Hace 1 año | Por Saigesp a joycearthur.com
Publicado hace 1 año por Saigesp a joycearthur.com

El aborto es una decisión muy personal en la que muchas mujeres están seguras de que nunca tendrán que pensar hasta que se enfrentan de repente a un embarazo inesperado. Pero esto puede ocurrirle a cualquiera, incluso a las mujeres que se oponen firmemente al aborto. Entonces, ¿qué hace una mujer antiabortista cuando experimenta un embarazo no deseado? En la primavera de 2000, recopilé las siguientes anécdotas directamente de médicos abortistas y otros empleados de clínicas de Norteamérica, Australia y Europa.

Comentarios

Saigesp

Copio algunas perlas (traducidas con deepl):

"He practicado varios abortos a mujeres que han hecho piquetes con regularidad en mis clínicas, incluida una colegiala de 16 años que volvió a hacer un piquete al día siguiente de su aborto, hace unos tres años. Durante toda su estancia en la clínica, sentimos que no estaba del todo bien, pero no hubo ninguna señal de alarma. Insistió en que el aborto fue idea suya y nos aseguró que todo estaba bien. El procedimiento fue muy sencillo y fue dada de alta sin problemas. Una operación bastante rutinaria. A la mañana siguiente estaba con su madre y varias compañeras de colegio delante de la clínica con los habituales carteles y cánticos contra ella. Parece que consiguió el aborto que necesitaba y siguió mostrando las opiniones contrarias adecuadas que esperaban de ella sus padres, profesores y compañeros." (Médico, Australia)

"Hace unos diez años tuve una paciente que viajó a Nueva York desde Carolina del Sur para abortar. Le pregunté por qué había hecho un viaje tan largo para someterse a la intervención. Su respuesta fue que era miembro de un grupo religioso que no creía en el aborto y que no quería que nadie supiera que iba a abortar. Pensaba volver al grupo cuando volviera a Carolina del Sur". (Médico, Nueva York)

El director médico de una clínica abortista de Dallas contó esta historia: Una mujer blanca de un barrio acomodado del norte de Dallas llevó a su criada negra para que abortara y pagó por ello. Mientras la criada estaba en una sesión de asesoramiento, se oyó un alboroto en la sala de espera de fuera. El empleador de la criada estaba repartiendo folletos contra el aborto a otras mujeres que esperaban para abortar.

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Y es que cuando el problema nos afecta en nuestras propias carnes la cosa cambia de carallo...

M

Son profundamente repugnantes. Se merecen que las envien a la porra como en alguno de los ejemplos.

placeres

--- Recomiendo y mucho leerlo con tranquilidad, es un texto clásico de hace más de 20 años de una activista canadiense y que lamentablemente se ha puesto de moda otra vez.

Trata sobre como gente pro-life, consiguen "racionalizar" las "aparentes" contradicciones entre sus circunstancias personales y su ideario politico. Y no, no es tan sencillo como decir simplemente "hipócritas"