pero hay un error garrafal de traducción en el titular, que cambia POR COMPLETO el sentido de lo que se dice. La palabra "delatar" es una traducción errónea que saca de contexto y confunde el significado del titular. El titular realmente sería algo así como:
"Vuelve a casa": la fosa común de Valencia devuelve a las víctimas del franquismo
Tal y como está puesto ("delata a las vícitimas") parece como si las víctimas fuesen culpables de algo (se las delata).
#9 totalmente de acuerdo. Por favor #0 a ver si puedes poner devuelve, o desvela. o recupera, o recobra, o rescata, o libera incluso
Los crímenes franquistas son un delito muy grave que aún se pretende negar. La derecha política y mediática se empeña en tratar de ocultar estos hechos y de equiparar a los terroristas con las víctimas, pero no hay que ceder ni un milímetro. Es imprescindible conocer la verdad para que se pueda aprender de lo sucedido.
La traducción del titular es bastante mala.
#15 El autor me tiene bloqueado (desconozco la causa) así que supongo que no ha leído mi anterior comentario. Una pena que un meneo así de serio tenga la traducción del titular tan desatinada...
Sol abrasador de 30 grados... LOL
#5 Se nota que no tenéis más argumentos que criticar una frase intrascendente en el texto para hacer burla de la barbaridad que refleja la noticia.
Tú solito te calificas.
#18 a llorar a la llorería.
Vergüenza de país que sigue con sus fascistas en cada rincón del poder y sin restituir moral ni económicamente a las víctimas de la masacre.