Alexa, el popular asistente de voz de Amazon, despierta debates desde su llegada por la forma en que maneja las conversaciones privadas. En realidad, hablar de Alexa en la actualidad implica hablar de privacidad, tecnología y la delgada línea entre comodidad y exposición constante. Millones de hogares confían en este dispositivo sin ser plenamente conscientes de hasta dónde llega su alcance. Actualmente funciona recogiendo instrucciones de voz cada vez que la activamos con su palabra clave. Toda interacción queda registrada temporalmente, gene
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Aunque con matices: que la mayoría no somos personas interesantes para espiar, y que no es legal (si alguien lo difunde de forma demostrable se le puede empurar).
Aceptadlo y seréis más felices.
De hecho donde he visto rigidez a nivel inquisitorial respecto al acceso a datos es de informático para la administración estatal. Y quizá el único lugar.
Lo de almacenar las conversaciones lo dudo, eso vale dinero.