Mientras predica sobre los sacrificios necesarios y critica el despilfarro de las élites, el líder de Vox disfruta de un estilo de vida privilegiado y financiado con fondos públicos que contradice radicalmente su discurso. La imagen pública de Santiago Abascal ha sido construida cuidadosamente como la del político auténtico que comprende los problemas de todos los españoles. Sin embargo, un análisis detallado de su patrimonio, sus gastos y su estilo de vida real revela una realidad que contradice el discurso que esta vendiendo a sus votantes.